001

560 29 12
                                    

El aire frío de Seúl impactaba por primera vez mis mejillas. El invierno siempre había sido mi estación favorita, pero de donde venía el calor era agobiante en esa época. Ese fue el primer gran impacto.
Había llegado un 20 de diciembre, difícil época para iniciar una nueva vida al otro lado del mundo. Navidad se encontraba a la vuelta de la esquina al igual que Año Nuevo, y normalmente uno toma estas fechas para abrazar tan fuerte como es posible a esas personas que tanto ama, pero este ya no iba a ser mi caso.

Con veintidós años había emprendido un viaje que no tenía fecha de retorno, sabiendo que el costo iba a ser caro pero las satisfacciones valdrían la pena.
Había dejado en mi ciudad a mi madre, mi padre, mi hermana, quien había sido madre hace poco más de dos meses y a mi novio.

Mi novio...
Decidimos seguir con nuestro amor sabiendo que la distancia era mucha y el tiempo separados sería aún más, pero no se pueden tirar tres años por el caño, ¿no?
De todas formas acordamos que en vacaciones viajaríamos, la lejanía se podía acortar por lo menos un poco.

Viví toda mi vida en Inglaterra con mis padres y mi hermana mayor, hasta que se comprometió con su novio y tuvo a la pequeña Olivia.

Recuerdo que el día de su nacimiento fue un día muy ambiguo. Si tuviera que definir felicidad escogería ese día, ese momento, ese primer llanto, pero esa felicidad duró poco.

Estaba en el hospital, en la sección de maternidad cuando me llegó un mail que no esperaba tan a la brevedad.

"Sra. Emma Perkins
Tenemos el agrado de comunicarnos con Usted para confirmar que el puesto de Editora Junior está vacante y su perfil encaja perfectamente con nuestros deseos y valores laborales.
Adjuntamos el Precontrato.
De estar interesada favor de responder este mail y brevemente nos comunicaremos para perfeccionar los detalles acerca de su viaje y su hospedaje.

Atte. Choi Kwan
Director de Recursos Humanos de S&C Editorial"

La oferta era genial, un contrato por mínimo dos años como coordinadora de aspirantes a editores, un sueldo sumamente generoso, hospedaje incluido y la posibilidad de viajar a mi país cada seis meses. Era simplemente perfecto. Solo había un problema, Corea del Sur quedaba un poco lejos...

°°°

Dicen que quien se va es quien menos sufre, pero no fue mi caso.
Durante el día estaba concentrada, sumergida en las cosas que debía preparar para el trabajo, pero a la noche... Oh, la noche era el gran problema.

Mi departamento quedaba en una zona medianamente activa, no era céntrica pero me separaban solo quince minutos de mi trabajo y a pocas cuadras de un bellísimo parque con un pequeño lago y un mirador que daba a la ciudad. Podía verse perfectamente el gran contraste de los árboles verdes con los imponentes edificios plateados que adornaban el ambiente.

La hermosa vista hizo que lo convirtiera en mi lugar. Luego de los largos días de trabajo, ir a cenar ahí era mi cable a tierra, me ayudaba a no extrañar tanto mi ciudad, mi país, mi gente.

De todas formas, todavía no lograba encontrar algo (o alguien) que me hiciera sentir en casa.

Me acostaba luego de los largos días laborales con la esperanza de desmayarme del sueño pero nunca lo lograba. Más bien me sumergía en una gran tristeza, extrañaba realmente todo acerca de mi antiguo hogar. Extrañaba cosas tan cotidianas que hasta llegué a sorprenderme, por ejemplo un simple te junto a mi madre en la sala de estar o una noche tumbada en la cama, tal cual estaba, pero acompañada por Benjamín o Sophie, mi mejor amiga desde que tengo uso de razón.

Desde que había llegado era con la que más hablaba, horas y horas contándole como era la ciudad, el departamento, la gente y ella siempre respondía con tono amistoso lo mucho que le gustaría vivir todo eso conmigo.

house of cards; jimin ▪COMPLETA▪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora