|Terminada| Cuando el tiempo espere por nosotros. (Dazai y Tu)

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-De acuerdo, amor. -Inmediatamente terminé de pronunciar esas palabras, tres enfermeras abrieron rápidamente la puerta, con una camilla. La cara del paciente se me hizo conocida, y me dió una punzada en la cabeza.

-TE DIJE QUE AQUÍ NO ERA, MARIELA.- Dijo una de las enfermeras, pelirroja.

-AQUÍ ME ASIGNARON A ESTE PACIENTE. ME LO DIJO EL DOCTOR TRAVIS.- Dijo la otra enfermera, rubia.

-¿EL MISMO QUE AYER ESTUVO EN MI CAMA?- La pelirroja, soltó la camilla, y adoptó una posición atacante.

-¿¡CÓMO TE ATREVES A METERTE CON MI ESPOSO, ELENA?!- Dijo Mariela, la enfermera rubia.

-NECESITÉ TRES CAJAS DE PARACETAMOL Y 2 DE DICLOFENACO PARA PODER SEGUIR, PORQUE LE DABA SUEÑO. NO LE ERES SUFICIENTE, MARIELA DE LA GARZA.- Vaya, dijo su apellido, eso es malo.

-¿QUÉ ESTÁ PASANDO AQUÍ?- llegó un tercero. Tiene en su pecho, del lado izquierdo, un gaffette con el nombre "Travis de la Garza".-ESTE PACIENTE SE ESTÁ MURIENDO!

-¿¡CÓMO TE ATREVISTE A METERTE CON ESTA PERRA BARATA!?- Le dijo a su esposo.

-De hecho, cobra mucho.

-PUES SABES QUÉ, KAREN Y MILAGROS NO SON TUS HIJAS, SON DEL SEÑOR DE LA INTENDENCIA.

-PUES QUE TE MANTENGA, QUE TE LIMPIE TU MENTE COCHINA, NADAMÁS LE PEDÍ A ELENA QUE ME AYUDARA CON UN INFORME, PORQUE TÚ NO ERES DE ESE PLANTEL, Y LE PAGUÉ. JAMÁS HUBO NADA MÁS.- dijo, y se retiró.

Dazai y yo nos empezamos a reír incómodamente ante la situación, hasta que empecé a escupir sangre, y las enfermeras se retiraron, pensando que estaban atendiéndome. Y Dazai hace literalmente lo contrario.

-Bien, iré por un doctor, de lo contrario tendrás heridas permanentes.-Dijo. Aunque en realidad el haberlo conocido ya es una herida permanente.

Sólo asentí con la cabeza, y se retiróen busca de un médico que pudiera atenderme. Aunque no entiendo por qué Yosano no puede hacerlo, quizá se le olvidó a Dazai.

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-Bien, le daré las indicaciones de cómo acomodar su vendaje.- Mencionó el doctor, tomando mi brazo bueno, y comenzó a explicarme mientras me vendaba. Dazai sólo miraba expectante.

-Bien, y así es como se hace.- Dijo... Travis!? Vaya, de lejos se veía más apuesto.

-¡Perfecto! Si quieres envolver un burrito.- Dijo Dazai, algo enojado.-Ya sé todo lo que tiene que medicarse, no se preocupe, nos vamos.

-Medicarse? ¡Esta niña no puede quedarse sola! Necesita de alguien que la cuide,-Dijo dirijiéndose a Dazai, para luego voltear a mi dirección.~Con tanto daño que te hiciste, ¿cómo te lo hiciste?

-Se... cayó de las escaleras.- Dijo Dazai por mí, para luego voltear a verme y sonreír. Mentiroso.

-Bueno, tienes algún familiar, pequeña?

-Tengo la edad suficiente como para que no me llame "pequeña" o "niña", señor.

-Ese no es el punto, necesitas de alguien que cuide de tí, responde mi pregunta.

-Mi familia murió hace tiempo, no hay nadie que pueda cuidarme.

-Entonces.. ¿quién es él? No puede irse de aquí si no hay nadie que pueda cuidarla.

-Es..

-Soy su esposo.- Completó Dazai.

-¿¡Qué?!- Dijimos el doctor y yo al unísono.

-Ah, s-si,llevamos 3 años, quizá se me olvidó por la caída..-Dije, intentando seguir la mentira de Dazai.

-De acuerdo, aunque parecieran ser muy jóvenes, pero eso no me incumbe. Pueden irse, aquí está la receta.-Dijo, y le dió un trago a su taza de café.

-Gracias, Travis. Espero que tu matrimonio se arregle.-El médico casi se ahoga por las palabras de mi "esposo"

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-¡Ya llegamos, cariño!- dijo, entrando a la casa, mientras empujaba mi silla de ruedas.

-No me digas así.

-¿Cómo, cariño?- Esa sonrisa, la amo y la odio. Es un sentimiento tan extraño.

-Tengo que bañarme, estoy llena de sangre por todos lados.

-Pues anda, está en el piso de arriba, la segunda puerta a la derecha. Dijo mientras caminaba hacia la cocina.

-Ahmm.. ¿Genio?

-¿Sí, mi amor?-Gritó desde la cocina.

-No puedo levantarme.