Capitulo 3.

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Se distrajo por un buen rato.
- Fue tu teléfono?
- Si, eso creo.
*Nuevo mensaje.*
- Adele. Simón es un hombre casado. No vallas a hacer una tontería ahí afuera. - Laura.
- Aaagh. Laura es en serio? El fue el que me invitó. No quiero nada con el, no te preocupes. Vuelvo en un rato.
***
• En ese momento una gran ola de decepción entró en mi interior.
Simon, no podría tener nunca algo conmigo. Por más que lo tratara. •
- Hay algo mal? - dijo.
- No. No pasa nada. Estoy bien. - dije sonriendo.
- Otra copa? - dijo con la botella en la mano.
- Si, por favor.
• Ya teníamos más de media hora ahí afuera. Y ya estaba muy pasada de copas. • Tal vez su intension era ponerme ebria. Algo que si logro en realidad.
Me miro fijamente y recorrió de mis ojos a mis labios nuevamente.
*Narra Simon.*
• Dios. La miraba y no podía evitarlo. Me encantaba esa mujer, mirar sus hermosos labios rosados me incitaba a besarla cada vez más.
Ver sus curvas dentro de ese vestido negro, me hacía desearla. Me incitaba el querer hacerla mía lo más pronto posible. Era preciosa. •
- Hay algo mal? - pregunte nerviosa por lo que hacía.
Sonrió. - No todo esta Perfecto.
*Adele.*
• Su sonrisa hizo que me sonrojara al instante. Miro lo que había causado, y disfrutaba verme sonrojándome cada vez más. •
- Soy la primera persona que te dice que en verdad eres preciosa? - pregunto tomando un sorbo de vino. Sonriendo mientras lo hacía.
- No. - dije sonriéndole, puedo jurar que me puse roja, cuando escuché eso.
- En serio, disculpa que te lo diga pero... en realidad me encantaste desde que llegué. - dijo acercándose.
- Dios. No lo menciones por favor.
- Por que? - dijo confundido.
Suspiré.
- Por que... no olvídalo.
- Esta bien. - dijo con la voz más apagada.
- Quieres volver adentro? - dije desesperada.
- Por que la prisa? - dijo sonriendo.
Su sonrisa causó que me derritiera por completo.
- Olvídalo. - dije y sonreí.
Se acercó a mi y se quedó viéndome.
Lo mire. Sentí que en verdad ardía por dentro. Mi corazón comenzó a acelerarse.
Cerré los ojos. Me sentía demasiado nerviosa. De pronto sentí que sus suaves labios tocaron los míos, mientras me tomaba de la cintura.
- Simón.
- Si? - dijo alejándose. - Lo siento, que pena de verdad.
- No te preocupes. - dije viendo hacia un lado. - Laura... me comentó que eres, casado. Es verdad?
- Bueno. Olvide hablar de mi. Estoy divorciándome.
- Lo siento.
- Por?
- La incomoda pregunta.
- No, lo siento yo por besarte ni siquiera se si tienes novio o algo así. - Y divorciarme ja, es lo mejor que puedo hacer ahora.
- No te preocupes. - seguí. - No tengo novio ni nada de eso. - dije sonriéndole.
- Menos mal. - rió.
- Bueno volvamos adentro, quieres?
- Claro.
• En realidad el beso me había fascinado por completo. •
- Hasta que vuelven. Creímos que se habían ido, más de una hora allá afuera.
- Lo siento por robar a tu amiga Laura. - dijo Simón riéndose.
- Aja, disculpado!
• Solté una carcajada. •
Hablamos otro rato. Hasta que mire el reloj, eran las 12 am.
- Laura. Tengo que irme. - dije viéndola ya un poco más ebria.
- Ya? En serio Adele?
- Tu puedes quedarte. Tomare un taxi. Esta bien.
- Aaaaagh Adeeeele. - dijo insistiendo.
- Lauraaaa. - dije arremedando su tono.
- Bueno está bien. - dijo haciendo puchero.
Le di un beso en la mejilla y me despedí de los chicos.
- Adele... - Dijo Simón.
- Si? - voltee a verlo a los ojos. Aun que temia un poco el hacerlo, después de lo que había pasado.
- Puedo llevarte.
- No estoy bien, Simón, muchas gracias.
- Es en serio? Ya estás un poco pasada de copas! - dijo sonriendo.
• Mire esos hermosos oyuelos que se pintaban en sus mejillas cuando sonreía de una manera tan encantadora. No pude evitar el devolverle una sonrisa. •
- Es en serio, estoy bien. Aparte tomaré un taxi no manejaré ebria jajaja. - dije sonriéndole.
