Capítulo 8 | ¿En tu casa o en la mía?

507 32 0
                                    

Durante varios días, cada vez que Julia entraba en el despacho de Lena se encontraba con la mirada de Olga y Sasha clavada en su espalda como dardos, hasta el punto de que notaba un cosquilleo en la nuca que conseguía ponerla nerviosa.

También ella se sentía observada por todo el personal de la editorial, e incluso un día en el ascensor, un redactor ya entrado en los cuarenta le guiñó un ojo y le dijo que contara con él para cualquier cosa que pudiera necesitar.

Ella le respondió que ya contaba con un buen equipo y siguió su camino.

Por eso, cuando Nastya entró en el despacho un día de la semana siguiente y le dijo:

—Siéntate que tengo que contarte una cosa...

—Estoy sentada.

—Pero aagarrate bien porque te vas a caer de espaldas. Julia es un rival formidable, ha conseguido darle la vuelta a la "tortilla".

—¿Qué quieres decir?

—Que de alguna forma se ha enterado del asunto de la Viagra y lo ha vuelto en tu contra.

—No puede probar que he sido yo quien ha puesto allí la caja, de hecho tú la recuperaste sin que élla ni siquiera la viera, ¿no?

—Sí, la recuperé sin que la viera, pero de alguna forma se ha enterado y ha esparcido otro rumor.

—Suéltelo ya Nastya. Por tu cara ya sé que no me va a gustar, así que desembucha.

—Bueno, por la redacción se dice que necesita la Viagra para cogerte a ti. Solo a ti.

—¿Para cogerme a mí?

—Cálmate, no le hagas caso a las locas. Debes ser consciente de que este despacho es ahora el punto de mira de toda la redacción, y Varvara es muy buena periodista y te es fiel hasta la muerte, pero no se resiste a un chisme y para ella

esto no es más que una noticia jugosa que nada tiene que ver con el trabajo.

—Cuéntame los detalles. ¿Qué se dice?

—Que Julia y tú cogen aquí en el despacho cada vez que se reunen para asuntos de la revista.

—¿Aquí en el despacho? No me lo puedo creer. ¿Cómo puede la gente creerse eso? Si es de dominio público que no nos podemos tragar la una al otra.

—Se dice que ha sido idea de Alexia. Y parece ser que todo el que se quiere tirar a alguien del personal ha ido a Martín a explicarle cómo mejoraría su trabajo si pudiera «colaborar más estrechamente» con esa persona. Y la pobre no sabe ni que onda y les ha dicho que hagan lo que sea necesario para mejorar el rendimiento, así que en breve nos vamos a encontrar a gente cogiendo hasta en los armarios.

—Maldición... Ahora entiendo que un redactor de la tercera planta la semana pasada me guiñara un ojo en el ascensor y se ofreciera para cualquier cosa que pudiera necesitar.

—¿Qué ocurre? ¿Hay más?

—Es que no solo va diciendo que cogen en el despacho, sino que eres una especie de ninfómana insaciable y la obligas a hacerlo varias veces seguidas, que por eso debe recurrir al Viagra. Por eso y porque no le pones empeño al "trabajito".

—¡Será cabrona! Dame el teléfono.....

—¿Qué vas a hacer? ¿Dejarte llevar por la indignación y montar un espectáculo en el despacho? En 15min ya sabrá hasta el recepcionista del edificio de enfrente que tuvieron una «discusión de enamorados».

—¿Enamoradas? ¿Enamorarme yo de semejante idiota? ¿Cómo puede pensar alguien que yo caiga tan bajo? No voy a dejar pasar esto, Nastya, voy a decirle a la cara a la señora Volkova lo que pienso de élla y de sus rumores.

BlisokoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora