Introducción

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Matt pensaba que ahora las cosas serían mejores. Ahora podía estar con Clara sin el miedo de lastimarla o tener que guardarle secretos. Parecía la oportunidad perfecta para enmendar los errores y hacer que la cancelación de Clara por ir a Estados Unidos valiera la pena. El creía que debía ser el destino, porque ¿no se supone que el universo hace de las suyas para juntar a dos personas que se quieren? Debía ser eso.

Clara desempacaba sus maletas y guardaba sus pertenencias en los lugares correspondientes. De nuevo parecía su habitación, a pesar de que apenas hace 2 días su espacio estaba casi irreconocible. Tomo los posters que había guardado y los volvió a pegar en donde estaban. Justo en ese momento, Matt entró a su habitación y puso otra caja junto a las demás.

–¿Es egoísta que me sienta tan feliz de que te hayas quedado?– Pregunta con un tono lleno de alegría.

Clara ponía un poco de cinta adhesiva en una de las esquinas del poster.

–Creo que la verdadera pregunta es, ¿está mal que me sienta tan bien después de abandonar una gran oportunidad en Gringolandia?– Se negaba a mirar a Matt a los ojos.

–Nah. La verdad es que sí soy egoísta, asique me alegra que la hayas perdido.– Inmediatamente Clara lo miró levantando una ceja y él se corrigió. –En el buen sentido.

Clara soltó una pequeña risa y luego suspiró. Pudo haberse ido, pero prefirió quedarse por un chico del cual hacía apenas una semana le había roto el corazón. Aún no era tarde. Su boleto podía ser revalidado para otro horario por si cambiaba de opinión, pero pensó que esa posibilidad podría llevarla a hacer algo sin pensar. Asique sacó su boleto del escritorio y lo rompió a espaldas de Matt.

Él estaba muy feliz, pero de cierta manera se sentía culpable. Ignoró a su conciencia y continuó ayudándole a Clara a desempacar. Mientras lo hacía, se preguntaba si de verdad él era el chico por el que valdría la pena dejarlo todo. No tenía una respuesta. Él era perfectamente consciente de que ambos eran muy jóvenes como para considerar las posibilidades. ¿Qué pasaría si de repente ese cariño que sentía por ella se desvanecía y lo único que hizo fue gastar el valioso tiempo de Clara? Se negaba a pensarlo. Ahora mismo él la quería, pero no estaba seguro si ella sentía lo mismo.

Matt se moría de ganas por besar a Clara en agradecimiento por darle otra oportunidad, pero no estaba seguro de que fuera lo más conveniente y no quería ser rechazado o que ella pensara que iba demasiado rápido. Pero sólo quería eso; un beso, muy largo y reconfortante. Algo que le asegurara que Clara olvidaría la apuesta.

Clara terminó de pegar su último poster y se alejó un poco para ver su escritorio nuevamente personalizado. Sonrió.

–Sólo nos falta una última caja que sigue en el auto de mi tía.– Informó mientras se recogía el cabello en un chongo.

–¿Dónde está ella?

–Se supone que fue a la pequeña cafetería que está a dos calles mientras yo terminaba de empacar.– Apretó los labios con algo de preocupación. –Espero que se lo tome bien eso de cancelar el vuelo.

–Si quieres puedo hablar yo con ella.– Se ofreció.

–Ah, ¿sí?– Clara levantó una ceja. –¿Y qué se supone que le dirás?

Lo pensó por un momento.

–Que estoy enamorado de su sobrina y que por muy malo que pareciera, el destino estaba haciendo que no te alejaras de mí.

Clara hizo una mueca.

–Deja de decir esas cosas Matt.– Frunció el ceño y se dedicó a sacar sus cuadernos de dibujo de una de las cajas.

Volveré a ConquistarlaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora