II: happiness.

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Corrió a través del inmenso pasillo, haciendo eco con sus zapatitos cada que daba un paso, mientras que la hoja que llevaba en su mano se ondeaba ligeramente por la velocidad a la que iba. Cuando llegó a las escaleras se detuvo abruptamente, recordando lo que Sohyun noona le decía siempre: «nunca bajes las escaleras corriendo», y agarrándose del barandal, bajó los escalones con precaución, para después llegar al primer piso y reanudar de nuevo la marcha hasta su objetivo.

Llegó hasta una gran puerta de madera y giró la perilla con su mano, dejándola entreabierta para mirar dentro. Recorrió con sus ojitos emocionados toda la grande habitación llena de altos estantes de libros, hasta detenerla en un hombre de cabello castaño, quién estaba sentado en su elegante silla de cuero, inmerso en los muchos papeles que había sobre su escritorio.

Escondiendo la hoja detrás de su pequeña espalda y entrando al lugar a base de pasos tímidos, lo llamó:

—Papi.

Chanyeol dirigió su atención hasta el pequeño cuerpo del pelinegro, quién se mantenía cabizbajo.— ¿Necesitas algo, bebé?— preguntó, sonriendo cuando notó el color rosa en las mejillas gorditas y en la punta de las orejas del menor.

—Yo, uh... hice algo para ti.— habló con titubeos.

—¿De verdad?, ¿qué es?— lo miró con curiosidad y el pelinegro corrió hasta donde estaba sentado, extendiendo el dibujo. Chanyeol lo tomó, apreciando algunos garabatos de colores y a dos monitos tomados de la mano, sonriendo.

—La maestra Taeyeon dijo que dibujáramos a las personas que más queríamos y yo te dibuje a ti, y a Sohyun noona, y al tío Junmyeon y al tío Yifan.— murmuró, moviendo con nerviosismo los deditos de sus manos, esperando a que el dibujo fuera del agrado de su papá.

Chanyeol rió por la explicación detallada del menor y lo cargó, para después sentarlo en su regazo y besar con amor repetidas veces la mejilla del pelinegro.— Bebé, pero si esto está precioso, realmente tienes talento.— lo elogió.— Deberías dibujar más para mí.

—¡Lo haré!— exclamó contento, alzando al aire sus bracitos.

Los fines de semana sólo se resumían en dos palabras: tiempo juntos.

Chanyeol trabajaba de abogado en un gran bufete de Seúl. La paga era buena, había conseguido con el tiempo una gran casa con todas las comodidades, un auto y reconocimiento entre sus tantos clientes.

Sin embargo, lo único que le faltaba era el amor.

Pensó en que tal vez darse una oportunidad con algunas chicas conseguiría dejar de sentirse tan solo, pero en realidad estaba muy equivocado, pues todas esas relaciones fueron un verdadero fracaso. Y la última, en la que depositó su última esperanza, resultó que su novia le fue infiel con un compañero del trabajo.

Definitivamente las relaciones estaban descartadas.

Luego de haber pasado por todos esos malos sucesos, tuvo la suerte de trabajar en un particular caso.

La familia Byun puso una demanda en contra de la familia Do por violencia infantil. Obviamente los señores Do lo negaron, pero sólo bastó con un par de declaraciones y el ver personalmente a la víctima, en ese entonces de tres años de edad, lleno de golpes en los brazos y espalda.

Durante el tiempo en el que Chanyeol estuvo tratando el caso, se ganó el cariño del pequeño Kyungsoo, quien era un bebé extremadamente inteligente y adorable. En realidad, no entendía como los padres del niño pudieron hacerle tanto daño, es decir, sólo era un ser inocente. Definitivamente no merecía eso.

Al final, a los señores Do se les asignó un tiempo justo en la cárcel debido a la gravedad del delito.

Por otro lado, ninguna de la familia cercana a los Do quiso la custodia de Kyungsoo, ni tampoco eran los suficientemente confiables para dejar al niño bajo sus cuidados. Es ahí donde se presentó la maravillosa oportunidad de ser feliz y darle el cariño y el hogar que Kyungsoo se merecía.

Y ahora, que lo ve comer plácidamente espaguetis con las mejillas llenas de salsa de tomate, mientras le cuenta animadamente todo lo que pasó en el jardín de niños y el cómo le compartió a su mejor amigo, Baekhyun, un trozito de torta de chocolate que le horneó Sohyun noona, escuchando las carcajadas infantiles que el pelinegro emite.

Y al final, cuando la fresca noche cae, después de un baño de burbujas con olor a coco y de haber leído uno de los tantos cuentos favoritos del pelinegro, no puede evitar sonreír, viéndolo dormir abrazado de su peluche de Pororo:

Y luego de unos segundos, pensar que, Kyungsoo es el significado de la felicidad.

🍼




he de admitir que la idea original de este one shot era daddy kink, pero luego me imaginé a un kyunggie bebé y no c, fue muy lindoooo

y pues, ¿quién no quisiera tener a un papá buenote como chanyeol? ahre

muchas gracias por leer, hacen que me sienta feliz ٩(๑'3`๑)۶

saranjé♡







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