Tenía que enfrentar el problema de una vez por todas.
Cuando llegue a nuestro piso ya había anochecido, estaba temblando del frío y los dedos de mis manos apenas si podían sostener el periódico.
Corrí por el pasillo hasta llegar a la habitación de Fred, di toquesitos en la puerta y esperé. Adentro resonaron lentas pisadas hasta que abrió la puerta.
Fred se veía realmente molesto, eso lo hacía parecer más alto con sus hermosos ojos color avellana que lo hacían ver imponente.
Después de recorrerme con la mirada como si buscara algún rastro de daño se hizo a un lado para dejarme entrar. Cerró la puerta con fuerza y se cruzó de brazos mientras yo tomaba asiento en su cama.
-¿A donde fuiste?-preguntó Fred.
-No es para tanto-dije conteniéndome para no lanzarme a sus brazos.
-Creí haberte dicho que no salieras sola del hotel.
-Salí por un momento, y no fui a dar un paseo si eso es lo que piensas.
Bajé la mirada hacia mis manos entumecidas.
-Te alejaste más de una calle, Skarlett-puse ojos de exasperación.
-Si, pero...
-Sabes qué hay mucha gente que puede hacerte daño.
-Lo se, hay gente peligrosa en todos lados pero ¿quieres dejarme hablar?-Fred parecía relajarse un poco-Necesitaba ir por un periódico.
El rostro de Fred se frunció en una mueca, dio un paso a hacia mi para que explicara mejor porque escuchándolo de esa forma sonaba torpe.
-¿Un periódico? Skarlett...¿Para qué necesitas leer un periódico?
-Ok si, suena tonto pero en la portada tenía a Leonardo-tome el periódico de la cama y se lo extendí.
Fred lo observo y suspiró sin tomarlo.
-Ya lo leí, en la mañana...no te dije nada para no preocuparte-al decirlo parecía abatido, yo en cambio abrí la boca sin poder decir nada.
Fred dio otro paso a mí y con una mano despeinó su cabello.
-Bueno...tal vez si me lo hubieras contado no habría cometido esa torpeza de salir ¿No crees?
-Skarlett, estabas dormida ¿Que querías?
-Hace unos días eso no era un problema.
Fred suspiró y se hundió de hombros como si tratara de quitarle importancia.
-Si, ya se que no era un problema, lo siento.
-Fred, esto es serio ¿No te preocupa la nota?
Apreté el periódico tratando de contenerme para no lanzarle la almohada a la cara.
-Claro que me preocupa, pero eso lo hace para asustarnos. No puedes tomarlo tan enserio.
-¿Y sabes quién es ese chico? Podría pertenecer...
-Skarlett, de verdad, no tienes por qué preocuparte, yo me encargaré de todo ¿De acuerdo?
Fruncí el ceño y lo miré con cara de pocos amigos, Fred me observaba, parecía cansado.
-¿Eso es todo?-pregunté mientras apretaba a un más las paginas.
-Hay algo más...mañana saldremos del país.
-¿Tan rápido?-Fred parecía haberse puesto nervioso.
-Olvide decírtelo.
Algo estaba escondiéndome, y eso me enfureció más. Dejé el periódico de un golpe en su cama y me levanté mientras le rosaba el brazo con el mío y salía del cuarto tan rápido como podía. Entré a mi habitación y cerré de un portazo, no tenía ganas de ordenar la maleta, simplemente me acoste en la cama y traté de dormir.....................................
Cerca de las cuatro de la mañana alguien había tocado la puerta, abrí los ojos con pesadez y me levanté con dificultad, estiré las mangas de mi saco para que mis manos se calentaran y caminé descalza hasta abrir la puerta. Ahí frente a mi estaba Fred, parecía triste pero yo debía mantenerme fuerte para no lanzarme en un abrazo.
-¿Ya nos vamos?-pregunté irónicamente-porque aún no estoy lista.
Fred trato de decir algo pero se retractó.
-¿Qué pasa? Estoy cansada y quiero...
Él se acercó a mí y me envolvió en un abrazo, mis ojos se abrieron de golpe por la sorpresa.
-No quería portarme como un idiota-Susurró en mi oído.
-Lo hiciste.
-Lo siento-se disculpó, yo solté el aire que había retenido y lo abrase mientras escondía mi rostro en su pecho.
Ni siquiera se había cambiado de ropa, seguramente estaba dando vueltas por todo el cuarto sin poder dormir.
