X: sweet.

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Llenó la duya de merengue de limón y empezó a hacer decoraciones sobre la superficie de aquella torta. Lo hace de manera suave y sonríe satisfecho cuando termina, porque aquel postre se ve sumamente bonito y delicioso.

Sacó del horno aquellos tibios bollos de canela, frambuesa y chocolate, deteniéndose un momento para aspirar el rico aroma, para luego, colocarlos sobre su mesa de trabajo y acomodarlos de manera ordenada sobre una gran bandeja.

Después, coloca galletas con chispas de chocolate en pequeños cajas de cartón con el logo de su cafetería y adorna cada una con lazos de color rojo.

Lleva su mirada hacia el reloj que cuelga sobre la pared y lleva cada uno de los postres hasta la vitrina, que muestra cada una de sus creaciones orgullosamente.

Faltaba media hora para las ocho de la mañana. Lo que significaba que aquel peculiar cliente recogería puntal su desayuno como todos los días.

Chanyeol era el nombre de su cliente.

A diario veía a personas en su cafetería, algunos chicos y chicas trataban de coquetear con él, pero ninguno llamó su atención tanto como Chanyeol.

Era un hombre de alta estatura, con un gran atractivo físico, de voz ronca y cabello levemente rizado. Jamás había conocido a alguien tan encantador y guapo.

Durante las veces que había venido a su cafetería compartieron charlas banales sobre el clima, entre otras cosas, y en una de esas tantas conversaciones le pidió que preparara algo diferente para él durante el desayuno, ya que a veces, no tenía tiempo para cocinar debido al trabajo. Y en realidad, no pudo negarse cuando le dio aquella encantadora sonrisa, marcando un lindo hoyuelo en la mejilla derecha.

Y luego de esa petición, se vio preparando -secretamente con mucho amor- el desayuno de aquél castaño.

Como ahora, que vació café simple en un vaso y galletas sabor naranja en una cajita.

Ocho en punto se marcaba en el reloj. Volvió a dirigirse a la cafetería, observando emocionado la puerta, pero nadie entró, las calles seguían igual de tranquilas. Tal vez se retrasó fue lo primero que llegó a su mente.

Pero no llegó ese día, ni tampoco lo que restó de la semana.

Estaba preocupado, pero no conocía a nadie cercano a Chanyeol como para preguntar, en realidad, sólo conocía su nombre y ya.

Maldijo su naturaleza tímida, porque de no ser así ya le hubiera pedido su número de teléfono, ¡incluso una cita!, pero no, porque lo único que lograba hacer era balbucear y quedar como un tonto.

Los amores unilaterales apestan.

Amasó con fuerza, queriendo descargar toda su furia con aquella pobre masa para panqué.

Había estado tan distraído que incluso había quemado aquel maravilloso soufflé de manzana por estar pensando. Confundió la sal por el azúcar y más de una vez derramó café al intentar servirlo.

La puerta de la cocina se abrió estrepitosamente y Baekhyun corrió hacía él, luciendo apresurado.

—Kyung, un cliente se quejó de una torta, quiere que le devuelvas el dinero.

Bufó, lo que le faltaba.

Salió de la cocina con las manos llenas de harina y se dirigió al mostrador de la cafetería.

Eres un idiota Baekhyun.

Frente a él estaba Chanyeol sonriendo de manera nerviosa, pues cuando el de cabello rizado llegó al lugar, se encontró con ese chico pelirosa y no pudo evitar decepcionarse, pues el quería ver a Kyungsoo.

En cuanto aquél chico lo vio, sus pequeños ojos se abrieron de manera cómica y gritó un ¡ahora vuelvo!, dejándolo ahí.

—Lamento no haber venido en estos últimos días, atrapé un resfriado horrible y estuve en cama durante ese tiempo.— comenzó y al instante se quizo golpear pues quizá a Kyungsoo no le importaba en lo más mínimo lo que le sucedió. Sorbió suavemente por la nariz.

—¿De verdad?— el pequeño abrió ligeramente la boca, en un gesto muy tierno.— Pero lo importante es que ya estás mejor.

—Si y lamento haberte molestado con lo del desayuno.— buscó su cartera y volvió su atención a Kyungsoo.— ¿Cuánto te debo? 

—No te preocupes, no me debes nada.— negó con la cabeza.— Pero si quieres puedo hacerte un té, es bueno para el resfriado.

Chanyeol sonrió.— Claro.

Ya con la bebida en las manos, regresó, encontrando a Chanyeol en una de las mesas.

—Es de limón.

—Gracias.— Chanyeol suspiró.— Yo... me estaba preguntando si te gusta la comida italiana, porque si es así podemos ir a comer, claro si tú quieres, porque si no quieres está bien, no hay problema y...— dejó de hablar cuando notó la mirada divertida de Kyungsoo y carraspeó avergonzado.— Entonces, ¿qué dices?

—Me encantaría.












hi babies♡

sólo quiero agradecerles por todas las vistas y leídas, me hacen muuuuy feliz😭💖

prometo actualizar más seguido💕

tengan lindo día😚









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