XXIV: calm.

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Chanyeol y Kyungsoo caminan por los pasillos del supermercado, la suave música acústica se escucha por los altavoces y el ambiente es más ameno con el leve murmullo de las familias que también están ahí. El mayor empuja con lentitud el carrito donde llevan las cosas que comprarán y se detienen en el área de carnicería.

Kyungsoo observa con cuidado la variedad que hay, abultando los labios en un gesto pensativo al no saber cuál llevar.

—¿Algo en especial que quieras para la cena?— pregunta, dirigiéndose a él.

—No lo sé.— murmura, estrechando los ojos.— ¿Y si vuelves a preparar el estofado de la semana pasada?, estaba muy bueno.

—Entonces, llevaré la carne de res.

Chanyeol sonrió al ver cómo Kyungsoo comparaba los precios de las diferentes marcas de carnes y por un momento llevó su vista al frente, deteniéndose en la pareja que conversaba mientras seleccionaba algunas frutas.

No podía creerlo, luego de meses finalmente la estaba viendo otra vez.

Sandara se veía muy bien con su pareja, los dos irradiaban amor en las miradas que se dedicaban. Tiempo atrás estaba seguro de que hubiera enloquecido de celos y tristeza al ver esa escena, sin embargo, ahora sólo sentía nostalgia y nada más. Nostalgia por los buenos momentos que vivieron y que a pesar de haber sido muy pocos, Chanyeol siempre la recuerda como algo que lo ayudó a encontrar la merecida felicidad que le faltaba.

El hombre dice algo mientras se aparta, dejando ver completamente a una sonriente Sandara y Chanyeol no puede evitar ampliar los ojos con sorpresa cuando ve el abultado abdomen de la mujer. Sin embargo, sonríe con honesta felicidad, porque está seguro de que serán una familia hermosa.

—...Creo que si le pongo la salsa que compramos la otra vez quedará- ¿Yeollie, estás bien?— el más alto regresa su atención al castaño que tiene en frente. Las facciones de Kyungsoo reflejan preocupación pura y él sólo atina a sonreír por lo afortunado que es.

—Estoy bien.— se inclina para darle un pequeño beso en los labios y lo toma de la mano comenzando a caminar, empujando el carrito con la otra libre.— Y creo que esa salsa quedaría perfecta.





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Chanyeol recuerda las insufribles noches de insomnio, lo fría que se sentía la cama sin alguien acompañándolo, las muchas lágrimas que derramó por todo lo que le atormentaba. Las veces en las que prefería estar de bar en bar, ahogándose en el alcohol porque su departamento estaba tan vacío y le recordaba lo solo que se sentía. 

Pero ahora era diferente.

Ahora las mañanas son cálidas gracias al pequeño y cómodo cuerpo de Kyungsoo abrazándolo, los besos de buenos días y las caricias suaves.

Ahora el silencio es suplantado por dos cachorros ruidosos revoloteando por toda la estancia, por la hermosa risa de Kyungsoo cuando Chanyeol hace un mal chiste y también por las canciones viejas y cursis que suelen dedicarse, mientras se las cantan al oído.

Chanyeol se dirige a la cocina, donde Kyungsoo se encuentra revolviendo algo en la sartén. Lo abraza por detrás y hunde su nariz en su cuello, riendo cuando el menor se queja por la repentina interrupción.

—¿Sabe bien?— cuestiona acercando una pequeña cuchara con estofado hacia él, Chanyeol lo prueba y sonríe por el delicioso sabor.

—Síp.— asiente y deja un beso salado sobre la boca de Kyungsoo.

—Ya casi termino, ¿podrías poner la mesa?

Chanyeol vuelve a asentir y antes de dirigirse hacia la gaveta, aprieta con cariño el redondo trasero de Kyungsoo.

—¡Yah!





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La parte favorita de Chanyeol es cuando se acurrucan debajo de las sábanas y comienzan a conversar sobre cualquier tema en medio de la oscuridad. Desde el trabajo en el hospital de Kyungsoo hasta las películas que habían visto durante la semana.

Con el pasar de los minutos la voz del menor comienza a arrullarlo y cuando cae en un profundo sueño, hay algo que llena el alma de Chanyeol. Algo parecido a la calma o quizá al alivio.

Porque a pesar de todo lo que pasó, el castaño siempre estuvo a su lado, apoyándolo y preocupándose por él cuando sentía que ya no podía más. Kyungsoo estuvo ahí, ignorando sus propios sentimientos mientras era lastimado por su egoísta ser.

Y realmente lamenta haber sido tan tonto, tan ciego al no ver que lo único que necesitaba era tenerlo a su lado.


















¿todavía hay alguien aquí?👀

bueno, sí lo hay, muchísimas gracias por las 16k leídas y perdón por tardar milenios en actualizar😭

tengan una linda noche💟







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