013

199 17 17
                                    

El reloj dio las cinco y Youngsoo me abrazó. Saldría esa misma noche hacía Daegu, me propuso ir a comer algo pero rechacé su oferta ya que quería dormir.

-¡Mándale muchos besos a Misuk!-me respondió con una sonrisa y salí cansada de la oficina.

Estaba por abrir la puerta de vidrio que me dejaba en la enorme avenida del centro cuando vi a Jimin contra un poste de luz, escuchando música, esperando. Vio por el rabino del ojo que la enorme puerta se abría y giró la cabeza tan rápido que creí que se iba a desnucar. Caminó hacia mí y se quedó en silencio, y otra vez tuve que dar el primer paso.

-¿Esperas a alguien?

-Vine para hablar contigo-soltó con los ojos clavados en los míos, no noté nervios, desprendía determinación.

-Estoy muy cansada...

-Será sólo un café, ¿no quieres?

Su tímida sonrisa apareció y bueno, ¿quién iba a poder decirle que no a semejante hombre?Estaba a punto de responder cuando escuché a lo lejos que alguien me llamaba. Maldije cuando ubiqué el acento que me llamaba. ¿Quién más podía ser? Benjamín venía a paso apresurado y yo solo pude bufar.

-¡Eh! Emma-dijo agitado-, pensé que salías un poco más tarde.

-No, salgo a las cinco.

Benjamín notó casi al instante la presencia de Jimin y le estrechó la mano.

-Soy Benjamín.

El rubio -casi morocho- me miró confundido. En un cruce de miradas logré ver como su corazón se entumecía, no entendía que hacía Benjamín en Corea, no había tenido oportunidad de explicarle que estaba hecho un loco, pero poco iba a servir, el daño ya estaba hecho.

-Ji...

-Él es Youngsoo, mi compañero de trabajo- mentí, mentí descaradamente pero ¿qué más podía hacer? Sabía lo sangre caliente que era Benjamín y no iba a dejar que por puta impulsividad lastimara el bello rostro de Jimin, ni en mil años-, y él es Benjamín, mi ex.

-Ah, pues, ¿cómo les ha ido hoy?- intentó disimularlo pero le conocía demasiado, la sorpresa con la que lo había tomado que alguien más supiera de nuestro rompimiento era grande. Exhaló con fuerza e intentó poner su mejor cara de póker.

-Bien-respondí sin dejar que Jimin dijera nada-. Nos tenemos que ir.

Mi estúpido ex novio me miró casi implorando que me quedara con él.

-Tenía pensado ir por un café, juntos, ¿qué te parece?

-Me parece que no.

-Emma... Por favor, he venido hasta aquí para...

-Ji-Youngsoo- me corregí rápidamente-, esperame en Starbucks, ya voy.

Jimin me miró confundido, decepcionado y cansado. De todas formas, luego de hacer una insulsa reverencia caminó en dirección al café. Suspiré aliviada cuando lo vi entrar.

-Benjamín, mira, la cosa es así... Yo no quiero que estés aquí, no quiero más nada contigo, no tengo más nada que hablar, déjame en paz. Mierda.

-Está bien, lo entiendo... Pero sólo quiero dejar las cosas bien entre nosotros.

-Las cosas no están ni estarán bien, ¿comprendes? ¿O necesitas que te lo escriba?

-Mierda, Emma, calmate un poco.

-¡No me voy a calmar! ¡Deja de pedirme que me calme! ¡Estoy estresada!

Se quedó en silencio unos segundos, pensando que decir. Me miró con esa cara de nerviosismo puro que ponía cuando había algo que quería preguntar.

house of cards; jimin ▪COMPLETA▪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora