Me encuentro en la terraza de un cuarto de hotel 4 estrellas, en Yokohama. Una muy bella ciudad, donde las luces de los carros se reflejan en charcos de agua causados por la leve lluvia que hacía que la ciudad se viera más hermosa. En el cielo se encontraba la luna llena, pacientemente observando la ciudad, junto conmigo. Las cosas más simples parecieran ser causa de alguna felicidad, aunque sea mínima.Pero no parecía que la gente de esta ciudad pensara lo mismo.
Eran como cuerpos sin alma, caminaban por las bellas calles de la ciudad, pero no les daban importancia. No notaban el cielo sin estrellas, o los reflejos de los carros, o que existe la felicidad. Todos parecían molestos e inconformes.
Salí del hotel, y caminé hacia un pequeño puente que unía dos calles separadas por un río. Se podía ver la ciudad perfectamente desde ahí, quizá mejor que en la terraza de aquel hotel. El aire golpeaba con suavidad mi cuerpo, provocándome un escalofrío.
Me recargué en el barandal, dejando que la brisa me diga hacia dónde tengo que ir, aunque no le haré caso de todas formas.
-Quiero ayudar a las personas, que sepan que hay razones para ser feliz. Que recuperen ese optimismo inocente que un niño tiene.- Digo en voz alta, hablando conmigo misma.
Siento una presencia detrás de mi, como si alguien estuviera mirándome. Al darme la vuelta, afirmo mi hipótesis. Había un hombre alto, de caebello castaño, con vendajes en los brazos.
-Si intentas ir por todo, terminarás con nada.-Se recargó de espaldas al lado de mí, acomodando sus codos en el barandal, inclinándose un poco en aquel solitario puente. Bueno, ya no tan solitario.
No me asusto por su presencia, no puede herirme. Y, de todos modos, no conozco a nadie. ¿Será lo mejor hablar con él? Quizá termine mi soledad innecesaria, que yo misma he creado.
-¿Cómo puedo ayudar a las personas? Todas las personas merecen ser felices.
-"Merecer" es una palabra con muchos significados, si tú se los das.-Dijo, y dió media vuelta, para ponerse en la misma posición en la que yo estoy. Cierra los ojos, y se deja acariciar por el aire.
-Eso importa?
-Tal vez la personas no quieran tener tal felicidad en sus vidas.
El silencio inundó el lugar, por un largo momento. Bajé la mirada, y sentí cómo aquel silencio se burlaba de mí, diciéndome que no puedo hacer tal cosa como dar felicidad a todos.
-Todas las personas desean felicidad, aún si está en lo más profundo de sus corazones, estoy segura. Sólo necesito tiempo.
-El tiempo no espera por nadie.
-Eso es lo que dicen los pesimistas.-Levanté una mano un poco inclinada hacia el frente, y pronuncié lo siguiente: Time hole of five seconds
Los carros pararon de moverse, las personas estaban completamente paralizadas. Era todo casi gris, los colores eran muy opacos. ¿Te imaginas ver a tu ciudad paralizada?
Aún así, seguí escuchando su voz.
-¿Ahora cómo sabré de qué color son mis cereales?- Dijo en tono burlón, fingiendo tristeza. - Devuélve el mundo como estaba, chica roba colores, ¿No querías que el mundo fuera feliz?
Voltee de forma rápida, sorprendida.
-P-pero- El extraño me interrumpió.
-P-pero porqué tomaste los colores del mundo?- Rió, burlándose.
-Paré el tiempo.
-¿Que?
-Mi habilidad, Time hole of five seconds, me permite parar el tiempo.-Respondí con indiferencia. -Pero, ¿Por qué sigues moviendote si paré el tiempo?
-Mi habilidad es llamada "Indigno de ser humano", puedo anular cualquier habilidad mágica que toque.
-¿Quién eres?- dije.
-Eso también me gustaría saberlo yo.
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|Terminada| Cuando el tiempo espere por nosotros. (Dazai y Tu)
Fanfiction___ tiene el poder de manejar el tiempo a su manera, como ella quiera. Un día, ____, para el tiempo, y se encuentra con un chico que se inmuta a su poder. __-¿Quien eres? -Eso también me gustaría saberlo yo.