The year of Horsey [Mutsurie]

Shadow.

Capítulo V: Codicia y mentiras.

  Even if it's a lie • If I can have you by my side • By doing this  

Cambió sus zapatos al llegar al vestíbulo de la escuela. Había echado una vaga y disimulada mirada por los alrededores. Ella aún no había llegado. No es que esperaba encontrársela ¡Claro que no! Había meditado la situación del día anterior, logrando reírse por su estúpida e inmadura reacción, tal vez necesitaba disculparse, por su torpeza.

Caminó a paso lento por los corredores hasta toparse con la mirada inquieta de Shirazu, quien parecía atravesar un mal momento.

— ¡Ah! Urie...

Su semblante era uno pálido, sus manos temblaban sobre su abdomen. Sudor en su frente, postura más curvada de lo habitual.

Urie levantó levemente una ceja, en obvia confusión.

—Tú no te ves bien. (¿Acaso estas agonizando?)

—¡OH!...No. —Parecía decir algo que no era cierto— Bueno, así es. —Comentó algo abatido, soportando el temblor en su voz. – ¿Podrías avisar al profesor de turno que estaré en la enfermería?

—¿Otra vez?

—¡Sí!—Él se rascaba la nuca nerviosamente—Creo que me he excedido esta vez. —Rió un poco al finalizar la oración.

Desde el fondo del corredor una llorosa Yonebayashi corría hacia ellos dos.

—¡Shiragin!—Balbuceaba reiteradamente.

Shirazu se irguió por completo y le sonrió cálidamente, casi y se podría decir que estaba curado. Sin embargo, aquello se trataba de una mentira piadosa. Eso no había sido desapercibido por Urie quien miraba todo con gran desinterés, aparentemente.

— Ah...Saiko-chan, yo no me siento muy bien ¿Sabes?

— ¡Lo siento, lo siento! – Sus lágrimas realmente eran gruesas, literalmente bañaban su rostro. —Seguramente fueron mis galletas de pimienta y canela.

Ella se veía muy compungida. Por otro lado Shirazu parecía estar muy sereno, hasta su rostro se había suavizado cuando la observaba llorar de aquella manera.

Yonebayashi lo abrazó fuertemente y aunque al rubio le doliera el estómago, a un punto de hacerlo temblar y jadear, sonrió ampliamente.

— ¡No fue eso, tonta!—Contestó efusivamente como solía hacerlo. —Debe de haber otra causa, ya sabes, soy un poco descuidado con los alimentos lácteos. – Explicó.

Ella lo encaró con los ojos enrojecidos. Su mirada transmitía una infinidad de sentimientos.

— ¿Tú nunca te cansas de llorar?

Urie observaba cada detalle de la escena. Él era un completo idiota, sin embargo parecía más civilizado cuando se trataba de Yonebayashi. Urie no lo sabía, pero ellos habían estado saliendo aun antes de comenzar los estudios de aquel año.

Yonebayashi parecía ser del tipo de chica que no es muy dedicada en una relación. Sin embargo y a juzgar por la situación, ella hacia todo lo posible por encantar a su novio.

Encantarlo o hacer que gustara más de ella. Aún más.

Codicia, tan dulce y sutil. Tan preciosa y delicada.