CAPÍTULO III

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POV AMIRA

Es sorprendente la manera en como una persona puede intimidarte solo con una mirada, como puede desequilibrar tu seguridad y hacerte sentir tan diminuto.

Hades no es el tí­pico chico de los ojos claros, él tiene los suyos tan oscuros como la noche, su presencia impone peligro y su forma de ser tan tajante da la impresión de esconder muchos secretos.

Me gusta descubrir secretos.

—¿No quieres que me acerque a ti por ser la hija de tu jefe?— Le cuestiono sin apartar mis ojos de los suyos.

En su rostro se dibuja una sonrisa de labios y espeta—¿Sabías que tu guardaespaldas le tiene que rendir cuentas a tu padre de todo lo que haces? —Su expresión se ha tornado dura, es como si detestara mi presencia— No tengo la vida arreglada como tú, trabajo por lo que quiero y no necesito que tu padre me despida por pensar que me estoy acercando a ti...—Hace una breve pausa—¿cree que pueda retirarse señorita Amira?.

Una sonrisa irónica surge de mí.

¿Mi vida arreglada?

¿Acaso solo por ser hija de Ernesto Habach piensa que tengo una vida perfecta?

Su manera tan déspota de hablarme me enfurece y a la vez me da una punzada de dolor al recordar las palabras de mi madre.

Las personas juzgamos a los demás a primera vista, por una forma de vestir, una condición social, una enfermedad, sin conocer su pasado, sus derrotas, sus batallas, nos convertimos en verdugos y señalamos como si tuviéramos derecho alguno sobre ello.

Y no lo tenemos.

— Me parece bastante decepcionante de tu parte juzgarme sin conocerme... solo quise ser cortés y saludarte, lo fuera hecho por cualquier empleado de la compañía, nadie va a despedirte por ser educado Hades, deberías tomarlo en cuenta—Su mandí­bula esta tensa, aparta la mirada de mí­ y vuelve a posarla en la entrada de la universidad, entiendo su silencio como un desprecio absoluto hacia mi persona y es momento de recoger mi dignidad e irme.

Eso es lo que pasa cuando no sabes ser prudente.

Lo sé conciencia.

Doy la vuelta para irme y Tony espera cerca de mí, camino algunos pasos y me giro nuevamente —Por cierto, no sabes nada de mi vida, también trabajo por lo que quiero y si fueras menos clasista e ignorante te darías cuenta, feliz noche.

Estoy a punto de girarme pero él se aparta de la postura en la que estaba en su auto y da unos pasos hacia mí­, mi corazón palpita y quiero salir corriendo.

¿Me va a golpear?

Su boca se abre para decir algo pero una chica aparece de repente y le rodea el cuello en un abrazo, besa su mejilla y sé que es momento de irme.

Giro sobre mis pies y me alejo lo más rápido que puedo de ahí­, Tony abre la puerta del vehículo y entro en el sin meditar mucho en lo que pasó.

Recuerdos de mi madre vienen a mi cabeza, cada vez que alguien me señalaba por ser una hija fuera del matrimonio ella decía <Las personas Amira siempre van a criticarte, juzgarte, señalarte sin importar el bien o el mal que hagas, debes enfocarte en probarte a ti misma ¿De que estás hecha¿Qué tienes para ofrecer ? y callarles la boca con acciones, no con palabras>

Ojalá estuviera aquí conmigo, ella sabrí­a levantarme los ánimos, no tendría que estar en esa casa cerca de esa mujer. Si no fuera por Ailén que medio la controla y mi padre ya me fuera asesinado, estoy segura.

EL OTRO LADO DEL AMOR [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora