≈Capítulo 7≈

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-Si no te pierdes -apuntó Grover entre dientes-. Ni sufres una muerte horrible.

-Tiene que haber un modo de hacerlo, Grover -dijo Annabeth. Me daba la impresión de que ya habían mantenido la misma conversación otras veces-. Clarisse salió viva.

-¡Por los pelos! -protestó Grover-. Y el otro tipo...

-Se volvió loco. No murió.

-¡Ah, estupendo! -A Grover le temblaba el labio inferior-. ¡Eso me tranquiliza mucho!

-¡Hala!-resonamos mi hermano y yo. Siempre que Percy y yo tenemos una discusión mamá hacia eso.

-Rebobinemos. ¿Qué es eso de Clarisse y del tipo que se volvió loco?-dijo Percy

Annabeth miró hacia la mesa de Ares. Clarisse nos observaba como si supiera exactamente de qué hablábamos, pero enseguida bajó la vista al plato.

-El año pasado -dijo mi amiga con un hilo de voz-, Clarisse emprendió una misión que Quirón le había encargado.

-Lo recuerdo -comenté viéndola fijamente-. Era un secreto.

Ella asintió. Pese a la seriedad con que se comportaba, me alegraba ver que ya no estaba enfadada con mi hermano, fuera lo que fuera que hubiera hecho el. Y también me gustaba que hubiera transgredido las normas para venir a sentarse a nuestro lado.

-Era un secreto -dijo-, porque encontró a Chris Rodríguez.

-¿El de la cabaña de Hermes? -dijo Percy

Lo recordaba de hacía un par de años. Habíamos oído su voz a hurtadillas cuando estábamos a bordo del Princesa Andrómeda, el barco de Luke. Chris era uno de los mestizos que habían abandonado el campamento para unirse al ejército del titán.

-Sí -dijo Annabeth-. El verano pasado apareció en Phoenix, Arizona, cerca de la casa de la madre de Clarisse.

-¿Cómo que apareció?-pregunté

-Estaba vagando por el desierto, con un calor de cuarenta y ocho grados,
equipado con una armadura griega completa y farfullando algo sobre un hilo.

-¿Un hilo?-concordamos mi hermano y yo

-Se había vuelto loco de remate. Clarisse lo llevó a casa de su madre para que los mortales no lo internaran en un manicomio. Le prodigó toda clase de cuidados para ver si se recuperaba. Quirón viajó hasta allí y habló con él, pero tampoco sirvió de mucho. Lo único que le sacaron fue que los hombres de Luke habían estado explorando el laberinto

Me estremecí, aunque en realidad no sabía exactamente por qué.

Pobre Chris...

Tampoco era tan mal tipo. ¿Qué le habría ocurrido para acabar enloqueciendo? Miré a Grover, que ahora masticaba el resto de su tenedor. Compartí una mirada de preocupación con Percy.

-Vale -dijo Percy-. ¿Y por qué estaban explorando el laberinto?

-No teníamos ni idea -respondió Annabeth-. Por eso Clarisse emprendió esa misión exploratoria. Quirón lo mantuvo en secreto, no quería sembrar el pánico. Y me involucró a mí porque... bueno, el laberinto siempre ha sido uno de mis temas favoritos. Como obra arquitectónica... -Adoptó una expresión soñadora-. Dédalo, el constructor, era un genio. Pero lo más importante es que el laberinto tiene entradas por todas partes. Si Luke averiguara cómo orientarse, podría trasladar a su ejército a una velocidad increíble.

-Pero resulta que es un laberinto, ¿no?-dijo Percy.

-Lleno de trampas -asintió Grover-. Callejones sin salida. Espejismos. Monstruos psicóticos devoradores de cabras.

Los Hermanos Jackson Y La Batalla Del Laberinto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora