CAPITULO 9

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    —Valla, valla. ¡Mírense!  Cualquiera que los viera diría que no durmieron nada anoche, ¿Qué estuvieron haciendo?

     Sujin  estaba ahí, parada justo a mitad de la cocina ayudando con el desayuno. Sus comentarios y tono de voz no bajaron a pesar de que sus padres estaban ahí.

     —Anoche hizo frio… — Minhyun estaba más rojo que cualquier objeto con el cual compararse — fue difícil dormir, ¿verdad? —  Aron debía estar tras él, pero en cuanto busco su apoyo y miró sobre su hombro, supo la verdad… el raper lo había dejado solo.

      —Si claro… — Sujin  habló sin dejar de moverse por la cocina —más sin embargo yo no sentí tanto frio, juraría que fue una noche normal.

*¨¨¨*¨¨¨

     —Voy a matar a Sujin.

      —No lo hagas, mi cuñada me cae bien.

      Ambos caminaban con rumbo al centro comercial cercano, bajo el cielo gris  y el sol taciturno. Hacía frio, pero de todas formas habían decidido salir de casa a distraerse un poco, así comerían algo rico  y al mismo tiempo huirían de las bromas pesadas de Sujin.

     —Ella quiere detalles. — Confesó Aron una vez que entraron a un restaurante chino—, antes de salir me preguntó si ya estábamos saliendo oficialmente.

     Minhyun no pudo ponerse más rojo. — ¿Y que le dijiste?

     —Que si. — Dijo muy convencido mientras se sentaba y miraba la carta— ¿pero sabes después que más me preguntó?

     Minhyun no contestó, se le quedó mirando  esperando el resto de la oración, su rostro no dejó filtrar emoción alguna, pero estaba nervioso.  

     —Me preguntó si lo habíamos “hecho” anoche.

     Minhyun se quedó con los ojos muy abiertos, inmediatamente habló, pero Aron sabía, había reprimido totalmente el tono de voz que habría usado de estar en un lugar no público. — ¡Sujin entrometida! — Gruñó — si pudiera la acusaría con mamá.

     — ¡Que maduro! — Aron se burló, y con la sonrisa todavía delineando sus labios regreso su mirada a la carta —. Le dije la verdad, que no. — Sabía que Minhyun lo miraba, y se mordió el labio inferior  a propósito — le dije que no teníamos prisa.

     ¡Rayos! ¿Aron había sido siempre así de sensual? Minhyun agradeció que en ese momento llegaran a tomarles la orden, pues su cuerpo había reaccionado como aparato electrónico de primer mundo, de esos que se activan sólo por voz.

     —Tú… tú, quiero decir, yo…

* SARANGHAEYO *  MinRonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora