Accidentalmente | Hollstein Fanfic

Hogar dulce Hogar

"Estudiantes de la Universidad de Silas. Debido a ciertos sucesos terribles nos vemos obligados a cerrar la Universidad por un par de días mientras se investiga el origen de dichos sucesos. Todo esto es por el bien de cada uno de los alumnos. Procuren llevarse lo necesario y registrar de inmediato su salida. No olviden llamar a sus familiares, es importante que se comuniquen con ellos antes de esta noche." se escuchó en todas las bocinas de los pasillos, patios y aulas.

—Oh genial... —dijo Danny recargandose en la máquina expendedora. —Es una gran idea. No podemos permanecer aquí con un maldito asesino serial rondando.

—Si... —dijo Laura. —¿Sabes? Será bueno, pasar unos días en casa. Un buen descanso después de tantos ensayos y exámenes.

—¡Totalmente! —ambas chocaron los cinco.

—¡Hey! —dijo Perry, presidenta de la clase de Matemáticas de Laura. —¿No deberían estar empacando sus cosas? Es mejor estar listas en cuanto antes. —sonaba asustada. — Encontraron dos cuerpos más en el bosque... No podemos seguir aquí. ¡Andando!

—Sí claro —Laura hizo un saludo militar.

Danny se despidió y Laura entró a su edificio. Estaba emocionada por llamar a su padre y decirle que tendrían un par de días juntos. Cuando abrió la puerta de la habitación se llevó una sorpresa al ver a Carmilla empacando sus cosas.

—Hey... ¿Lista para irte? —dijo Laura.

—Si, parece que también le darán unas vacaciones al "asesino serial" —ambas rieron.

—¿Y... —Laura tomó una maleta de su closet. —...a dónde irás tú?

—Hmm... No lo sé. Probablemente de cacería.

—¡No! Carm... —volteó a verla. —No puedes continuar asesinando gente sólo por tu sed.

—¡Oh vamos! ¿Entonces cómo se supone que deba sobrevivir? —Carmilla se cruzó de brazos. —¿No funciona así la cadena alimenticia? Cada quien se alimenta de lo que necesita. Y yo necesito sangre, por si no lo sabías.

—Si pero... ¡No por lo menos de gente inocente!

—Aghhh, está bien. Iré a una cárcel entonces —alzó los brazos y después ambas volvieron a reír.

Terminaron de empacar sus cosas y Laura llamó a su padre para decirle que esa misma noche llegaría a casa, para su mala suerte su padre estaba fuera pero le dijo que tomaría un avión de regreso y estaría con ella también esa misma noche.

Carmilla la miraba mientras hablaba por teléfono; la chica rubia era una creación hermosa a la vista de sus ojos. Recorría todo su cuerpo con la mirada. Sus pensamientos rápido se centraron en aquel beso de unos días atrás. Mordiendo su labio cerró los ojos y recordó el sabor de los labios de la pequeña rubia.

Luego de un rato ambas estaban listas para irse.

—Bien... Así que no nos veremos en unos días —dijo Laura un tanto desanimada.

—Hey hermosa... —Carmilla se acercó. —Puedo pasarte mi número para que no me extrañes.

—¿Tú número? Oh vamos... No te des tanta importancia.

—¿Segura que no lo quieres? —se acercó aún más, dejándola contra el closet.

—N-no... —Laura era un caso perdido.

—¿De verdad? —Carmilla acercó sus labios a los de ella. —¿De verdad no quieres mi número, pequeña? —se separó dejando a Laura con las ganas de besarla.