Accidentalmente | Hollstein Fanfic

Batalla

Llegó el día de la batalla; Carmilla y Will esperaban entre las ramas de árboles enormes dentro de un bosque.

Mattie se vería con Elle en otro lugar cercano para después invitarla a caminar y llevarla hacia la trampa.

—Hola Mattie... ¿y bien que haremos el día de hoy?

—Antes emm...  sobre Will... ¿Has sabido algo de él?

—No...  —Elle la miró confundida.

—Te pregunto porque tú fuiste la última que lo vió cuando estaban ahí dentro de la habitación... ¿Sabes a dónde fue o si hizo algún comentario?

—No, solo se veía muy molesto

—Oh... Si, lo estaba —Mattie vió el amuleto que Elle traía puesto, escondido bajo su blusa. —Vayamos a mi casa, debemos brindar

Mattie comenzó a caminar hacia el bosque y Elle la siguió.

—¿Y qué harás ahora? —preguntó Elle. —Ahora que tu Madre ya no está...

—No lo sé, supongo que ser feliz, encontrar a alguien, disfrutar de este mundo. Madre nunca supo hacer el bien... No le importaba asesinar a quien fuera solo para sentirse poderosa

—Ella los amaba...

—No... Amaba la idea de usar a sus propios hijos para gobernar... Pero nunca nos preguntó si lo queríamos...

Mattie se detuvo; habían llegado al punto de reunión. Carmilla y Will las vieron llegar y se prepararon.
Elle se puso frente a Mattie y fue el momento perfecto para que Will la tomara fuertemente por los brazos.

—Aghhhh ¿Will? ¿Qué demonios es esto?

—Al fin... tu muerte —Carmilla se acercó lentamente y le entregó la espada a Mattie. Luego le arrancó el amuleto a Elle, que justo en ese momento los ojos se le tornaron rojos y su voz era más gruesa.

—¿Mis propios hijos planearon esto? —comenzó a reír.

Will la soltó y tomó la espada. Elle/Madre se tambaleó mientras trataba ponerse de pie.

—¡Esto será tan satisfactorio! —Will iba a encajarle la espada cuando Elle/Madre lo detuvo y después lo arrojó contra un árbol. Le quitó la espada y la puso en su cuello.

—¡No! —Mattie y Carmilla gritaron se acercaron para detenerla pero cuando vieron la cabeza de Will caer al suelo se quedaron paralizadas.

—¡Eres una maldita! —Carmilla tenía lágrimas en los ojos y estaba llena de ira. La arrojó contra el suelo y empezó a golpearla. La mujer no podía defenderse debido a que estaba débil, pero pudo empujar a Carmilla y ponerse de pie.

Se acercó al cuerpo de Will y arrojó un encendedor, haciéndolo arder en segundos.

Mattie corrió a derribarla y Carmilla tomó la espada. Ambas la miraron y después Carmilla encajó la espada en su pecho. La mujer gritó de dolor y habló.

—Al menos se que aún son capaces de luchar...

Carmilla miró a Will y comenzó a llorar más. No se suponía que pasaría así. Sin pensarlo más cargó el cuerpo de Elle/Madre y lo arrojó a un lado de Will.

—¿¡Qué haces!? —Mattie la miró a los ojos.

—Quiero que muera... Que nunca más regrese. Ya no me importa salvar a nadie.

Carmilla iba a salir corriendo de ahí pero entonces muy a lo lejos pudo detectar otro vampiro. Uno que seguramente había visto todo. Este se dió cuenta de que lo había visto y comenzó a correr. Carmilla lo persiguió por varios minutos hasta que lo alcanzó derrumbandolo contra el piso.

—¿Quién demonios eres? —le dijo.

—¿Qué importa? —rió.

Carmilla estaba muy molesta como para lidiar con ese estúpido. Así que le dió un gran golpe y le volvió a preguntar quién era.

—Marcus —dijo quejándose un poco por el golpe.

—¿Y qué haces a... —el hombre tumbó a Carmilla y se puso de pie.

—Laura Hollis. Debo asesinarla pero esperaré a que tú me guíes a ella —se esfumó a toda prisa de ahí.

—¡No, no, no! —Carmilla gritó una y otra vez.

—¿Qué ocurre? —Mattie logró encontrarla.

—Madre mandó a alguien a que matara a Laura... Debo.. debo salvarla, debo... —abrazó a Mattie.

—Hey... Vamos, podemos salvarla, ¿dónde está?

—Con su padre... En casa

—Muy bien, vamos...

—¡No! Él no sabe dónde encontrarla... ¡Si voy a verla, él me seguirá!

—Lo detendremos...

—¡Maldita sea Mattie! No puedo arriesgarme... No voy a hacer que muera —se tiró al piso a llorar —Es mejor dejarlo así...

—No, tú no te rindes. ¡Carmilla! No puedes abandonarla...

—Claro que puedo... y es lo mejor. No sabemos a cuántos más haya dejado para asegurarse de hacerme la vida miserable

—Se trata de tu chica... ¿Vas a rendirte?

—Mejor vete Mattie. Vete y dejame sola

La morena no dijo más nada, la dejó y se fue.

***

Días después Mattie llegó a Leibnitz y contacto a Laura.

—Mattie, hola. ¿Qué ocurre? ¿Carmilla está bien?

—Estoy en Leibnitz, necesito hablar contigo...

—Muy bien... En 15 minutos te veo en el restaurante junto a la estación del tren.

Mattie esperó a que llegara Laura y cuando la vio, no sabía cómo explicárselo.
La rubia se sentó junto a ella y habló.

—¿Carmilla está bien? —sus ojos se pusieron cristalinos.

—Si ella... Bueno... Está bien físicamente pero...

—¿Pero....?

—Escucha... Nuestra Madre posiblemente dejó encargados a más vampiros de asesinarte en caso de que ella muriera. Carmilla cree que no puede protegerte

—¿Osea que...?

—Osea que no piensa volver, quiere mantenerte a salvo

—No... —Laura soltó una lágrima. —Eso es una tontería, si alguien puede protegerme es solo ella...

—Hey —Mattie tomó su mano. —Por eso estoy aquí. Mi hermana es una idiota. Ni siquiera puede vivir sin ti. Si te pasa algo se culpará a sí misma de igual forma. Así que... Vamos a buscarla, haremos que vuelva

—P-pero... No puedo dejar la universidad...

—No tienes que dejarla, tú trata de contactarla y yo me encargaré de buscarla por todos lados. Sólo mantente con vida, no hagas ninguna tontería. Si me necesitas llámame, me aseguraré de protegerte también —sonrió. —Después de todo ya eres parte de la familia

—Por favor no te tardes... Traela de vuelta

—Descuida, la encontraremos

—Gracias, por esto...

—Laura, eres la chica de mi hermana. Desde que está contigo nunca la había visto tan feliz... Por eso tiene miedo a perderte, aunque sus métodos son estúpidos —ambas rieron.

—¿Tienes idea de a dónde fue?

—Creo tener algunas cuántas ideas... —suspiró. —Tú no te desesperes. Por eso vine, no iba a permitir que Carmilla te abandonara y tú ni siquiera supieras la razón

—Gracias, de nuevo...

—No me gusta esto de sonar heroica o sentimental... Pero se trata de mi hermana —se puso de pie. —Esta misma noche comienzo a buscarla, te veo pronto Laura

—Adios —dijo Laura y regresó a casa.