Millones De Razones - |JRen|

Capítulo 02

~ Corro por la calle solo pienso en ti, te buscaría por siempre pero se que no será asi si me das millones de razones~

Sonrió, no podía enviarlo.

Ya no importaba el porque estaba enojado, sabía que Jonghyun lo amaba y eso era lo único importante.

Puso la cabeza sobre la almohada y se tapó hasta los hombros con la cobija, esta noche tampoco se perdería Globin nigth, ver a JR en pantalla era lo último que hacía cada noche antes de dormir.

Y como si lo invocase el pelinegro apareció en la puerta y se sentó en los pies de la cama.

-Me veo guapo ¿Verdad?

- No tanto – Ren se sentó a su lado y le revolvió el cabello

- ¿Ya no estás enojado? – pregunto Jonghyun mirándolo con una sonrisa.

-No podría enojarme contigo porque enserio te amo.

El líder sonrió mostrando todos sus dientes y abrazo a Ren tumbándolo sobre la cama para luego besarlo.

-¿Vamos mañana al río han? Quiero tener una cita contigo.

***

Se había levantado realmente temprano, por esa razón ahora estaba con la cabeza sobre la silla totalmente dormido.

Ahora eran las cinco de la tarde y su manager había estado de acuerdo en acompañarlo por un atuendo nuevo.

Tenía que lucir espléndido para su novio está noche, ya que iba a ser una maravillosa noche.

-Ren, llegamos – el manager tocó su hombro y el menor despertó en cuestión de segundos.

Al entrar a la tienda y después de haberse probado todo lo que se le pasaba por enfrente por fin se decidió.

Ya el reloj marcaban las ocho de la noche cuando el menor apenas acababa de arreglarse, cogió un taxi y llego antes de las nueve al hermoso rio decorado con millones de preciosas luces de colores.

Jonghyun había quedado de llegar a las nueve y Ren no dejaba de ver su reloj de pulso.

Una señora bastante mayor estaba sentada en un puesto vendiendo algodón de azúcar, a Ren le pareció una excelente idea comprar un par para compartir con su novio. Era una romántica idea.

El frío golpeaba bastante fuerte y el viento ondeaba su cabello bien peinado, ya sus manos estaban congeladas por mantenerlas fuera de sus bolsillos. Agarraba con fuerza los algodones de azúcar, decido a mantenerlos en sus manos.

-Tal vez hay tráfico – trato de convencerse al ver que su reloj ya marcaban las diez de la noche.

Soltó un suspiro nuevo y metió una de sus manos al bolsillo mientras con la otra sostenía los algodones de azúcar.

Tan solo faltaban quince minutos para las doce cuando Ren se puso de pie y empezó a caminar al bote de basura más cercano, arrojo los algodones de azúcar y se puso en marcha para el departamento.

Ya se había dado cuenta que JR no vendría, se sentía el ser más idiota del planeta por haberlo esperando tres horas casi congelándose en el frío y se sintió aún más imbécil cuando encontró a su amado novio en la sala del departamento totalmente dormido mientras la televisión estaba encendida.