Un día a la vez

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Que te quede claro que eres de mi propiedad yo te haré lo que quería cuando quiera pague por usarte y es lo que are, ahora, abre la boca .

La chica de enormes ojos azules y pelo negro despertó sudando y su corazón latía al máximo.
Estaba aterrada  mirando a su alrededor pero todo estaba oscuro, sus ojos se llenaron de agua salada y cubrió su rostro con las manos.
Lloro angustiada y parecía que no podía parar pero una pequeña gatita de pelo curiosamente rojizo y manchas negras se acercó a consolarla lamiendo una de sus lágrimas.

-Gracias Tikky, de nuevo ese maldito cerdo.

Se levantó de la cama y sus pies reaccionaron ante el suelo frio con un apretón.
Tambaleante caminó al baño y se enjuago la boca soltando arcadas, quería quitar esa sensación que el sueño o mejor dicho, la pesadilla le había recordado.
Se miró al espejo notando un gesto de angustia y miedo que con ayuda de su respiración se disipó.

-Regresemos a la cama Tikky.

Se recostó y arropó con las pesadas cobijas y dejó la luz encendida, así, si regresaba su nemesis, ella sabría de inmediato que estaba a salvo. Aún no superaba su terrible experiencia, pero eso la impulsaba a seguir adelante.

- Ya estamos a salvo, nadie volverá a lastimarnos jamás. Si alguien lo intenta también morirá.
......................

Una alarma sonó en la habitación la cual era iluminada por los rayos del sol que se colaban a través de los cristales. Las pisadas del felino sobre su cuerpo y su lengua áspera en la mejilla de la chica la obligaron a despertar.

Al. Levantarse, estiró sus brazos y rascó su melena negra alborotada por la almohada.

-Bien... ¿Que tenemos para hoy?

Dijo para si misma mientras analizaba la habitación con sus ojos adormilados.

-¡¡¡HO!!! Ya recuerdo. ¡¡¡Es día de escuela!!!

Corrió con entusiasmo a la regadera y el agua liberó su cabello del peculiar peinado que su cama le realizó.
Al salir tomó un pantalón rosa, una blusa blanca con una flor estampada y se abrió con un ligero saco gris.
Tomó una mochila tipo cartero y sacó de esta un sobre, dentro, había una credencial así como varios papeles.

- Mira Tikky, ya tengo un nombre.
Marinette Dupain Cheng.
¿Lindo no?, ya no soy de nadie, soy solo mía.

" Como puedes dejarme a un lado, ¡¡ yo quiero verlo!!"

Una voz muy similar a un pensamiento se escuchó en la habitación y un escalofrío la paralizaron unos instantes hasta que el teléfono sonó sacándola de sus pensamientos.

Tranquila, no hay nadie aquí

Miró su móvil el cual registró in números público pero para ella era obvio de quien se trataba.

- ¡Holaaaa! ¿Chica X como estas?

Por reflejo sonrió entusiasmada y dio un pequeño salto en su lugar.

- ¡Hola Miko¡, me encuentro bien, todo marcha de maravilla y justo ahora estoy revisando los documentos.
Gracias por todo.

- De nada, solo lo mejor para mi chica, favorita y bien... ¿ Cómo debo llamarte ahora?, ¿Mei o Marinette?

-Marinette por supuesto.
Mei murió junto con el cerdo aquel.

"¿Eso crees?"

Esa voz volvió a hablarle exaltandola y haciéndole mirar en la habitación.

- Que intensa eres, me encanta esa nueva actitud nena. ¿Adivina que?

Salvajes Where stories live. Discover now