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-Bien, __ , te presentaré a los de la Agencia Armada de Detectives.- A pesar de la hora, Pareciera que Dazai tiene toda la energía del mundo.

-Tengo demasiado sueño para recordar nombres.- Pero no el suficiente para observar a Dazai detenidamente. Llevaba puesto lo mismo que ayer, y la vez del puente. Pero pareciera que la ropa está perfectamente limpia. Y huele bien... ¡concéntrate!, ahora causaste un silencio incómodo.

-¿Tienes algún plan para hacer a todos felices?- Dijo y su cara se mostraba pensativa. - Conozco mucha gente que aunque trataras toda tu vida no les sacarías ni media sonrisa.

-Sinceramente, no. Pero pienso tenerlo algún día.- Paseamos caminando un largo recorrido que tal vez dure horas. Yokohama es bellísimo y eso nadie lo puede negar. - Igual mi habilidad no es muy útil para mi meta.

-Pero es útil para la agencia. - se mostró serio. - Estamos resolviendo un caso importante y necesitamos tu ayuda para ello. Tu habilidad es conveniente en muchos tipos de situaciones. No le veo desventajas.

-Al principio, la desventaja era que no podía pasar el rato con nadie, al parar el tiempo. - Iba a continuar, pero Dazai parecía ya saber lo que yo iba a decir.

-Pero llegué yo, ¿no es cierto? - sonrió, sintiéndose especial.- Normalmente sólo traigo desgracia a las personas. Y a mí mismo, no sé cuántos intentos de suicidio llevo.

-¿Suicidio? -Siento una punzada en la cabeza al escuchar esa palabra. ¿Por qué?

-Sí, cuando la gente ya no tiene ganars de vivir, se mata a sí misma, es básicamente lo que es el suicidio. Pero con alguien tan positivo como tú, no es sorpresa que no lo conozcas. No te preocupes, ¡tengo una biblioteca entera con libros de tutoriales y métodos!- Se emocionó.

-No, ya lo conocía.- Mi rostro entristece. - Digamos que, no tengo bonitas experiencias con el suicidio.

-¿Conoces a alguien que se suicidó?

Decidí responder con un silencio bastante abrazador, intentando recordar por qué soy sensible ante el suicidio. No lo recuerdo, quizá tuve una pesadilla. Quizá.

Después de unos momentos, decidí optar por cambiar el tema de conversación, para romper el hielo, y de paso, para que mis ojos no se cerraran.

-Todo esto de la agencia... - Dazai voltea sorprendido al ver que me atreví a hablar después de aquel silencio incómodo que nos rodeaba.- No entiendo.

-¿Qué es lo que no entiendes? - Dijo dazai sin dejar de caminar.

-¿Por qué me salvaron? ¿Por qué me necesitan en la agencia? ¿Por qué..? - Como siempre, El hombre vendas no me dejó terminar.

Colocó su dedo índice a tres centímetros de mis labios - Shhhh - Ya llegamos.

Sin que me diera cuenta, ya habíamos llegado. Me puse algo nerviosa. No creo que deba estar aquí. Algo me dice que no pertenezco a este lugar.

-¿Por qué? ¿Tienes otro lugar al cual ir?- Aunque Dazai me reconforta un poco, me siento un poco más segura.

-No... pero- Dazai abrió la puerta.

Todo estaba tranquilo, todos parecían personas normales en un trabajo normal. Pero de una u otra manera sé que este trabajo es todo menos normal.

-¡Bienvenida de nuevo, ___! -Yosano fue la primera que notó mi llegada.

Dazai se separó de mi lado para ir a su puesto, pero no sin antes susurrarle algo a un tipo alto y con lentes, su lugar estaba muy organizado.

Éste último se levantó de su asiento, y se dirigió a donde yo estaba.

-Buenos días, señorita ____.- hizo una pequeña reverencia, poniéndose una mano en el pecho y otra en la espalda.- Permítame presentarle lo que viene siendo nuestra Agencia Armada de Detectives, y a sus integrantes.

-Buenos días, señor... -Hice una pausa esperando a escuchar su nombre.

-Doppo Kunikida.

-Kunikida. Es un placer conocerlo. Y a esta agencia también.

|Terminada| Cuando el tiempo espere por nosotros. (Dazai y Tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora