CAPÍTULO XIII

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POV AMIRA

Voces provenientes del pasillo cerca de mi habitación me sacan de los brazos de morfeo.

Abro mis ojos lentamente y siento lo agallonado que esta mi cuerpo en estos momentos. Recuerdos de la intensa noche llegan a mí y sonrío como una tonta.

Hades y yo nos besamos incontables veces y bailamos como si no existiera el mañana, Tony se nos unió y me dió la impresión de que él y Atenea tienen una cierta atracción, cosa que no me sorprende aunque él también es mayor que ella.

Nos gustan mayores que puedo decir.

No sé que nombre ponerle a esto pero tampoco me preocupa demasiado, de lo que si tengo miedo y mucho es del sentimiento tan fuerte que esta naciendo en mí, siento temor de lo que Hades me produce, no es la simple atracción que creí, es algo más.

Hades siempre es más.

  — ¡No quiero adelantarla ¿tan difícil es entender eso para ti Abel?!

¡Mierda!

Ailén esta discutiendo con su prometido y es la primera vez que la escucho tan exaltada.

Los cambios de humor que ha tenido mi hermana últimamente me tienen desconcertada, siento que esta sacando su verdadero yo y revelándose ante el mundo, acción que a mi parecer no esta mal pero el motivo de ello si me inquieta.

— ¡He puesto el mundo a tus pies! Te he amado como a nadie, no puedes pretender ahora actuar como una adolescente, no lo acepto Ailén...

Me levanto de la cama y sé que no es mi problema pero igual siento la necesidad de abrir la puerta y rescatar Ailén de esa situación.

Ambos me miran, los ojos de la rubia estan empañados y Abel me observa con profunda irritación.

— ¿Todo bien?  —Le pregunto a mi hermana y ella posa su mirada en su prometido.

—  Sí Amira, vamos entremos a tu habitación.

— ¿Ailén?—Abel menciona su nombre con autoridad.

La rubia se detiene y espeta —No hay nada más que decir Abel por favor.

Me toma del brazo y entramos a la estancia.

Es incomodo presenciar esta discusión entre ellos y me hace cuestionarme que si esto es así ahora que quedará cuando empiecen a vivir juntos y las diferencias sean más notorias.

Mi cuarto es bastante grande y esta pintado totalmente de blanco, siempre me ha gustado el arte así que hay varios cuadros colgados en él.

La rubia se acerca a mi espaciosa cama y se sienta sobre ella, descansa sus pies en posición de Buda y suspira profundamente como tratando de aligerar un peso que la atormenta.

— Ailén ¿No quieres casarte?— La cuestiono {con sutileza para que pueda sentir confianza en mí }  mientras me acerco a ella y me siento a su lado.

Ella hace silencio por unos segundos, como si meditara acerca de mi pregunta —Quiero muchas cosas y ninguna se me es posible de obtener Amira. —Me da una sonrisa de labios y siento una gran tristeza por ella.

Ailén puede ser estresante, manipuladora, exigente pero no es una mala persona, solo es una copia de su madre porque así la moldearon.

— Todo es posible hermana, solo debes decidirte...hay decisiones que pueden destruirnos de por vida, aún no he experimentado algo así pero lo sé, lo vi en mi madre...—Posa su mirada en mí y sé que este tema es incomodo para ambas pero aún así necesito que lo entienda—...si hay un motivo lo suficientemente fuerte para que no te cases, lucha por ello.

EL OTRO LADO DEL AMOR [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora