Prólogo

471 23 1
                                    

  -¿Y tú qué sabes de mí?¿no ves que estoy rota?- Fue ella gritando, intentando no ser consumida por el llanto y la tristeza.
-Elizabeth, no pienso herirte.-Dije con la voz más calma y serena que pude tratando de no llorar como ella, es que en serio estaba mal, podía notar su pecho errando en fallidos intentos por acompasar su respiración.
-No puedo creerte, no quiero, por favor no...-Sus ojos grises se encontraban apagados y llenos de lágrimas, en un mínimo intento de consolarse se deslizó por la pared de su habitación cayendo y quedando con su cabeza en medio de sus piernas.
-Yo...-No pude decir más y solo atiné a patéticamente sentarme a su lado y acariciar su espalda por encima de su negra camiseta mientras veía sus cortinas azules cerradas y una suave llovizna comenzaba.


Creo, querido lector que te debo una muy larga explicación de lo que ocurre aquí, quién soy y más importante, quién es ella y por qué siento que se me parte el corazón.    

West Side StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora