Capítulo 17

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—Christian—

No me sentía tranquilo. Todos las putas horas del día me siento observado. Hyde está libre y la policía no tenía rastro de él. Mi familia se encontraba en peligro y ninguna medida de seguridad parecía ser lo suficientemente efectiva. Elena desapareció y el hackeo en Grey Publishing cesó repentinamente. Estos acontecimientos se dieron a raíz de que Ana puso un pie en Seattle. ¿Casualidad?. No. Las putas coincidencias no existen.

Esto está siendo orquestado silenciosamente por alguien para volverme loco y lo estaba logrando.

Desde que me enteré de la fuga de Hyde, Taylor triplicó el equipo de seguridad que custodia la casa, a mi esposa, mis hijos y mi familia. Incluso Burke tenía sus propios escoltas. No podía darme el lujo de ser descuidado. Temía lo que Hyde o Josh fuesen capaces de hacer. Me sentía paranoico y me sobraban motivos para estarlo. Toda esta situación estaba fuera de mis manos y eso me exasperaba.

En otras circunstancias, Ana habría insistido en llevar una vida "más normal" con menos escoltas siguiéndola a todos lados, pero cuando le informé que su equipo de seguridad aumentaría y que nuestros hijos dejarían de asistir a la escuela mientras esta situación no se resolviera, no opuso resistencia. Al contrario, se adecuó a las nuevas normas y me apoyó en mi decisión. Incluso Mia me sorprendió con lo bien que había tomado el asunto. No objetó nada ni evitaba a sus guardaespaldas como en ocasiones pasadas. Restringí sus dispositivos móviles y coloqué un sistema de rastreo en ellos con su consentimiento.

Me alegraba ver que por primera vez tomaba enserio su seguridad.

Ningún miembro de mi familia asomaría la punta de la nariz fuera de la casa sin que yo estuviera enterado.

"Sr. Grey, el equipo de seguridad está preparado para la boda a la que asistirán este sábado"

Demonios. Por tantos contratiempos, olvidé que la boda de Andrea y Sawyer sería mañana.

"Que Gail y Burke nos acompañen" asintió

No quería que se quedaran solos en casa, además, necesitaba a Taylor concentrado en coordinar la seguridad de Ana, Mia y mis hijos. Con su esposa e hijo en la fiesta, tendría su mente enfocada en el trabajo.

A las seis en punto nos estacionamos fuera de Grey Publishing y esperé puntualmente a que Ana saliera. Este asunto aun me irritaba. Le exigí de todas formas que dejara de trabajar. Era más seguro para ella quedarse en casa con los niños, incluso usé como argumento su avanzado embarazo, pero obviamente no me hizo caso y volvió a desafiarme. Una vez más.

Comprendo que ya ha sacrificado bastante libertad y no se queja de las estrictas normas de seguridad que le impuse, ni de la dieta que le pedí le diera su médico para evitar problemas durante su embarazo, ni de los horarios inamovibles de sus alimentos, ni de todo lo que le he pedido que haga en nombre de su seguridad... pero...

Estas enfermo, Grey. La asfixias. Tarde o temprano te dejará

Maldición. Por eso mismo accedí a que continuara trabajando. Quiero complacerla y encerrarla bajo llave al mismo tiempo para que nadie le haga daño. No quiero que la aparten de mi lado. Soy egoísta, muy posesivo y celoso a un nivel insano y enfermizo. Con eso podía vivir. Pero pensar en perder a Ana por culpa de mi pasado es algo que no podría tolerar.

"Sr. Grey" la voz de Taylor me sacó de mis pensamientos

Vi hacia la calle y finalmente Ana había salido de la oficina con su séquito de guardaespaldas rodeándola tal cual había solicitado. Los medios no tardaron en hacerse presentes y lanzaron preguntas al aire que no me interesaba entender ni contestar. Taylor abrió la puerta del auto y Ana entró sin problemas.

Fifty Shades TrappedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora