CAPÍTULO I

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HADES

Mi nombre suele ser poco convencional, el Dios del inframundo no es un significado que quieras compartir con cualquier persona que te pregunte el por qué de tu identidad, pero mi madre tiene una cierta fascinación por la mitología griega y yo solo era un feto como para refutarle su decisión.

Al menos me fue mejor que a mi hermana Atenea.

Mi vida ha estado envuelta en más oscuridad que luz, he aprendido a tomar decisiones transcendentales que si bien es cierto han traído consecuencias a mi vida, el resultado de ellas han valido la pena.

Excepto una.

Involucrarme con la hija de mi jefe.

La pasión que envuelve lo prohibido es lo que me mantiene enganchado hacia Ailén, una relación de momentos excitantes y poco convencionales que me dejan con ganas de más.

Pero nunca hay más, solo ratos dónde ella necesita sentirse deseada como cualquier mujer y yo siempre estoy para satisfacerla.

Estoy desnudo sentado en el borde mi cama, enciendo un cigarrillo y le doy una jalada, ella está del otro lado terminando de vestirse.

— Sería bueno si limpiaras este cochinero de vez en cuando— Sonrío ante sus palabras.

— Sería bueno que algún día lo hicieras tú.

Es su turno de reír a carcajadas, observo sus preciosos senos por encima de mi hombro y la manera en como sube su falda por sus esbeltas piernas.

Es una rubia preciosa.

—Bien, como sea...—Da la vuelta y se coloca frente a mí, lleva sus tacones negros en su mano izquierda— Mi hermana menor llega hoy de su internado en Suiza, es realmente insoportable así que debo tener cuidado, si no nos vemos en estos días ya sabrás por qué.

Me levanto bruscamente de la cama y la tomo por la cintura apretando su cuerpo junto al mío — No solo decides tú en esto Ailén, puedes controlar la vida del inútil de tu prometido pero no la mía, si yo quiero coger contigo en la oficina de tu padre lo haré, ya me conoces así que no me retes.

—Hades necesitas ubicarte...Esto
— Señala hacia el desastre de cama— Es una relación clandestina, somos una especie de amigos con derecho, siempre lo supiste y así lo aceptaste.

—Si me sigues humillando en la empresa de tu padre, esto se va acabar.

—¿Me estás amenazando?
—Ella alza una de sus cejas en un gesto retador.

—Te estoy advirtiendo Ailén...¿Cuánto tiempo más vamos a estar así?...¿Dices que no lo amas pero solo me utilizas a mí?

Ella se suelta de mi agarre y acomoda su rubio cabello con las manos— No voy a dejarlo Hades ¿Qué me vas a ofrecer? ¿Vivir en estos suburbios contigo? Apenas estás reconstruyendo tu vida... Yo soy Ailén Habach tengo un futuro hecho y tú eres un simple ex-presidiario, necesitas entender quién eres tú y quién soy yo.

Me alejo de ella, coloco el cigarrillo en la mesa y luego tomo mi bóxer para volver a ponermelo, vuelvo a sentarme en el mismo lugar y clavo mi vista en algún punto de la habitación.

—Entiendo quién soy...No soy el hombre para ti.

—Yo nunca te pedí que lo fueras.

Recoge sus cosas y escucho la puerta cerrarse.

El silencio vuelve arroparme como siempre lo hace, la soledad despierta mis más oscuros tormentos y me recuerdan lo que tanto intento olvidar.

No eres nadie Hades Ignacio.

EL OTRO LADO DEL AMOR [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora