Avance a paso ligero por el pasillo vacío y oscuro del segundo piso, la madera crujía a cada paso que daba. En cuanto llegué a la puerta del despacho de mi tía mi estómago se revolvió y dudé varias veces en entrar. En el piso de abajo escuché las voces de los chicos, quise estar con ellos pero no podía huir como una cobarde de mi tía, no sería tan malo lo que me diría, de todas formas estaba acostumbrada a sus regaños.
Tomé una larga bocanada de aire y toqué a la puerta.
-Adelante-escuché decir a tia Lili con una voz calmada.
Me repetía varias veces que no sería tan malo, solo sería un regaño y esto acabaría y podría irme a mi casa para descansar.
Al abrir la puerta fui recibida por la luz de una lámpara que alumbraba los libreros que llegaban hasta el techo. Todas las cortinas pesadas estaban corridas, por eso todo estaba oscuro. Hace mucho tiempo que no había entrado a esta habitación, solía jugar con Maddi, mis hermanos y mis primos a las escondidas cuando había cenas familiares, era mi lugar favorito para escabullirme tras los sillones.
Mi tía se encontraba en su escritorio, usaba unos lentes de lectura y frente a ella habían varios papeles y una laptop gris. Levantó la vista y suspiró al verme.
-Acércate, nena. No voy a hacerte daño-dijo en tono de broma y cariño.
No se veía enojada, parecía cansada y aliviada también. Realmente creí que me gritaría apenas atravesara la puerta. Me acerqué a ella y me senté en uno de los sillones del otro lado del escritorio de caoba, no podía evitarlo, estaba exhausta.
-¿hablaste con mi abuela?-le pregunté sin esperar a que ella comience.
-Si, le hable de lo que paso, estuvimos hablando mucho...quedamos en un plan.
-¿Otro plan?-dije sin ánimo, bajé la vista hacia mis manos entrelazadas.
-Me equivoque, sabes que solo quería protegerte-dijo Lili haciendo a un lado la laptop y apoyando los brazos sobre el escritorio.
-lo se, es que me enoja que nadie crea en mí, es frustrante...créeme que no quiero causar problemas pero es como si ellos me persiguieran.
-Yo también e cometido errores, y esta vez el no haberte escuchado fue el mas grande. Estás enterada de que perdimos pistas de Leonardo ¿cierto?
Asentí con la cabeza, Lili se sacó sus lentes y los sostuvo con nerviosismo.
-Sky me lo contó, conocí a unas hadas...excéntricas.
-¿Y pudiste con ellas cierto?-preguntó Lili mientras mostraba una sonrisa, con eso quería darme ánimos pero al recordarlo todo mis ojos se nublaron por las lágrimas que se avecinaban.
-creo que...creo que mate a una y no estoy feliz por eso, me siento muy mal-mi voz salió temblorosa.
-Skarlett, mírame-dijo Lili aun con la voz calmada, al ver sus ojos unas lágrimas recorrieron mis mejillas- Aun no sé por completo que sucedió ahí, pero si un hada mala te ataco nadie te va a culpar por lo que hiciste ¿de acuerdo? Tú eres una chica bondadosa y serás una reina excelente y no voy a permitir que mi sobrina se culpe por algo que era necesario.
-es que...es duro, todo esto-limpie mis lagrimas con el dorso del brazo y me calmé para evitar seguir llorando.
-Lo entiendo, pero no lo hiciste a propósito ¿cierto? Y apuesto a que pensabas primero en salvar a Sky antes que a ti ¿o me equivoco?
Le sonreí vagamente a Lili, ella me devolvió la sonrisa, después de un largo silencio en el cual mi tía esperaba a que pudiera tranquilizarme, habló y se puso nuevamente sus lentes.
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El Temor de la Princesa (Segundo libro)
FantasíaMientras Skarlett intenta superar todos los miedos a los que se a enfrentado, un nuevo problema se avecina sin que ella o los chicos del ejército se den cuenta. Ahora Skarlett estará nuevamente envuelta en la lucha de poder contra Leonardo. Una luc...