Capítulo 6 | La revancha

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Durante toda la semana Julia esperó alguna reacción por parte de Lena ante su

provocación, pero no se produjo ninguna. ¿Sería posible que no hubiera visto la

carta? Sabía que Nastya leía cada ejemplar de la A a la Z, y esperaba que se lo hubiera contado, pero ni Lena había hecho alusión alguna ni había contraatacado.

¿Se habría equivocado Kat y no era la Lena Katina que creía?

Su cuñada casi nunca se equivocaba, pero tampoco era propio de Lena dejar pasar una provocación semejante, sobre todo en lo que se refería a la «atracción» hacia su compañera de trabajo.

Su comportamiento hacia él era el mismo de siempre, algún intercambio dialéctico y poco más cuando perfilaban el siguiente ejemplar. Ni siquiera insistió en revisar las cartas que se publicarían, su actitud no acusaba ningún cambio que le hiciera suponer que había leído la carta.

Dejaría pasar una semana más y volvería a la carga, la idea era demasiado buena para que no hubiera surtido efecto.

El nuevo ejemplar se publicó y fue evidente que la revista conjunta estaba siendo

un éxito.

Las ventas aumentaban lo cual suponía un problema en parte, porque se hacía evidente que iban a tener que seguir compartiendo la dirección y no iban a poder librarse el uno del otro, al menos en un futuro próximo.

Ya estaban ultimando los contenidos del tercer ejemplar cuando Lena le comentó a Nastya mientras iban en el coche:

—Hoy va a ser el día.

—¿Qué día Lena?

—El de la revancha.

—Vaya... ya me temía que lo fueras a dejar estar.

—Parece mentira que no me conozcas.

—¿Y qué tienes pensado? ¿Vas a correr la voz de que la tiene chiquita?

—Peor.

—¿Peor? No hay nada peor que eso para un hombre... o bueno a una mujer como ella.

—Voy a hacer correr la voz de que no se le para.

—Sí, eso está peor.

—Necesito tu ayuda.

—Claro. Cuenta conmigo para lo que quieras. Joder, no te imaginas cómo me estoy divirtiendo con esta guerrita malévola.

—Yo también hace tiempo que no me divertía tanto. En fin, veremos cómo reacciona la sra. Viktorovich Volkova que nos metamos con su virilidad.

—Te odiara de por vida Lena.

—Bueno, este es el plan. Tú tienes libre acceso al despacho de Julia, ¿verdad?

—Sí, he estado allí algunas veces colaborando con sus cosas.

—¿Sabes dónde guarda los borradores de los artículos?

—En su computadora.

—Mhhh vaya. ¿Y las cartas?

—¿Las que le llegan de los lectores? Selecciona y guarda en la pc las que se van a publicar y el resto las mantiene en uno de los cajones de su escritorio durante un tiempo, en una carpeta. El segundo, creo.

—Bien, pues cuando la mande llamar, te deslizas con mucho sigilo y dejas caer esto en el cajón de las cartas. Que parezca escondido, pero que esté visible también

Le dijo dándole un frasco de Viagra.

—Joder... ¿Y si la descubre?

—No lo hará. Élla no. Lo descubrirá una de nuestras chicas. ¿Quién es más chismosa, Sasha, Olga o Varvara?

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