Kristen Collins una chica de 17 años, al morir su madre se muda un pueblo de Pensilvania llamada Hemlock Grove.
Todo en su entorno cambiará al conocer a los hermanos Godfrey, su curiosidad por saber más sobre las extrañas cosas que pasan la meterán...
Era una tarde de invierno, caminaba por el centro junto a mi madre jugando con la nieve, todo era hermoso. Entramos a una tienda donde vendían pan casero, tomamos unas cuantas piezas y nos formamos para pagar. Al frente nuestro se encontraba una pequeña familia, la madre sus dos hijos y el padre, se les notaba muy felices. Él parecía amar a su familia, suspire y desvíe la mirada. Al salir de la tienda, subimos al auto. Durante todo el camino no dije ni una sola palabras. Sólo faltaban un par de días para Navidad y como de costumbre la pasaríamos solas. Tengo una tía a la cual no visitamos, ya que la última vez ella y mi madre terminaron discutiendo. Y mi padre, mi padre. Suspire. Ella jamás habla de él, siempre que trató de hablar de él, evade la conversación.
- Kris, ¿estás bien? - Murmuró mi madre mientras conducía.
- ¿Por qué siempre pasamos estas fechas solas? ¿Por qué nunca quieres hablar de él? ¿Por qué? - La miré al borde de las lágrimas.
- Kristen. - Dijo con desánimo. - Eres muy pequeña para entenderlo. -
- Siempre es lo mismo. -
Gemma sólo suspiro y continúo conduciendo. Al llegar ambas bajaron del auto, Kristen entró corriendo hasta su habitación.
- Algún día entenderás porque hago esto. - Dijo Gemma en un susurro y bajo las compras.
《Kristen Collins.》
Al entrar a mí habitación me tumbó en la cama hasta quedarme dormida. A la mañana siguiente me preparé rápidamente, ya que Stella vendría por mí.
Al terminar baje rápidamente las escaleras y al llegar abajo Stella ya estaba esperándome.
- Hey, pequeña. Que hermosa te has puesto. - Dijo Stella antes de extender sus brazos y darme un abrazo.
- Gracias, tía. - Sonreí y la abracé fuerte. - ¿A dónde iremos hoy? -
- Se qué te encantará. Vamos, linda. -
Tomó mi mano y salimos hasta subir a su auto. Mientras ella conducía observaba por la ventana. Stella sabía demasiado de mi familia. Recuerdo haberla escuchado en una ocasión discutir con mi madre y amenazarla con decir la verdad. ¿De qué verdad hablará? ¿Será sobre mi padre? A decir verdad la curiosidad pudo más que yo.
- Tía, Stella. Tú... - Tartamudeaba un poco. - Te conozco desde que tengo memoria y me has demostrado que de verdad te importó, ¿si te hago una pregunta responderias con sinceridad? -
Ella me miro uno segundos y suspiro mirando nuevamente al frente, como si supiera lo que diría.
- Creo saber a donde va tú pregunta, así que dime. -
- ¿Por qué él no está aquí? ¿acaso murió o sólo nos abandonó? - La miré.
- Sólo puedo decirte que sigue vivo y la razón por la que no está contigo. No la sé, pero no estas sola. - Frenó el auto y tomó mi mano mirándome. - Y por ello tengo un regalo para ti. - Saco una pequeña bolsita de terciopelo color negro y de ella un collar.
- ¡Gracias!, ¡Gracias! - La abracé.
- Sabrás todo cuando llegue el momento. -
Bajamos del auto y caminamos por el centro, mucha gente estaba en las tiendas de alrededor, pues ya faltaba horas para Navidad. Caminé detrás de Stella mientras observaba el collar que me dio, era muy bonito. En un segundo de distracción choque contra alguien y tiré el collar.
- Ay no. - Me agache y comencé a buscarlo.
- ¿Buscabas esto? - Dijo la voz masculina frente a mí, quien tomó mi mano para ayudarme a levantar.
- Sí. - Lo miré y una extraña sensación inundó en mi interior.
- Aquí tienes. - Me devolvió el collar.
- Gracias. - Mostré una leve sonrisa y me aleje buscando de nuevo a Stella.
- Por nada, Annette. -
Al escucharlo pronunciar mi nombre me detuve sorprendida.
- Volveré por ti, pequeña. -
En instantes abrí los ojos retomando nuevamente el aire. Pero estos habían pasado de ser verdes a color más intenso, las heridas en mi abdomen habían desaparecido.
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-Kristen, ¿estás bien? - Kai me tomó de las mejillas. - ¿Qué diablos pasó? -
Levanté la mirada hacía Roman quien se encontraba recargado en un árbol sin expresión alguna fumando un cigarrillo. Volví la mirada a Kai y lo abracé sin decir más.
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Hola, gente hermosa.
Lamento haber demorado meses, pero la historia continúa y igual nuevas historias en camino.❤
