Capítulo 10: Bestia monstruosa

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Por la noche, me encuentro en la habitación de los chicos, viendo la televisión. Todos los demás decidieron bajar al bar del hotel, pero a mi no me apetecía parrandear. Sonará gracioso, pero ya no me siento a gusto en esas cosas. Creo que estoy aprendiendo a disfrutar la vida sin alcohol ni fiestas, y la verdad, hasta parece ser lo más agradable. Momentos de tranquilidad para simplemente ver la televisión o estar sumido en mis pensamientos abstractos. Es muy probable que todos regresen a la madrugada, y apenas son las nueve de la noche.

Mis primos y tíos bajaron a bailar en el bar, mientras que mis tías fueron a una plaza cerca del hotel, que, por las fechas de vacaciones, hay venta nocturna, con muy buenas promociones. Eso seguramente les tomará varias horas, considerando lo talentosas que son las mujeres de mi familia en despilfarrar el dinero.

Disfruto la noche, viendo la película de El Rey León, que están pasando en el canal 7. Sonrío. Últimamente, cada vez que veo alguna película de Disney, pienso en Clara. Creo que es lindo que le gusten tanto esas películas. Logran sacarle una sonrisa a cualquiera. Incluso a mí, que antes me parecían una estupidez, pero ahora me doy cuenta de que te presentan el lado bueno a la vida y a todo lo que conlleva.

Suena mi celular desde el tocador. Me levanto sin prisa y lo tomo sin mucho entusiasmo. Es un mensaje de Clara, por lo que desbloqueo mi celular y reviso la bandeja de mensajes. Hay varios de mis primos, incitándome a ir con ellos al bar, y hasta arriba, el mensaje de Clara.

Clara: Ya te caché!

Matt: jejeje ahora qué hice?

Clara: desde el otro lado del muro puedo escuchar que estás viendo El Rey León sin mí >:c

Matt: jeje pensé que también habías ido con mis tías y mi madre de compras.

Clara: oh sí, sí. Como me encanta ir de compras :P

Matt: eso fue sarcasmo?

Clara: Nooooo, cómo crees?

Me carcajeo. No sé que me divierte más; el hecho de que todo este tiempo pensé que se había ido con las demás, o que ella intente usar el sarcasmo por mensajes, sabiendo que aquí no se percibe ese tonito que te hace quedar al otro como un tonto.

Vuelvo a mi lugar en la cama, con el celular en mano y me acuesto boca abajo.

Me muero de ganas por tener a Clara conmigo en este momento, viendo juntos la película. Y pensar que ella se encuentra del otro lado del muro. Me la puedo imaginar, sentada en la cama, sosteniendo su celular con sus pequeñas y gorditas manos, el cabello rojo revuelto, los lentes sosteniéndose de su naricilla y sus voluminosas mejillas levantadas a causa de una sonrisa.

Matt: quieres que vaya a tu habitación para ver la película, o tú vienes a la mía?

Clara: mmmm...

Clara: no lo sé... qué tal si mejor salimos a caminar? Es una noche muy linda

Matt: de acuerdo.. tocaré la puerta de tu habitación

Dejo el celular en la cama y me apresuro a ponerme unos tenis. Me siento en la orilla y amarro mis agujetas con un nudo tradicional, me miro en el espejo del tocador, pasándome las manos por el cabello para acomodarlo un poco desordenado y me dirijo a la puerta.

Toco la puerta con los nudillos y enseguida sale Clara de su habitación, con el cabello amarrado en un adorable chongo pegado a la nuca. Creo que le da un toque intelectual y sencillo. No lleva delineados los ojos, lo que me da a entender que planeaba dormir en cualquier momento. Me regala una blanca e inocente sonrisa y me estremezco.

Caminamos juntos en el jardín del hotel. Hay hamacas, mesas de campo y sombrillas por todas partes. Hace un rato el lugar estaba atascado de gente, y ahora está en completo silencio, con excepción de los cantos de los grillos y el tenue bullicio que se escucha desde el bar. Es relajante. Respiro profundamente y me deleito con el aire fresco nocturno. Es fascinante el olor a hierba recién regada y cortada.

Volveré a ConquistarlaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora