Shadow.

190 24 50
                                    


Capítulo II: Situaciones.

I wish there was someone•Who would tell me, good job•And hold me•And even now  


Como era de esperarse la clase de Algebra era un completo fastidio, los temas explicados por el profesor Nishiki eran tan aburridos para su nivel intelectual.

—A ver... el próximo que pasara al frente será...— tardó unos breves segundos en revisar la lista de presentes para nombrar un nombre—Shirazu y Mutsuki.

Urie quiso reír a carcajadas al ver los rostros de los recién nombrados, el de Shirazu parecía uno bastante constreñido y el de Mutsuki era uno bastante nervioso. Aquello serviría de un momento de diversión para él, después de todo se lo debían.

Ambos chicos pasaron al frente y para su sorpresa, Shirazu comenzó a escribir un montón de fórmulas sin sentido, combinando muchas cosas al mismo tiempo, logrando una cara de lamento en el profesor a cargo. Mientras tanto Mutsuki se mantenía en su lugar escribiendo calmadamente, como si supiera lo que hacía. Ella ahora, tenía una expresión seria en su rostro.

Realmente Urie se había quedado observando todos sus movimientos.

Urie parpadeó unas tres veces al revisar que los resultados de su ejercicio eran iguales a los de Mutsuki. Bueno, después de todo se suponía que sabía lo que hacía, ya que no estaba leyendo esos libros tan avanzados por gusto, seguramente. Shirazu por su parte era un completo fracaso.

Ella sonrió nuevamente. Hacía parecer que gesticular aquella expresión, era algo increíblemente fácil. Él se había visto en una situación embarazosa, muchas veces, frente al espejo de su baño, tratando de curvar sus labios. Una pequeña sonrisa. Sin embargo, el fracaso lo invadía. Y es que, Urie Kuki simplemente no podía sonreír, sin que pareciera un desquiciado en el intento.

[...]

Abrió la caja de almuerzo con la esperanza de tal vez, hallar algo que realmente apreciara. Sin embargo, la comida de su madre no siempre era buena. Las bolas de arroz estaban desparejas para su exigente gusto; las algas mal cortadas...y eso ¿era una salchicha con forma de pulpo? ¿Qué tenía 5 años? No, no era la madre predilecta. Bueno, al menos esta vez no lo había quemado todo. Para variar su gusto era uno bastante insípido. Ya en su mente se resaltaba su actitud ingrata, odiaba que eso sucediera, aunque lo provocaran.

Mas y aunque se lo rogó al cielo, algunos ruidos se colaban por entre sus oídos, siquiera sus audífonos fueron capaces de alejarlo por un momento de todo aquello. Una risita complaciente, el jolgorio de una sarta de bufones y en el centro el rey de todos ellos.

Sasaki Haise sonreía más fuerte que el sol y eso dañaba sus corneas. De todos los lugares había elegido el peor de todo el parque. A su lado Shirazu parloteaba acerca de sus actividades en los clubes nocturnos, mientras despedazaba un sándwich recién comprado.

Su vista se detuvo entre la multitud, al detectar a cierto individuo de cabellera verde ¿Cómo no? Ya sería extraño no ver al lacayo número uno en esa tribu de salvajes. Sonriente. Su brillo también le duele. No puede ver aquello y decide cerrar su caja, asqueado de todo. De la comida, de su suerte, de la escuela, del presidente del consejo estudiantil, de sus sombras y de ella, por sobre todo.

[...]

Caminó a zancadas hacia la salida de la escuela. El imponente edificio era teñido por los colores del atardecer ¡Vaya estupidez haberse inscripto en ese club deportivo de esgrima! Lo lamentaba muchísimo, ya que en el mismo la mano derecha del instructor, no era otro que Sasaki Haise. Por un demonio... ¡Ya estaba harto de verlo en cada rincón de la escuela! Parecía que se había convertido en aire, uno viciado y toxico que lo destruiría conforme al tiempo. ¿Acaso estaba maldito?

Sonrisas que le llenaban el cerebro de veneno. Oh... como lo odiaba.

Sujetó el bolso que pendía de su hombro derecho y se decidió por ir a respirar aire puro tal vez a las montañas, en un país lejano. Pero claro, eso debía de ser antes de las 8 p.m. ya que a esa hora cenaría ¿Sería una buena comida esta vez? Meditó para sus adentros unos cuantos minutos y se auto-lapidó al pensar en aquella estupidez.

[...]

Parpadeó con rapidez. No podía creer lo que sus ojos acababan de leer.

La cena estaba cancelada. Sus padres le habían dejado una pequeña nota de papel con alguna excusa random junto a una hermosa y deliciosa bandeja de comida congelada. La misma parecía contener alimento de la milicia, todo perfectamente racionado y empaquetado. La tomó entre sus manos, observando el kanji escrito con marcadores de colores "disfrútalo" ¿Pero qué clase de persona le dejaría eso de comer a su hijo? ¿Jugo en polvo? ¡Maldita sea, no estaba en el servicio militar!

No habría un momento familiar, eso estaba claro. Pero... ¡hasta al perro que tienen por mascota le trataban mejor! Respiró hondo, para cambiar de perspectiva. Tranquilízate Urie, solo date una ducha, enciende el televisor y quema tus neuronas. Que rayos...

—Estoy en casa.

 — (Lo que me faltaba)

 —Urie-kun, papá me dejó encargado de la cena.

—Ah... (Odio a todo el mundo)

(¿Y ella que hace aquí?) 


•••


Hola querido lector♥

Es un capítulo de transición, lo sé es muy corto. Sin embargo y como estoy de un magnifico humor, subiré el próximo capítulo ahora mismo ♥

Viva el Mutsurie♥


Recomendación musical: Day6• All Alone.

The year of Horsey [Mutsurie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora