El día del secuestro.

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17:00 pm

Él camina con lentitud, sus audífonos que antes colgaban alrededor de su cuello son colocados en sus oídos y aquella canción empieza a reproducirse Goodbye Angels, años que no escucha el grupo, y algo de nostalgia consiguió llegarle. Aquello se incrementó cuando paso por aquel parque en el cual solía jugar con sus amigos de la infancia. La sonrisa de aquel entonces de una niña de cabello rosa apenas entrando en la pubertad se representa en sus pensamientos. Se detiene, observa el lugar y se ve corriendo, uno detrás de otro. Tres niños inocentes, soñando despiertos.

— No es cierto.

Una mujer se encuentra sentada bajo el árbol de cerezos mientras come una galleta. Tiene una capucha que cubre sus cabellos, pero a pesar de eso puede verlos. Cabello rosa. Sus pasos son lentos, automáticos, se mueve como si sus extremidades no le pertenecieran. Entonces esa es la razón por la que llevaba tanto tiempo sin escribir algo en Facebook, o subir fotos a instagram, o los estados en whatsapp, él estaba pendiente de ella, le gustaba saber todo lo que ella hacia aunque se encontrara lejos. Pese a que era difícil, a veces ella sólo subía un estado al día, a veces ninguno, esos días eran tortura para él. Y las fotos que vio antes de que ella desapareciera. Eso lo enfermo, le hicieron arrojar el contenido de su estómago unas tres veces.

Finalmente llega frente a ella, aquella mujer levanta la cabeza y él ve sus ojos verdes, su rostro más maduro pero aun con rasgos infantiles, y aquella sonrisa, nada ha cambiado, ella continúa sonriendo de aquella forma que solo ella puede hacerlo. Con sus ojos soñadores, enseñando los dientes y sus pómulos subiendo.

— Sakura —Él pronuncia.

— Hola —Ella dice, su voz también se escucha diferente, más hermosa, por supuesto—. Quería sorprenderlos hoy en la noche. Pero no resistí las ganas de venir ¿Nos encantaba jugar aquí, recuerdas?

— Si. Lo recuerdo. Ha pasado tanto tiempo.

— Te ves bien, has crecido. Quede pequeña a tu lado.

— También te ves bien.

— ¿Acaso te has hecho del tipo silencioso?. Sigo siendo la misma, puedes hablarme con la misma confianza de antes. Anda, dime, ¿Cómo has estado?.

— Bien, supongo.

18:00 pm.

Sentados en el columpio, él la veía mover sus comisuras con cada palabra que emanaba de su boca, el meneo de sus manos, las sonrisas constantes, quería besarla, aunque seguro se enojaría por interrumpirla mientras ella contaba con tanta emoción el cuanto los había extrañado a todos.

A todos, ella no se refería específicamente a él, y eso le dolió.

— ¿Dónde te estas quedando? —Él preguntó cuando ella dejo de hablar.

— Aún no he contactado a las chicas. Quiero quedarme con Ino. Pero también deseo sorprenderla hoy. Aunque necesito bañarme, y prepararme para esta noche ¿Puedes dejar que me bañe en tu casa? Luego podemos ir juntos a la reunión.

— Sigo viviendo en el mismo lugar.

— ¿En serio? Tu casa me trae tantos recuerdos.

19:00 pm

Escucha el sonido del agua chocando con la baldosa, se dejó deslizar hasta caer en el suelo y golpeó su frente una y otra vez. No podía hacerlo, no podía entrar en la ducha y besarla y tomarla como quería. ¿Si lo rechazaba? ¿Si lo odiaba y no quería verlo jamás?

Ella salió vestida del cuarto de baño y llevando en su mano una secadora para el cabello. Él se encontraba sentando en el sofá, con una cerveza en la mano y un cigarrillo. Eso lo tranquilizaría, el cigarrillo siempre lo calma, eso y algunas sustancias más.

Inolvidable (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora