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-Que a dónde quiero ir? - Vamos caminando por una calle ya lejos de donde estabamos, de la Mafia, y de la Agencia, o eso creo. No tengo idea de por donde caminamos, o de a dónde vamos.

-Sí, paraste el tiempo, no es así?, me debes una por interrumpir mi secuestro.

-¿interrumpir? ¡Te salvé la vida!

-Pff, ya quisieras.- dijo con un tono casi tan bajo como para no escuchar.

-No estoy entendiendo nada, todo está pasando muy rápido.

-invítame algo, te responderé cinco preguntas.-dijo.

-Sólo cinco?

-Cuatro

-No, espera..-

-Tres.

-De acuerdo, de acuerdo. Deja de disminuírlo.

-Bien. 3 preguntas serán. Ya sabes a dónde quieres ir?

-No conozco por aquí.

-Enserio? -Paró de caminar

-Sí, llegué aquí hace unos días. Tampoco estaré mucho tiempo.- Paré de caminar yo también. El sol pareciera avanzar un poco más rápido, anaranjando el cielo.

-Déjame darte un recorrido.

-No, gracias.

-Porfavor- Puso cara de perrito triste, y oh, vamos, se veía muy tierno.

-De acuerdo -Reí ligeramente.

-Bien, ahora sólo queda decidir por dónde empezar.- Dijo emocionado. -Ya sé! - tomó de mi mano y empezó a caminar. Por aquí.

-Es... necesario que tomes mi mano?

-Es necesario que te sonrojes?- Dice eso y me sonrojo aún más. Sus manos se sienten cálidas y suaves. Después de unos minutos de camino, llegamos. Es una pequeña tienda en una esquina de una calle tranquila. Bueno, todo es tranquilo cuando el tiempo deja de correr.

-¡Ta-daaaaa!- dice, y mueve las manos tipo "Manos de jazz" intentando mostrarme una cafetería vacía.

-Wow, una cafetería.- dije sin asombro alguno, y con tono sarcástico.

-Sí, pero sólo me gusta el lugar. No tomaremos café.- Sonríe -Tomas alcohol?

-Puedo resistirlo.- Miento.

Abre la puerta y suenan pequeñas campanitas.

Tomamos asiento, y empiezo con mi muy reducido número de preguntas.

-Pregunta número uno: ¿Qué hacias en una camioneta con la mafia y por qué dejamos a tus amigos atrás? Nonono, mejor, ¿Qué estabas haciendo y por qué te secuestraron?, nono,- suspiro- tengo muchas preguntas.

-Tranquila, ve poco a poco.- sacó dos copas redondas y largas, junto con un vino raro. Notó que me le quedé viendo al vino.- un rarito me lo dió. Creo que lo conoces.

-¿Rarito? Descríbelo.- me senté en una mesa con sillas altas, y puse mi puño en una mejilla -Conozco muchos.- Lo ví a los ojos como diciéndole "tú", pero no pareció entender.

-Bajito, pelirrojo, siempre usa sombrero.- tiene los ojos húmedos. Como si lágrimas desearan salir, pero son demasiado leves para hacerlo. Mientras, sirve el vino en ambas copas. lo recuerdas, no es así?

-Sí, ¿no es el que me hace casi morir?

-Sep. -Regresa a la mesa con ambas copas, y me da la mía antes de sentarse.-Pero no es alguien sobre quien quiero hablar.

-Tengo mi pregunta. -suspiro.- ¿Por qué te buscaban los de la mafia?

-la ligera sonrisa que tenía se difumina rápidamente.- Es un secreto, ven.- me acerco y le doy un trago al vino, Dazai sigue serio.

-Vendo droga.- Fue mala desición darle un sorbo al vino en ese momento, casi me ahogo.
Dazai lanza una carcajada.

-No, no es cierto,- suelta otra risa, pero esta dura menos.- Adivina.

-Le hiciste algo malo a alguien.- suena más como pregunta.- Bueno, no creo que hayas hecho algo malo. Pareces ser... tranquilo.

Vuelve a reír, pero por alguna razón sé que no se rió de la broma que hizo, si no más por lo que dije.

-No. -dijo -Quieres que te diga por qué?

-Umm ¿sí? Supongo que por eso pregunté.- reí internamente.

-Yo se los pedí. - dio un sorbo largo a su copa de vino, para después darle tres vueltas al líquido y dejarlo en la mesa.

-¿Que hiciste qué?

-A los de la agencia.- Me mira a los ojos y eso me hace sentir... extraña.

-Qué les pediste?

-No me secuestraron, sólo lo hice para saber si eras lo suficientemente capacitada para entrar a ella.

-Entrar a dónde? -Me quedo pensando, Era obvio a dónde. Dazai ríe

-Supuse desde antes que querrías entrar, así que me adelanté.

-Wow, y.. ¿entré?

-Pues tu misión era salvarme y estamos tomando vino en una cafetería, no lo sé.

-Siguiente pregunta:- Antes de que pueda continuar, me interrumpe.

-Hiciste más de las que acordamos.

-Pero..-

-De acuerdo, sólo una más.

-Bien.- Digo - ¿Por qué me salvaste?- Al terminar la pregunta, Dazai toma otro largo trago del vino, acabándose lo último que quedaba en su copa.

-Supuse... que el mundo debería tener a alguien como tú.- Su gesto hace parecer que es mentira.

-Alguien como yo?- me sonrojo de nuevo, pero por el alcohol. Creo.

-El mundo está lleno de maldad, muerte y negatividad. Alguien tenía que cambiar eso. O al menos equilibrarlo, la balanza entre la alegría y el odio parece estar rota en beneficio del odio.- rompió su seriedad con una sonrisa- Además, la agencia necesitaba alguien nuevo.

-¿Para qué sirve la Agencia?- No sé cuantas veces lo he pronunciado en lo que va del día.

-Para lidiar con la mafia, supongo. - sigue con la copa en mano, hasta que decide ponerla sobre la mesa.

Se para de su asiento, y deja ambas copas en el mostrador. Sólo le dí un trago, pero parece que la copa está medio vacía.- Mañana temprano aquí mismo, yo paso por tí para que conozcas a todos.

-A qué hora?

-8:30 A.m.

-No creo despertar a esa hora.

-Tendrás qué.

|Terminada| Cuando el tiempo espere por nosotros. (Dazai y Tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora