Harry y yo continuamos besándonos hasta que ocurrió. Si, lo hicimos. Fue increíble, su forma de recorrer mi cuerpo con sus labios era excitante, lo amaba, en tan poco tiempo. De repente, todo el mundo se me olvidó.
Mi familia, Niall, que quería volver a mi casa, todo.
Despertamos los dos aturdidos a la mañana siguiente, nos sonreímos, como si fuéramos una pareja que llevara años de conocerse.
"¿Qué tal?" me miró con una sonrisa pícara.
"El mejor de mi vida" admití. Lo besé.
"Vamos a bañarnos, te llevaré a un lugar" Harry se levantó y se dirigió hacia el baño.
Estaba feliz, aunque no debería estarlo. Me levanté muy rápido y me metí a la ducha con Harry. Hablamos, jugamos y nos besamos, era fantástico.
Entonces decidí hacerle unas preguntas.
"¿Cómo se llama tú mejor amigo?"
"Lou, bueno, Louis" se rio divertido. "¿El tuyo?"
"Debo admitir que mi hermano" soné muy tonta al decir eso. Un mar de dolor me invadió.
"¿Cómo se llama?" Harry preguntó algo más serio.
"Liam" dije a punto de llorar.
"Hey, no llores preciosa, vamos a hacer algo" hizo una pausa, "hoy estarás muy muy feliz, te prometo que volverás a ver a tu familia, ¿de acuerdo?"
"Gracias Harry" lo abracé muy fuerte.
Cuando estábamos arreglados y a punto de salir, Harry me vendó los ojos y salimos de la casa. Estaba muy nerviosa, no sabía a donde me llevaría.
Manejó hablando todo el tiempo, haciéndome reír con los ojos vendados. Hasta que se estacionó, salió del carro y abrió mi puerta.
Se escuchaba mucha gente, entonces me quitó la venda.
Un parque de diversiones. Grité de emoción y lo besé.
"Vamos a divertirnos un poco" extendió su mano hacia mi.
"Vamos" agarré de su mano.
Estábamos comprando un algodón de azúcar cuando noté algo raro en la gente. Se distinguió una cabecita rubia entre todas.
Niall.
