Capitulo 1

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Llega un momento difícil donde tienes que decidir, dentro de tu almacén están las numerosas formas de actuar hacia la perdida de seres queridos, no importa cual decidas escoger en cada una está la opción de llorar, ya sea en silencio, expresada en gritos o de una manera relativamente normal, no importa cual escojas entre todas el resultado debe ser siempre reflejado entre pequeñas cantidades de agua salina brotando de tus ojos que recorren toda tu mejilla hasta terminar empapando tu camiseta o la de alguien más pero ahora mismo yo estaba sentada mientras miraba ambos ataúdes sobre si debía abrir o no aquel recordatorio sobre lo que tenía que hacer, al final de cuentas lo único que hice fue observar en silencio como todo pasaba de una manera tan lenta.

Durante las vacaciones de verano de mi segundo año de bachillerato mis padres realizaron un viaje de negocios a Paris Francia aquel día me invadía la ira por una acalorada discusión que había tenido con mis padres días antes, sentía la necesidad de resolverlo pero habíamos decidido en resolverlo a su regreso cuando las cosas estuviesen más calmadas, fue una verdadera pena cuando me entere que ya no habría un regreso para solucionar aquel problema, fue en verdad una verdadera pena no haberlo resuelto antes de su partida.

— ¿Lista para partir?

Gire para observar aquella mujer ya entrada en años siempre vestía sus elegantes trajes mientras que su cabello canoso estaba recogido, vi como sus labios forzaron una sonrisa de lado, estaba cansada podía verlo en su mirada en especial en esos ojos que delataban cansancio, las últimas semanas habían sido en verdad un completo fiasco.

—Lista —respondí tomando mi maleta.

—Te encantara Paris —.Afirmo como consuelo antes de darse la vuelta.- ya verás cómo te adaptaras fácilmente.

Al ser menor alguien tenía que tomar mi custodia y con ambos abuelos maternos enfermos sin las energías ni capacidades para cuidar de mí solo quedaba mi abuela paterna aquella mujer que solía tener una relación un tanto hostil con mi madre pero que aun así sabían manejar el compartir el mismo espacio. La idea de mudarme a otro país no era para nada de mi agrado en especial cuando tenía que hacer un viaje a un país que era el punto inicial a todo esto pero bueno tampoco podía culpar a todo un país entero por sucesos tan lamentables. No quería ir pero tampoco quería quedarme pero tampoco era como si tuviese todo un almacén de opciones sobre lo que tenía que hacer, solo quedaba una y esa era el irme.

—Este es tu nuevo horario de clases —menciono mientras me extendía una gran carpeta —dentro están las indicaciones sobre cada profesor con sus respectivas áreas, por favor asegúrate de leer el reglamento escolar.

—Gracias —di una breve hojeada a todo lo que tendría que leer y tan solo pensaba en lo mucho que mi mente estaría ocupada —Abuela estaba pensando en vivir en aquel departamento que compro papá.

—¿Por qué? —.Sabía más que nadie que aquella opción merecía más que un rotundo no pero contaba con la afortunada de estar al lado de Audrey Carlier la mujer que cuestionaba todo antes de formular una respuesta que probablemente te dejaría sin palabras.

—La ubicación es más cercana al instituto donde estudiare, además ahora mismo no me apetece estar en un lugar lleno de recuerdos donde están ellos.

Tal vez no era correcto utilizar la lastima ni mucho menos el estar abriendo heridas a personas que realmente si había tenido un efecto doloroso, pero si decía la verdad obtendría un rotundo no y esa respuesta no estaba dentro de mi almacén por ahora.

—Iré a visitarte, no quiero enterarme que llegas tan tarde a casa, me tendrás que dar informe sobre todo y si tus vecinos resultan ser extraños te llevare a casa.

Una petición aceptable por condiciones razonables.

—Está bien y gracias.

—Si quieres matarme de un infarto te hubieras quedado en México.

—No exageres abuela, además sé que tendrás a Alex vigilándome apropiadamente —Eche una breve mirada a aquel hombre rondando tus treinta tantos años, cuando era pequeña y tenía que quedarme con la abuela Alex era mi niñero personal y por lo visto lo seguiría haciendo por más tiempo.

—Kim, ¿estás segura de esta decisión? —.Pregunto mirándome a los ojos, la persona más preocupada en este mismo momento era mi abuela y como no estarlo había perdido a su único hijo a la única persona que le quedaba como familia y suponía de inmediato que perderme a mí también no era opción, debía estar segura de mi decisión para transmitirle lo mismo a ella.

—Si abuela, ya no te preocupes, por favor. Estaré bien

Normalmente al llegar a Paris todo solía ser en verdad emocionante pero ahora mismo todo me parecía tan normal sentía que la ciudad había perdido todo su encanto aunque no fuese así sabía muy bien que el problema era yo. Ahora mismo mi almacén sobre cómo reaccionar estaba completamente cerrado al igual que algo dentro de mí. Entre al departamento observando mi alrededor, colores neutros adornaban las paredes, las cortinas estaban completamente cerradas, todo un departamento al estilo loft. Mire a mi abuela observaba el lugar con total disgusto y no la culpaba después de todo es un departamento para un hombre soltero y no para una joven, pero era algo que sabía que podía cambiar.

—La señora Carlier en verdad parece disgustada —susurro Alex mientras pasaba a mi lado junto con las maletas.

—Y no la culpo —confesé —.Gracias por traerme.

—Puedes cambiar de opinión y venir conmigo donde está tu habitación.

—Estaré bien, si necesito algo prometo llamarte.

— ¿Prometido?

—Prometido —asegure, ella sonrió y me abrazo con fuerza —.Puedes venir a verme cuando quieras.

—Claro que lo hare —aseguro antes de besar mi mejilla —.Cuídate mucho.

Después de una breve despedida mi abuela por fin se marchó dejándome en lo que sería mi nuevo hogar, tome mis maletas y entre a la habitación principal, abrí la primera maleta para observar aquella caja.

Es una sorpresa así que no la abras hasta nuestro regreso

Algo sorprendente de mi madre es que ella incluso molesta le gustaba dar regalos como signo de paz o de una tregua, era algo que siempre hacia. Mire la caja de decoupage tenía la torre Eiffel y unas mariposas monarcas adornándola y en mi mente solo estaba la opción de abrir pero ni siquiera me atrevía a mirarla por tanto tiempo, observe el enorme closet lo abrí y la coloque en un rincón al igual con muchos recuerdos de ellos.

Tiempo era algo que ahora me sobraba me sorprendí yo misma como fue que logre guardar y ordenar todas mis cosas en una tarde, aunque en realidad no es como si tuviese alguna otra cosa mejor que hacer.

—Tal vez si debí haberme ido con la abuela —mire el techo y tras analizar mis palabras me golpee la frente —.Genial, ahora hablo sola y lo sigo haciendo.

Me levante de la cama y observe el escritorio me encamine hacia el abrí las costinas para observar como el cielo de Paris comenzaba a oscurecerse, un sentimiento tan nostálgico me invadió pero aun así no me permití el llorar, me senté en la silla giratoria tome un cuaderno para abrirlo y observar aquellas páginas en blanco.

—Es un nuevo comienzo, un fiasco de nuevo comienzo —declare antes de comenzar a escribir sobre aquellas páginas en blanco.

Recuerdos Perdidos©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora