VII: ex.

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Respiró profundo, removiéndose bajo las suaves sábanas. Se sentía tan relajado y tranquilo, que todo estrés que alguna vez tuvo en su sistema, ya no existía en él.

Abrió los ojos, observando una pulcra habitación y su nariz apreció un olor que creía haber olvidado con el paso de los años.

Oh, no...

Se frotó la cara con desesperación. Esa no era su habitación y la persona con la que durmió no era su esposo.

Aunque tal vez no haya pasado nada...

Levantó la sábana y observó su cuerpo, estaba desnudo.

— Joder.— murmuró.

Buscó su ropa, encontrándola perfectamente doblada y lavada sobre la mesita de leer, una rara manía que conocía perfectamente de cierta persona. La tomó, cambiándose en la habitación, sintiendo el olor dulce del suavizante cuando deslizó la camisa sobre su cuerpo. A él siempre le había gustado comprar esa clase de productos con aromas empalagosos, que a Chanyeol de cierta manera le gustaban.

Cielos, ¿por qué estaba recordando eso?

Salió, dispuesto a irse de una vez.

—Buenos días.

Quizá no.

Volteó en dirección a esa voz. Observó a un chico de piel blanquecina y labios rosáceos, sentado sobre la barra de la cocina, bebiendo tranquilamente una taza de café.

Trató de no observar sus lindas piernas, trató, porque aún así terminó haciéndolo.

El sonido de su móvil llenó el silencioso ambiente.

—Toda la mañana estuvo sonando, pero no quise contestar.— dijo, su suave voz haciendo estragos en él.— No quiero crearte más problemas de los que ya tienes.

La llamada finalizó.

—Dámelo.— señaló el aparato.

Sorbió del café, una sonrisa asomándose detrás de la taza.— Ven por el.

Con pasos firmes se acercó, tratando de no lucir nervioso bajo la atenta mirada que le dedicaban aquellos grandes ojos marrones. Cuando iba a tomar el aparato, que se encontraba sobre el regazo del chico, éste rodeó su cadera con sus piernas y lo acercó, envolviendo las delicadas manos sobre sus hombros.

No se apartó. ¿Por qué demonios no se apartó?

—Es bueno saber que aún me extrañas.— murmuró.

—Eso no es cierto.

—Eres honesto cuando estás ebrio.— buen punto.— Es una de las tantas cosas que sé sobre ti.

—Lo que pasó, no significa nada para mí.— con sus manos, retiró las piernas del chico, conteniendo las ganas de acariciarlas.

—Eso no decías anoche.— jugueteó.— Pero está bien.— se bajó de un brinco, llevando la taza al fregadero.— Ve con él, de seguro está preocupado. Ve a decirle que pasaste la noche en casa de un amigo.— sus palabras tenían un toque de burla. Dejó la taza sobre los platos limpios y lo encaró.— Nos vemos, Chanyeol.

Kyungsoo abandonó la cocina y él resopló, cansado.

Condujo sobre las calles alegres de Seúl. Ese día amenazaba con ser bueno, pero no para él.

Se detuvo frente a la casa que compartía con su esposo. Apoyó la frente sobre el volante y suspiró, tratando de actuar calmado. Sentía que llevaba un letrero brillante sobre su espalda que decía: me acosté con mi ex del cual aún sigo enamorado.

Cuando entró fue recibido por la expresión angustiada de Baekhyun.— Cariño, ¿dónde estabas?, no pude dormir en toda la noche. Me preocupaste.

—Lo siento,— ¿realmente lo iba a decir?— Surgió un imprevisto en el trabajo y me quedé en casa de un amigo.

Kyungsoo siempre ponía su vida de cabeza.

Y lo peor es que a él le encantaba.










¿no han notado que Kyungsoo tiene piernas de chica y un lindo trasero?, yo sí.

he tenido un arranque de inspiración muy loco y he estado aprovechándolo para escribir todo lo que pueda.

¡gracias por leer!💕💕












things - chansooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora