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Despierto y sigo en el mismo asqueroso lugar. No quiero ni saber de quién es la sangre, no se qué día es, y mucho menos qué hora. Me levanto con dificultad, aunque ya no estoy tan débil como cuando me desmayé.

Mi vestido color vino está empapado de un color similar, incluyendo mis vendas, brazos, piernas y cara. Espero que la persona que se desangró aquí no haya tenido alguna enfermedad. La luz sigue encendida, y Dazai sigue atado. Si supiera cómo, volvería a encender esa sierra. Estúpido mentiroso.

Intento detener el tiempo, pero es en vano. No puedo hacer nada, y no puedo recuperarlo.

La puerta que abre hacia el salón donde Dazai se encuentra amarrado, posiblemente dormido, está abierta.

La sangre recorre un camino desde el abdomen de Dazai hasta el suelo, no había notado que la sangre se expandía haciendo un río de sangre desde donde yo estaba anteriormente, hasta donde él está actualmente amarrado.Si en realidad él hubiera sido parte de este plan, ¿por qué le hirireron y le dejaron aquí a morir?

-¡Dazai!

Pongo mi mano sobre su pecho en busca de pulsaciones.

No hay respuesta.

-Aguanta, porfavor.- Mis sollozos son cada vez más audibles, pero eso no va a ayudarlo.

Lo desato por completo, y lo llevo en mi espalda como puedo. No traigo mi celular, lo dejé en la mesa, por lo que no puedo llamar a una ambulancia.

Dentro de la sala donde se encontraba desangrado, había una puerta que daba al exterior, la cual estaba extrañamente abierta. Es de mañana. No fue mucho tiempo el que pasé inconciente, pero tristemente para él, fue demasiado tiempo.

Estuvimos en la sala de lavado de platos del salón, por lo que no nos movimos mucho. El auto ha de seguir en el estacionamiento.

🥀

-¿Él está bien, Travis?- El hospital está tranquilo, diría también silencioso, pero no mucho. Se escuchan débiles murmullos de personas en la sala de espera. La bata que llevo puesta es cómoda, y me siento limpia. Recogí mi cabello sin esfuerzo, pues tuve que arreglármelas para hacérmela con una mano, debido a que estoy entubada a un suero intravenoso.

-Está estable, y por lo pronto eso es suficiente.- Asentí, y hubo un poco de silencio, pero sólo para que el doctor volviera a hablar.- Cuando lo trajo al hospital su pulso era muy débil, casi nulo.Tiene una rajada en el abdomen, un brazo roto y varios moretones. ¿Sabe usted algo de la situación en la que estuvo para causarle tantos daños?

-No, no lo sé.- Mis ojos miran a una planta en un buró, colocado a mi izquierda.

-De acuerdo, lo tendremos en observación. Puede pasar a verlo, pero no mucho tiempo. Usted también está débil. Tenga cuidado con el tubo de suero, y no olvide tomar sus vitaminas.

-Sí, doctor.- Él se retiró, y la puerta que da hacia el cuarto de Dazai está enfrente de mí. Pongo la mano que no está entubada en la madera de la puerta, y pienso un poco.

Todo lo que me dijo Chuuya concuerda. ¿Será que sí tengo familia, o alguien que me espera en casa? No recordé nada mas que mi nombre desde que desperté en la agencia. Y sí, que me invitaran a la agencia se me hizo algo repentino, o cuando le daban "Ataques de bipolaridad". O quizá la llamada que tomó antes de entrar al salón...

Pero, igual se me hace extraño que le hayan dejado ahí. Unos minutos más y hubiera muerto. Que es lo que anhela, no? ¿Acaso fue su premio por engañarme?

Abro la puerta, y ahí está, enyesado del brazo, limpio, vivo.

Me mira con culpa, y luego voltea la mirada.

-Dazai, sabes a qué vine. Dime la verdad.

Mi vista divaga un poco por la habitación. Es linda. Tablones de madera pulida en el suelo, sueros, conexiones, vendas, Dazai, una cama, no mucho.

Se quedó en silencio. No pronuncié palabra para que así se sintiera incómodo o presionado por el silencio y dijera algo. Pero no iba a hacerlo por su cuenta, así que tal vez le haga preguntas. Tal vez si yo fuera más específica, él p-

-¿Por qué no me dejaste morir?- Dijo. Volteo a verlo, pero su mirada sigue fija en la pared.

-Porque confío en tí, Dazai.

-Que tontería. No te creo. ¿De parte de quién es porque viniste aquí?

-No vengo de parte de nadie. Te traje aquí porque te quiero. Ya te lo dije en el baile.

-¿Cómo sigues creyendo tal mentira?

-¿Mentira? Entonces me dices que es verdad todo lo que Chuuya dijo. Pero si en verdad fueras parte de ese plan, ¿por qué te dejaron morir ahí? ¿Por qué estás todo golpeado? ¿Quién te hirió?

-Deja de preocuparte por mí y vete, ___.

-No voy a irme. Habla.

-No voy a hablar. Vete.- Lo ignoré. No me iré hasta saber qué sucede.

-¿Qué quieren hacer ellos con mi poder?

-Jamás me lo dijeron.- Apretó su brazo.

-¿Ah?

Travis abre la puerta.

-Disculpe señorita, se acabó su tiempo. Sé que no fue mucho, tal vez mañana pueda pasar otro rato aquí, pero el tiempo de visitas terminó. Es algo irónico que lo diga. ¿Mi tiempo terminó? Quizá Dazai en verdad nunca sintió algo por mí.

-Señor Osamu, su pulso está alterado. Le dijimos que se mantuviera calmado. Respire profundo.

Salí de la habitación, no sin antes hacer contacto visual con él. No se ve molesto, se ve triste.

Al salir, se me acerca una enfermera de cabello rubio recogido, y ojos cafés. Se ve linda, pero me asusta. Su rostro expresa muerte.

-Disculpe, señorita. ¿Tiene usted algún lazo con el señor Dazai Osamu?- Dice mientras revisa un legajo que lleva en mano.

-Sí, soy su esposa.

-Mi deber es verificar sus palabras revisando registros, pero me encuentro algo ocupada por el momento. Así que confiaré en su palabra, y le daré algunas pertenencias que se encontraban en el saco de su esposo, las colocamos todas en esta bolsa de plástico antes de retirárselo.

-Muchas gracias.

-No hay de qué. Si me disculpa, tengo prisa.- se alejó caminando, mientras escribía algo en el legajo.

Su celular, un libro de notas y un cheeto. ¿Por qué lo pusieron el cheeto en la bolsa en lugar de tirarlo a la basura? Dejando el cheeto de lado, tomo el libro de notas.

La portada del libro contiene el siguiente escrito:

Registros diarios.

|Terminada| Cuando el tiempo espere por nosotros. (Dazai y Tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora