Capítulo 13 | La cena

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—De modo que vas a salir con élla Lena?

Le dijo Nastya mientras veía a Lena sacar del closet un conjunto de ropa tras otro, contemplarlo largamente y volverlo a colgar.... En un principio, y cuando su amiga le dijo que tenía planes para la noche del sábado, se había extrañado.

Desde que ella y Dasha habían dejado de verse, los fines de semana salían juntas y Lena se había mostrado un poco remisa a decirle con quién

iba a salir. Pero Nastya era muy insistente, y al fin había conseguido que le dijera la verdad, aquella misma tarde.

—No voy a salir con élla. Por eso no quería decírtelo, sabía que no lo ibas a

entender.

—¿Qué hay que entender en que vas a salir a cenar con Julia?

—Que no voy a salir, solo voy a cenar con él,a.

—¿En un restaurante?

—Supongo. No creo que me lleve al Retiro a sentarnos en un banco con un helado. La señora Volkova puede pagarse algo mejor.

—Entonces vas a salir. Si fueras solo a cenar lo traerías aquí y lo sentaríamos en la mesa de la cocina, entre las dos. Y tú te pondrías los vaqueros viejos de siempre y una camiseta cualquiera, y no estarías revolviendo el closet desde hace media hora sin decidirte por nada.

Lena suspiró ruidosamente. Nastya era muy obtusa a veces. Le había explicado con detalles lo de la entrevista de Julia a su padre y la petición que élla le había hecho a cambio de no publicarla, y que ella no había tenido más remedio que aceptar.

Que no se trataba de ninguna cita, pero seguía en sus trece, mirándola socarronamente mientras desechaba un conjunto de ropa tras otro.

—¿Me permites que te aconseje?

—No. Porque como estás empeñada en que esto es una velada «romántica», vas a decirme que me ponga algo sexy, y no es mi intención.

—Entonces ponte unos vaqueros y cualquier cosa encima.

—Tampoco, joder. No sé dónde va a llevarme Julia, no puedo avergonzarle y

avergonzarme a mí misma llevando una ropa inapropiada.

—Pues llámale y pregúntaselo.

—¿Y admitir que me estoy quebrando la cabeza pensando en qué ponerme? Ni hablar. El ego de la señora Viktorovich Volkova ya es demasiado grande para aumentárselo más.

Nastya se levantó del borde de la cama de su amiga donde se había sentado y se acercó al closet.

Tomo un vestido de coctel con un escote cuadrado y discreto y un corte que realzaba el cuerpo de Lena a pesar de no ser demasiado ajustado, un pantalón negro de corte clásico, y que Lena ignoraba que le hacía un trasero fabuloso y los extendió sobre la cama.

Luego abrió uno de los cajones y sacó una camiseta turquesa ajustada y amarrada al cuello con una tira de pequeñas cuentas de bisutería de un tono más oscuro que le dejaba al descubierto la mayor parte de la espalda y un

top que apenas le cubría el ombligo de un tono burdeos con un escote que sin ser excesivo daba mucho juego a la imaginación.

Nastya escogió las prendas con ojos de hombre, pero sin que a Lena le diera la impresión de que iba especialmente sexy.... Pero lo iría con cada una de ellas.

—Cualquiera de estas cosas es lo suficientemente adecuada para no desentonar en ningún sitio donde Julia te lleve. Y no dan la impresión de que te la quieres tirar.

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