Capítulo 9: Revelaciones (V.O.)

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Alfred leía el diario en su habitación. Nada más Matthew abrir el candado se fue a leer lo que contenía el diario, sin importarle que Arthur no estuviera con él en ese momento; tenía muchas ganas de saber que escribía el inglés en su diario, por alguna razón.

Y ya lo llevaba leyendo por media hora, en completo silencio, muy atentamente. Con cada página que leía más se interesaba por leer más. No solo porque Arthur escribiera de una forma increíble, sino, porque también lo que narraba en la libretita era muy interesante y emocionante. Peleas, cotilleos, viajes secretos, típicas cosas cotidianas... o al menos en la primera parte del diario, que se remontaba a un año y medio antes de lo que seguramente fuera su asesinato.

-Alfred... -el nombrado se exaltó en gran medida al oír una voz lejana a su espalda, no esperaba aquella interrupción-. Perdón, no quería asustarte... -musitó, el inglés.

-N-No te preocupes... -sonrió, un poco nervioso, y giró la silla (que es de esas de ruedas) y se le quedó mirando.

Arthur se encontraba delante de la puerta, cabizbajo, encogido de hombros y entrelazaba sus propias manos temblorosos. Parecía un niño pequeño muy arrepentido por algo que hizo, uno que se siente abochornado por su comportamiento.

-¿Ya se te pasó el berrinche? -preguntó, Alfred, sin pensarlo mucho. Pero, inmediatamente se maldijo internamente por ser un gran idiota. No quería empeorar las cosas ahora que ya parecía que se iba a arreglar.

-Ah... Sí, ya estoy más tranquilo -respondió, desviando su mirada a uno de los lados de la habitación.

-Good, porque estoy leyendo tu diario -comentó, soltando una risa al final-. No me mires con esa cara, Arthur. Todavía no he llegado a la mitad y no es que escribas algo importante para la investigación -añadió, al ver el rostro del muerto con los ojos bien abiertos llenos de sorpresa.

-¿Cómo lo abriste? -preguntó, sin moverse ni un centímetro.

-Matt lo abrió, pero no leyó nada. Don't worry -dijo, con una gran sonrisa en el rostro.

-Y be happy, ¿no? -comentó, molesto-. Ya que es algo privado mío podrías haberme esperado.

-Tampoco hay que ponerse así, Arthi. Ahora que ya estás aquí podemos leerlo juntos -levantó, entre sus manos, el diario abierto.

El inglés se quedó callado mirando fijamente el diario. Estaba claro que iba a aceptar eso de leerlo, mas, le daba algo de vergüenza pues ya no se acordaba que cosas había escrito en él: seguro que alguna cursilería o una estupidez más grande que sus cejas.

-Oye, no te quedes ahí parado callado, di algo -pidió, Alfred, haciendo un falso puchero.

-Okay, vamos a leer... -comenzó a hablar, pero el sonido del timbre de la puerta empezó a sonar sin pausa siendo ya molesto para los oídos.

-Iré a ver quién es -avisó, el norteamericano, saliendo de la habitacióndejando a Arthur solo en la habitación.

El fantasma decidió no prestar atención a la estridente voz de Alfred que hablaba con a saber quién allí abajo, no era importante. En cambio, lentamente, caminó al diario para contemplarlo y leer lo que ponía en aquellas dos páginas abiertas.

«A día de hoy sigo escondido en mi pequeño y gratificante refugio del bosque. Volví a pelear con Scott por su estúpido comportamiento hacia mis amigos. No todos son asquerosos y detestables homosexuales como él dice; Kiku y Antonio son heterosexuales, o al menos que yo sepa... Y, bueno, Francis es asqueroso, pero no por ser gay, él es la excepción por mucho que el imbécil de Scott no quiera admitirlo.»

Ghost [UsUk/UsUk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora