Entre tus brazos

Episodio 8

-¿Naruto? - me preguntaste para sacarme de mis pensamientos

-Ah sí, perdón, supongo que el amor existe pero no está destinado para todos-te sonreí con pesadez

Me miraste con ternura, te acercaste a mí y me besaste la mejilla. Luego tomaste una distancia prudente.

-¿Y para ti lo está? - me volviste a preguntar quizás esperando una afirmación pero yo no podía mentirte, no podía Hinata, una de las virtudes que tengo es ser sincero y para nada hipócrita.

-No-me miraste con tristeza y diste un largo suspiro-¿Y tú crees en él?

Me miraste a los ojos, sonreíste sutilmente

-Creo en todo lo que siento

-Ya veo-te dije divagando nuevamente en mis razonamientos

-Pero... - hablaste sacándome de ahí - Creo que todos estamos destinados a tener al menos uno en la vida, uno que perdure ya sea uno de fraternidad, amistad o de pareja. Supongo que todos merecemos ser amados.

Sonreí, decías cosas tan lindas pero que no podía creerlas. Te vi observar el paisaje con una cálida sonrisa, luego me miraste y reíste

-¿Qué sucede? ¿Qué tengo en la cara?

Negué mientras tu te mirabas en el espejo que recientemente habías acabado de sacar de tu cartera negra.

Esa noche, es importante para mí y el inicio de todo Hinata, así que si estás leyendo esto, espero que me entiendas y no busco que vuelvas porque quizás no quieras, pero sólo busco que me perdones.
Que me perdones por fallarte, por no haberte valorado como merecías, por nunca poder expresarme como quiero. Aunque ahora estoy seguro que al menos la mitad de lo que siento va estar plasmado aquí en este libro.

Cuando entramos al auto, reíste, yo encendí el auto y tú lo apagaste. Te miré confundido, te acercaste y me besaste primero lento y luego con más ansias, no pude sacarte sólo pude corresponderte un poco atónito por lo inesperado, me dejaste de besar y te acercaste lo suficiente para sentarte es mis piernas, el asiento lo moví para que quedara echo cama.

Ese día 7 de enero fue el inicio de mi tragedia y tú fuiste mi salvación, fuiste mi luz en un túnel oscuro, sombrío y sin salida. Fuiste todo eso y más de lo que esperaba

Estuvimos incómodos pero eso no nos detuvo sino que el llamado de mi celular fue pero he de serte sincero no quería terminar lo que habíamos dado incio, porque sé que tanto como yo como tú era lo que queríamos. Aunque todos crean que era muy prematuro para lo poco que nos conocíamos, pero lo que sentías y lo que yo no sabía que sentía eran los que decidían.

Pero contesté, de mala gana, pero contesté, aunque nunca pensé lo que iba a escuchar

-D-debo contestar-te dije entre besos, reíste y me dejaste libre una mano para contestar sin siquiera mirar el número de contacto contesté

-¿A-Alo? - pregunté mientras tu no cesabas tus besos en mi cuello

-Naruto, soy el doctor, tu padre... ven de inmediato, no tardes por favor no tardes-colgó dejándome helado. Te diste cuenta

-¿Qué sucedió Naruto?

-Mi padre-fue lo único que pude articular, tú sólo te devolviste a tu asiento de copiloto y yo coloqué el asiento en su lugar y comencé a conducir.

En todo el camino no dijiste nada y lo agradecí, no tenía ganas de nada, estaba atemorizado, sentía mis manos temblar, pero seguía conduciendo a toda prisa, quizás cuantas leyes habré infringido.

¿Cuántos accidentes pude ocasionar esa noche? Por suerte no ocasione ninguno y llegué a casa de papá.

Me detuve frente pero no bajé. Tú en cambio bajaste de inmediato y fuiste a mi puerta

-Naruto pase lo que pase debes ser fuerte-me dijiste acariciando mi mejilla, fue suficiente para salir del auto pero no para poder encontrarme con ello.

Pd: Hinata lo siento pero esta posdata será compartida, gracias por darme esa compañía cuando más lo necesitaba. Papá gracias por todo, te amo, aunque suene muy poco varonil.

En memoria de Minato Namikaze.