Inolvidable (Finalizada)

El pasado de ella

- ¿Por qué no aceptas a Lee? Ustedes se llevan bien.-

Sonreí ante la pregunta de mi amiga.

- Te dije que en Konoha se quedo el chico que me gusta.

- Una relación a distancia quizás estaría bien. ¿Por qué no le escribes?

La sonrisa se transforma en tristeza.

- No puedo hacerlo.

Paso en casa de Matzuri todo el tiempo que puedo, el secreto que me rompió hizo que desconociera a mis padres, por lo tanto evitó todo lo posible estar cerca de ellos.

Por las noches soy mesera en un restaurante, eso me sirve para pagarme los estudios. A veces veo a mis padres, ellos intentan hablar conmigo.

Sin embargo, la conversación es vacía.

Mi alma aún duele.

Coloque las llaves en la repisa, y me quite mis zapatos, la casa esta en silencio y eso me sorprende un poco ya que últimamente las discusiones constantes de mis padres eran quienes me recibían. La puerta de la oficina de mi padre está entreabierta, y la voz de mi madre audible como si me estuvieran invitando a que espíe, pero la realidad era otra.

- ¿Qué te dijeron?.

- Asesinaron a los Uzumaki.

Aquellas palabras me paralizaron, mis piernas temblaron.

- Es nuestra culpa.- Mi madre dijo.

Ella sostiene mis manos y me observa fijamente, esperando quizás una reacción diferente, sin embargo las lágrimas continúan cayendo, y me aflojo de su tacto que ya no me brinda la calidez de mi infancia, una calidez quizás en aquel entonces desinteresada.

- Ellos ya descubrieron donde estamos viviendo, Sakura. Vendrán aquí y nos mataran a todos.

- No pueden continuar haciendo que pague por sus errores.

- Sakura, hija.- mi padre intenta tocar mi mano, pero me alejo de él como si su tacto quemará.

- No lo hagas por nosotros, Sakura. Hazlo por ti.

Escucho su voz por el teléfono y lágrimas silenciosas se deslizan por mis mejillas, cubro mi boca con mi mano.

- ¿Quién es?.-

El silencio es quien responde, y ruego por escuchar su voz un poco más.

- Esto es molesto, habla de una vez.-

La llamada se cierra.

No soy capaz de hablar.

La culpa por algo que no hice me persigue.

Mis padres dejaron Konoha por que huían de sus prestamistas, el dinero fue derrochado en cosas materiales, vanidades que no nos merecíamos. Y la confianza de que el negocio de mi padre iba a prosperar fue como golpear su frente con una pared irrompible.

Ellos dieron una advertencia.

Mis padres huyeron.

Los muertos fueron personas inocentes, vinculadas como testigos del préstamo.

Y de alguna forma sellaron mi destino.

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