things - chansoo

VI: royals.

Vio de lejos al chico de cabellos castaños hacerle señas con sus manos, lo cual pudo interpretar como un: "corre".

Sintiendo una mezcla de adrenalina junto con emoción en su pequeño cuerpo, se echó a correr, lo más rápido que sus cortas piernas podían. Ya estaba algo cerca de su amigo cuando éste, desesperado, negó con la cabeza y manos. Frunció el ceño, no entendiendo nada, pero en ese instante se detuvo y vio que los guardias salían del castillo. Si no se escondía pronto, lo más probable es que lo llevaran de vuelta y recibiera un castigo por parte de su madre.

Buscó lugares para esconderse y lo único que atinó fue ocultarse detrás de una pared, muy tonto, pero funcionó, ya que cuando asomó la cabeza Chanyeol ya estaba haciéndole señas de nuevo para que avanzara.

Cuando llegó, el castaño le sonrió y ambos se adentraron al bosque.

Por años, la familia Park trabajó para la dinastía de los Do, desde protección, hasta en los trabajos más comunes como preparar la comida de la Familia Real o cuidar al pequeño Do Kyungsoo, próximo heredero a la corona.

Siendo parte de la Familia Real, no se le permitía salir del castillo o relacionarse con los otros niños del pueblo, por lo que siempre se encontraba solo. No había juegos, sólo aburridas tardes llenas de estudio acerca de la historia sobre su Reino y lo que pronto estaría haciendo una vez que estuviera al mando, aunque para eso faltaran once años. ¿Muy apresurados, no?

Pero eso cambió cuando conoció a Park Chanyeol.

Recuerda que bajó a la cocina, ansiando el pay de manzana que la señora Park hizo para él, pero lo único que encontró fue a un niño alto comiéndoselo de manera gustosa. Su sonrisa se desvaneció y su rostro se tornó de color rosado debido al enfado.

—¡Eso es mío!— chilló escandalizado.

Chanyeol lo miró con una expresión traviesa.— ¿Esto?— señaló la última rebanada en su mano, Kyungsoo asintió con los labios fruncidos.— Lástima.— finalizó comiéndosela.

Quién diría que ahora serían mejores amigos.

—¿Para qué querías que viniera a tu casa?— preguntó Kyungsoo, caminando con dificultad y sosteniéndose de la camisa de Chanyeol para no caerse.

—Encontré algo que te gustará mucho.— le dijo. El pelinegro hizo un puchero, necesitaba más pistas.

Siguieron caminando por un rato más hasta encontrarse con un pequeño riachuelo de agua cristalina. Kyungsoo iba a cruzarlo pero Chanyeol lo tomó del brazo, éste lo miró confundido.— ¿Qué pasa?

—Si mojas tus zapatos, la Reina se dará cuenta de que te escapaste.— el castaño meditó unos segundos hasta que tuvo una idea.— Sube a mi espalda.

Kyungsoo ni replicó, en parte le agradaba la idea de no caminar.

Llegaron hasta la cabaña de la familia Park. Casi nunca se quedaban ahí debido a que ahora se alojaban en el castillo, sin embargo, los dos niños la habían convertido en su lugar para jugar.

Una vez dentro, Chanyeol caminó hasta una caja de madera, sacando algo para después, ocultarlo detrás de su espalda. Kyungsoo lo observó curioso, pero al instante una sonrisa en forma de corazón apareció en su rostro cuando el castaño le mostró un conejito de pelaje blanco.