Me alejé un poco de él para verle el rostro.
-Escucha, no era mi intención salir del hotel pero creí importante lo que decía en esa nota, pensé que sería de ayuda-explique.
-Lo se, es solo que...tengo miedo que pueda pasarte algo.
-¿Es por eso que actúas así?
-En partes, pero también es porque estaba enojado-Me sonrió y me dio un beso en la nariz con ternura-Sabes que actuó como un idiota cuando me enojo.
-Así parece-los dos reímos.
Fred acomodó un mechón de cabello tras mi oreja y me recorrió el rostro con la mirada, ese brillo juguetón en sus ojos había aparecido.
-Tengo algo más que contarte-susurró mientras pegaba la frente contra la mía.
-¿Sobre qué?
-Sobre lo que hoy pasó-Me dio un beso en los labios para luego decir-¿Prefieres que te lo cuente más tarde?
Me alejé de él y puse mis brazos en las caderas, Fred río por ese gesto.
-¿Estás loco? No podré dormir si no me lo cuentas ahora.
Con rapidez lo jale del cuello de la camiseta para que entrara a la habitación y cerré la puerta, los dos fuimos hasta la cama para sentarnos y yo encendí la lámpara para tener un poco más de luz.
-¿Recuerdas la chica con la que estuve en la tarde?-yo asentí-Habló con Lili, el chico del periódico es la mano derecha de Leonardo.
Yo tragué con dificultad y desvié la mirada, la sonrisa se había borrado de mis labios.
-¿Tal vez...tal vez saben cómo se llama?
-Ethan-Respondió con la voz dura, sus ojos se oscurecieron al mencionar su nombre.
-Yo, yo-tartamudeé, me aclare la garganta para que mi voz no saliera débil-hay algo que no te e dicho.
Me apegue un poco más a él y tomé aire, no era tan grave lo que iba a contarle pero por alguna extraña razón me sentía apretujada entre dos muros.
-Yo lo vi.
-¿Aquí?-Fred tenía intenciones de levantarse pero lo sujete del brazo para intentar calmarlo.
-No, en Los Ángeles. El día que nos encontraste a Jessy y a mí en la calle, nos llevaste al colegio-él asintió-antes de eso se me habían caído algunas hojas, había un chico que recogió una de ellas.
-¿Te dijo algo?
Yo negué con la cabeza, un escalofrío me recorrió la espalda al recordar esos ojos verdes tan intensos que a parte de sentir curiosidad también te daban miedo.
-Solo sonrió y se fue, después llegaste tu.
Fred apretó los labios y pasó una de sus manos por su cabello lo que logró despeinarlo más, estaba enfurecido.
-¿Por qué no me lo contaste?-dijo casi en un susurro como si alguien fuera a escucharnos.
-No lo creí importante-solté el brazo de Fred, él miro mis manos que ahora estaban sobre mis piernas. Después asintió y se acercó más para envolverme en un abrazo, como si quisiera protegerme de algo invisible en la habitación.
-Te prometo que no podrá hacerte daño.
Me acomode en el pecho de Fred, él me dio un beso en la cabeza, yo levanté la mirada, aún tenía el rostro rígido por lo que acababa de contarle.
-Sabes, siempre e querido visitar Italia-dije para cambiar de tema, él bajo la mirada a mi rostro y sonrió.
-Entonces es algo bueno de este viaje
-También estás tú-levantó una ceja con picardía, yo reí y me alejé para darle un leve golpe en el estómago.
-Siempre sabes cómo aligerar las cosas-dijo Fred al darse cuenta.
-Después de todo es un viaje, no quiero que Leonardo arruine estos momentos.
-Tampoco yo-me dio un corto beso en los labios y se levantó tan rápido como un rayo hasta la puerta, yo me quedé con la boca abierta por el asombro.
-¿A donde vas?-dije entre risas.
-Tienes que dormir.
-Pero...
-Saldremos en la mañana-Fred me guiño un ojo y me dejó sola en la habitación.
Yo reí y me tire de espaldas en la cama, me habría agradado que Fred se quedara pero era muy caballero para dormir en la misma habitación con una chica, era algo que me encantaba de él.
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El Temor de la Princesa (Segundo libro)
FantasyMientras Skarlett intenta superar todos los miedos a los que se a enfrentado, un nuevo problema se avecina sin que ella o los chicos del ejército se den cuenta. Ahora Skarlett estará nuevamente envuelta en la lucha de poder contra Leonardo. Una luc...