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  Jimin se encontraba en la esquina de la habitacion que le designaron. El suelo estaba helado, esa noche hizo frio y mas aun estando lejos de su hogar.
Su llegada no fue alegre, se sentia solo y triste. La soledad lo invadio y los pensamientos de como seria su vida de ahora en adelante no lo dejaban en paz.
Junto sus rodillas y apoyo su cabeza en medio de ellas, lagrimas recorrian su suave rostro y sus ojos retomaban un color rojizo y la hinchazon se hacia presente. Le dolia la cabeza de tanto llorar pero era lo unico que podia hacer, los recuerdos lo torturaban y no podia olvidar el como llego alli.

Horas antes...
Lagrimas gruesas caían por sus sonrosadas mejillas mientras oía al oficíal hablar sobre sus padres.

—Aparentemente el auto perdió el control y terminó colisionando de lleno contra el poste. Pudo haber sido peor, los frenos no estaban del todo bien y ambas victimas no tenían cinturón de seguridad —informaba el oficíal pasando de largo su presencia mientras hablaba con otra persona.

Los cuerpos de sus padres ya no se encontraban en el lugar del accidente. El auto se encontraba echo trizas en un costado y el poste estaba en medio, algunos pequeños charcos de sangre adornaban el pavimento y la policía corria de aquí para allá con papeles en manos. Todo era un caos para Jimin, su corazón dolía demasiado.

Le dolía ya no poder llorar un poco más. Debía de estar haciendo un berrinche, debería estar en completo llanto mientras que los adultos veían cual era la causa del choque. Pero no, en casa ya había llorado. Terminó por romper dos vasos y el florero favorito de su, ahora, fallecida madre.

En un momento de descontrol total había gritado como nunca y seguía deseando desahogarse hasta que su garganta se desgarrara por completo. Que coincidencia, la llamada de uno de los agentes de la policía le había llegado antes de salir por comida.

Todo era ajeno a lo destruido que se sentía por dentro y por fuera. Era un sentimiento vacío y al pensar que ya no tendría las sonrisas de su madre le hizo querer acabar con todo. Con su vida y si ya no estaban aquellas personas que admiraba con todo su corazón qué sentido tenía su vida entonces.

—¿Park Jimin? —uno de los hombres que se encontraban ahí se acerca a él con una hoja en mano y el ceño fruncido. El niño se quita las lagrimas bruscamente con la manga de su suéter y le mira con ojos curiosos—. Tú eras el hijo de Sooyung y Yangmin, ¿no es así?

Jimin frunce el ceño.

—Aunque ellos no respiren siguen siendo mis padres y lo serán hasta que yo mismo deje de respirar —contesta el niño un poco irritado. El hombre asiente convencido y luego mira a ambos lados.

—Es hora de que me acompañes, hijo —otro de los policías que se encontraban ahí se acerca a ambos y mira a Jimin enseriado.

Él sólo atina a fruncir el ceño.

—¿Por qué? —susurra incomodo. Todo le estaba incomodando.

—Niño, ¿acaso no tienes algún familiar? —inquiere el hombre que se le había acercado al último—. ¿Alguién a quien podriamos llamar? —él vuelve a negar con lagrimas amenazantes en los ojos.

Él no tenía casi familia y la poca que quedaba seguramente no deseaba verlo a este momento.

Se sentía sólo, una pequeña partícula en el mundo y las únicas personas que tenía se le habían escapado de las manos.

Si tan sólo hubiera pedido que se quedaran con él nada hubiera pasado en realidad. Todo se sentía como un sueño, una maldita pesadilla.

•••••••••••••

Ese recuerdo aparecia en su cabeza a cada rato, se maldecia por dejar que sus padres se vayan. Los maldecia porque lo dejaron solo. Maldecia el no poder quedarse en su casa y quedarse con todos sus recuerdos.
Fue enviado a un orfanato, donde se suponia que lo cuidarian bien y le brindarian cariño o al menos eso creia. Al llegar al lugar, la directora lo recibio, no le dirijio palabra hasta que lo dejo en su habitacion. No le importo lo que le paso ni mucho menos como se sentia. Dentro de unas horas todo seria legal y jimin tendra que aprender a vivir en ese lugar, aprender cada dia como comportarse  e ir resguardando poco a poco su dolor ya que personas debiles no aguantarian mucho tiempo ahi y el queria vivir, queria seguir con su vida, afrontar distintas situaciones y ser fuerte como lo hubiesen querido sus padres.

Paso la noche entera en vela, no podia dormir, un fuerte golpe en la puerta lo hizo asustar, era el cual anunciaba el desayuno y que todos debian salir para ayudar a organizarlo.
Con sus ojos cansados de llorar, fue al baño, se lavo su cara y se arreglo el cabello, queria estar bien para una primera buena imprecion a sus nuevos amigos. Aunque trajo algo de ropa, aun seguia con la ropa de la noche anterior.
En el comedor se encontro con varias caras tristes, un ambiente muy descuidado que cualquiera que este ahi no podria evitar ponerse mal. Paso al lado de un grupo de chicos que se dieron vuelta para verlo. Esperaba que se acerquen y se presenten amablemente pero lo que recibio fue un empujon. Cayo de rodillas apoyando sus manos, detras de el escuchaba risas y murmuros. Sus ojos se nublaron nuevamente y se levanto decidido a salir de ese lugar y encerrarse en su habitacion a llorar de nuevo.
"Para tu edad eres un niño muy debil, aqui aprenderas a ser fuerte, esta sera la unica manera en que aprenderas a serlo. Ahora ve a la cocina y diles que te den algo para hacer, de aqui no te marcharas hasta que todos desayunen, incluyendote" dijo alguien que tomo del brazo al joven, era una empleada que supervisa el comedor y ordena a todos lo que deben hacer.

Las horas pasaron muy rapido,lo hicieron quedarse todo el dia sin descanso, ya habia terminado de limpiar toda la cocina, esa fue su primera tarea y fue la mas dura, ahora entendia porque nadie queria encargarse de ese trabajo y el por ser el nuevo lo obligaron. Iba caminando por los pasillos, viendo como el sol se escondia y algunas estrellas aparecian a lo lejos, penso si sus padres lo estarian viendo desde algun lugar. Se acerco a una ventana abierta, estiro sus manos tanto como pudo, queria alcanzar la luna pero por mas que lo intentase no pudo.
Se quedo mirando el cielo oscureciendose y pudo divisar como un copo de nieve caia lentamente. La primera nevada estaba empezando, siguio con su mirada como caia y a unos cuantos metros vio a un chico alto, delgado, parecia ser de su edad o un poco menos, se lo veia feliz en el jardin, su sonrisa pudo iluminar los pensamientos de jimin, era la sonrisa que el queria tener, pero la tenia alguien mas.
"Quisiera preguntarle por que tanta felicidad? No puedo ver esta nevada sin recordar a mi madre" dijo retirandose de la ventana y continuando su camino, necesitaba dormir y olvidar por lo que estaba pasando.
Antes de cerrar sus ojos penso en el chico del jardin, deseando volver a encotrarlo y preguntarle porque sonreia aunque no sabia si lo trataria igual como los demas. Se dejo llevar por el sueño, cualquiera que lo viera pensaria que era un angel por la tranquilidad que demostraba al poder descansar y dejar todo de lado.




N/a: Primer capitulo, esperamos que lo disfruten!!! Nos leemos en la proxima actualizacion.

So Bad 《Kookmin》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora