¡Sólo mía!

Capítulo 2

"LOS HERMANOS GODFREY."

Después de ducharme y elegir la ropa que usaría, tome mis cosas y baje rápidamente a la sala donde estaba Adrien esperando.

- ¿Y dicen que las mujeres tardan? - dijo riendo.

Salimos de casa caminando por las calles de Hemlock Grove, al cruzar cerca de un bosque me detuve observando.

- ¿Esta prohibido? - dije curioseando.

- No, no esta prohibido pero vamos Kristen, tenemos que ir al colegio - dijo Adrien tomándome del brazo.

- Dame unos minutos, ya estamos cerca, quiero ver - dije soltandome.

- No, mi madre se va a molestar si te pasa algo. -

- Por favor Adrien, sólo serán unos minutos juro que llegaré bien - dije con una sonrisa en el rostro.

- Bien, por favor ten cuidado y no te alejes mucho -

- Tranquilo - dije caminando hacia el bosque.

Al caminar sentía la mirada de alguien sobre mí y un escalofrío recorrer mi cuerpo, volteé pero al observar no había nadie a mí alrededor, era extraño e intrigoso, mi combinación perfecta. Volví al camino y luego de unos minutos llegué al colegio, al entrar y caminar por los pasillos los chicos/as me miran extraña, claro era la novedad de la Cuidad, parecía que jamás habían visto nada igual, me dirigí a dirección donde me atendió una señorita, le comenté lo que quería y le mostré mis documentos, sin poner "peros" me aceptaron, al entregarme mi horario salí de la oficina y camine por los pasillos.  Entre a la clase que marcaba mi horario, el profesor me dio acceso, me acerqué a su escritorio y le mostré el horario, todos me miran raro, algunos hasta murmuraban cosas.

- Muy bien, señorita Collins tome asiento. - dijo el profesor y volvió a su clase.

Aún podía sentir esa mirada penetrante sobre mí, al voltea alrededor, mire aún chico bastante atractivo.

Le devolví la sonrisa y volví la mirada al frente prestando atención a clase, al sonar la campana, tome mis cosas y salí del aula caminando por los pasillos, los chicos/as continuaban mirándome raro, no le preste importancia y me dirigí a los sanitarios. Me miré al espejo y toque mi vientre, estaba a días de pasar por la peor semana de la mujer, si era un fastidió,  lave mis manos y al salir de los sanitarios topé con un chico.

- Hey cuidado - dije acomodando mi cabello sin mirarle el rostro.

- Disculpa no te vi - dijo él.

Alza la mirada y ahí estaba, el chico del aula.

- Ah, si claro. -

- Soy Kai, Kai Godfrey - dijo con una sonrisa en el rostro - y tú eres Kristen Annette Collins. -

- ¿Cómo lo supiste? - dije algo seria.

- No es difícil deducirlo, eres el tema de conversación de todos aquí - mostró una sonrisa de lado - la hermosa chica de New York, que vive con los Brewster. -

- Soy una chica como cualquier otra, no hay novedad alguna. Claro sólo que con más cerebro y linda  - dije acomodandome el cabello y saliendo del colegio.

- No me queda duda, eres diferente a todas por aquí - dijo caminando a mi lado - supongo que no conoces aún permíteme ayudarte, quizá te pueda llevar alguna cafetería o a la plaza. -

- No, gracias - caminé alejandome de él.

- Adiós, señorita Annette - dijo antes de alejarse.

Camine hasta donde se encontraba Adrien, pero me detuve al verlo con sus amigos, no quería ser una molestia así que antes de volver a casa, me detuve y camine hacia la plaza. Compre un par de pinturas y estuve buscando algún estudio de arte o algo que se le pareciera, ya que pintar en casa de la tía Lucy no era buena idea, bueno termine dándome por vencida ya era tarde y estaba a minutos de oscurecer.

Parecía algo pérdida, sólo recordaba que cruzaba cerca del bosque, camine unos minutos hasta llegar al lugar donde me detuve con Adrien, ya era tarde y no había mucha luz más que la de un viejo poste, al caminar alcance a mirar la silueta de un hombre  recargado en un árbol que se reflejaba por la poca luz que había, camine apartandome al pasar cerca de él, la luz del poste comenzó apagarse, miré hacia él árbol y el hombre ya no estaba, no se si era mi imaginación, mire alrededor y nada, ya estaba muy oscuro y no se alcanzaba apreciar nada, la luz se volvió a encender y al darme la vuelta quede cara a cara con él, di un salto del susto.