- En verdad, insisto. - me sonrió coquetamente.
- Ya Adele! No te hagas del rogar y déjalo que te lleve. - dijo Laura en tono de fastidio.
- No. Es lo ultimo que dire, adiós. - dije caminando hacia la puerta.
• En verdad quería que Simón me llevara. Pero temia a que pasará algo de lo qué tal vez me podía arrepentir. •
- Adele, vamos por favor. - dijo Simón tomando mi mano, y suplicando.
Voltee a verlo con una mirada más tranquila.
- Esta bien.
- Gracias. - volvió a mostrarme una sonrisa.
• Sabía que sonriendome podía hacer que asintiera en todo. Y que me derritiera como una tonta por el. Aun teniendo en cuenta que aún era un hombre casado. •
Subimos al auto, el cerro mi puerta, subió por el otro lado, arranco y comenzó a conducir.
- Y, bueno que hablas sobre ti? - dijo riendo coquetamente sin dejar de ver la carretera.
- Pues, no tengo nada que contar.
- Eres un poco seria cierto?
- Laura lo llama, ser reservada. - dije viendo por la ventana.
- Entonces, eres una chica reservada.
- Mmh. Bueno. No me gusta hablar sobre mi vida, problemas, etc. Da igual, qué hay de ti? - dije.
- Pues, no soy del todo interesante. Tengo una esposa de la que pronto me divorciaré...Por qué es una mujer egoísta y extremadamente adicta al alcohol.
• Voltee y escuché atentamente a lo que Simón decia. •
- Y... una hija maravillosa llamada Emily.
- Wow! - dije sorprendida.
• Por un lado, ahora era más que imposible tener algo con Simón, por que aparte de estar casado, tenía una hija.
- Bueno, no da igual como dices, pero estoy cansado de vivir así.
- Te entiendo. - dije para tratar de consolarlo.
- Pones tu dirección en el mapa? - dijo cambiando de tema.
- Si! - dije inclinándome para alcanzar la pantalla.
Simón volteo a verme y me regalo una sonrisa. La que hizo que me derritiera al instante.
Tardamos unos minutos, pero al final llegamos, sentí que el auto comenzaba a frenar y escuché a Simón decir...
- Llegamos! - dijo mientras apagaba el motor del auto.
- Gracias, en serio. - dije sonriéndole y abriendo la puerta para salir del auto. - Quieres pasar a tomar algo?
- No muchas gracias, no quiero molestarte.
- Hay por favor, más te moleste yo con que me trajeras hasta la puerta de mi casa.
- No fue ninguna molestia, todo lo contrario a ser verdad.
- Vamos pasa! - seguí insistiendo. • Aún que realmente ni siquiera sabía lo que hacía. •
- Esta bien, tú ganas vamos entonces. - dijo y sonrió coquetamente.
Sonreí y fui a abrir la puerta. El cerró el auto y me alcanzó después.
- Después de ti hermosa! - sonrió.
- Gracias! - dije mientras volteaba a verlo regalándole una sonrisa. De nuevo.
*Narra Simón*
Su casa era inmensa. En verdad parecía una mansión enorme.
***
- Vives sola, supongo?
- Si. - dije mientras me quitaba los tacones, me estaban matando.
- Agh no se por qué las mujeres los utilizan.
- Que? - dije mientras aventaba los tacones a un lado del sofa.
- Los tacones!
- Ah, lo sé. Suelen ser molestos pero no negaré que se miran bien.
- Sonrió. -
- Que quieres tomar?
- Veamos? - dijo sentándose en el sofá.
- Tengo cerveza obviamente, vino tinto, tequila, jugo jajaja.
- Probemos vino te parece? - sonrió coqueteando.
- Perfecto, me encanta.
Fui a la alacena y saqué dos copas y una botella de vino. Mi favorita.
Le serví, y deje todo en la mesa de centro.
- Ire a cambiarme, por algo más cómodo. No tardo. - me dirigí a mi habitación.
*Narra Simón.*
Dios. No podía me encantaba, me fascinaba esa mujer. Mientras subía las escaleras, con ese vestido pegado que resaltaba sus preciosas curvas y sus grandes caderas. No podía resistir más. Quería tenerla a mi lado. Quería que fuera mía.
***

(BUENO ESPERO QUE HASTA AQUÍ LES HAYA GUSTADO, EN VERDAD ESTOY HACIENDO UN GRAN ESFUERZO ESCRIBIENDO ESTO. ESPERO QUE SIGAN LEYENDO, CONTINUARÉ CON EL SIGUIENTE CAPÍTULO. - MICH.💛)

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