Accidentalmente | Hollstein Fanfic

Reencuentros

Esa noche Carmilla se quedó en un hotel, estaba en Ámsterdam, quería visitar a su hermana Mattie que vivía ahí.

Al día siguiente estando fuera de su casa se detuvo a pensarlo unos segundos y después timbró.

Mattie, una morena alta y muy elegante la recibió con una gran sonrisa.

—¡Carmilla! —la abrazó.

—¡Mattie! No sabes cuánto te extrañaba.

—Oww yo más. Pasa, tenemos mucho de que hablar.

Carmilla entró, nunca había ido antes. La casa era enorme y bastante anticuada. Carmilla intentó buscarla después de encontrarse con su madrastra años atrás pero en aquel momento desconfiaba de todos.

—¿Madre está aquí? —preguntó Carmilla, sabía que Mattie le diría la verdad. Se querían como si fuesen hermanas de verdad.

—No. Ha venido y siempre me pregunta por ti —se sentó. —No le digo nada.

—¿Qué quiere de mí? ¿No le bastó con mentirme y hacerme infeliz? ¿Qué busca? —Carmilla se sentó junto a ella. —¿Tú sabías lo que hacía?

—Si, pero... Créeme que yo nunca creí que te importaran tanto todas esas chicas.

—Mattie...

—Lo sé, de igual manera debí decírtelo —la abrazó. —¿Sabes? Hay que festejar este encuentro, tengo sangre fresca guardada.

Mattie se levantó y Carmilla pensaba una y otra vez en todas aquellas pobres chicas que su madre asesinó. No pudo evitar sentirse furiosa.

Mattie regresó con copas llenas de sangre. Carmilla disfrutaba el tiempo con Mattie, la había extrañado demasiado. Bebieron, bailaron un par de canciones y después siguieron hablando.

—¿Qué has hecho hermanita?

—Entré a una Universidad.

—¿De verdad? ¿Y qué tal?

—Genial... Solo que olvidé desaparecer algunos cuerpos y nos han dado vacaciones para investigar al asesino.

—¡Ma-ra-vi-llo-so! —Mattie reía emocionada. —Me gusta esta nueva tú. Dejaste de verte a tí misma como un monstruo.

—Si bueno... Supongo que es la misma ira que tengo hacia Madre.

—Amaría ver en lo que te has convertido.

—No me interesa verla. Le dejé muy claro que jamás volvería —Carmilla se molestó y prefirió cambiar de tema. —¿Qué hay de tí, a qué te dedicas?

—He estado buscando a un hombre, ya sabes. Alguien que esté a mi lado en mis travesías.

—¡Wow! Jamás creí escucharte decir eso —rieron y continuaron brindando.

La noche había llegado y Mattie tenía que irse. Tendría algunas cuántas víctimas esperándola. Cualquiera que se metiera con ella terminaba mal. No le importaba quien fuese; a Mattie le fascinaba asesinarlos.

Carmilla por su parte se quedó en aquella enorme casa. Luego de un rato de merodear por los pasillos recibió una llamada de Laura.

—Hey Carm

—Hola preciosa

—¿Qué hiciste hoy?

—Pasé un maravilloso día al lado de mi hermana.

—Oh que bien, me alegro.

—¿Qué hay de ti, lindura? —preguntó Carmilla.

—También fue un gran día, papá y yo salimos a divertirnos, comimos en nuestro restaurante favorito. Visité a algunas amigas...

—¿Amigas? —la interrumpió.

—S-si. Bueno... Una de ellas fue mi primer novia. Pero seguimos siendo buenas amigas.

—Interesante... —Carmilla estaba celosa y Laura lo notó.

Continuaron conversando un rato más hasta que Laura se escuchaba cansada y colgó.

Mattie aún no llegaba y Carmilla decidió salir a caminar un poco. La última vez que había ido a Ámsterdam estaba muy distinto.
Caminó atenta a todos los establecimientos abiertos. La mayoría eran restaurantes o bares. Siguió caminando hasta verlo todo. Decidió regresar a casa cuando de pronto escuchó a alguien hablándole.

—¡Espera!

Carmilla volteó y de entre las sombras salió una chica hermosa. De inmediato la reconoció, no podía creerlo. Después de tanto tiempo volvía a ver a Elle. Su gran primer amor.

"N-no, no, no. Debo estar alusinando" pensó Carmilla acercándose.

—Te conozco... Es decir, te he visto en mis sueños. ¿Carmilla no?

No decía nada. Aquello no podía ser real. Elle no podía estar viva.

—Tal vez debí confundirte... Lo siento —Elle se dió la vuelta y Carmilla la detuvo con el brazo. Al sentir su piel supo que no estaba soñando.

—¿D-de verdad eres tú, Elle?

—Si —respondió y Carmilla seguía tomándola del brazo, rápido reconoció que no tenía pulso y tenían la misma temperatura.

—¿Vampiro eh?

—Asi es, no sé cómo sucedió. No recuerdo mucho de aquella noche, ha pasado tanto tiempo —dijo la chica hermosa de cabello café claro. —Pareces conocerme... ¿Puedo saber de dónde?

No podía decirle la verdad. Había sufrido demasiado por haberla perdido una vez. No podía hacerlo de nuevo. No le diría la verdad.

—Eramos grandes amigas... muy intimas de hecho —dijo Carmilla.

—Oh, que grandioso. Lamento no recordarte ¿Quieres venir a mi casa y platicar?

—Claro.

"Maldita sea ¿por qué aceptaste?" pensó Carmilla.

Caminaron unas cuantas calles en silencio y después llegaron a una pequeña casa. Entraron y se sentaron en la sala.

—Muy bien Carmilla... Dime, ¿cómo fue que nos hicimos amigas? —Elle le ofreció un poco de té.

—¿Sabes a lo que me refería con intimas amigas, cierto?
—Carmilla la miró.

—Oh... Ya entiendo —Elle soltó una risa nerviosa y se mordió los labios. Se levantó para sentarse junto a ella. —Es por eso que en mis sueños siempre apareces... —se acercó a sus labios. —...besándome.

Elle le dió un pequeño beso en los labios, Carmilla se lo regresó y continuaron besándose por varios minutos. En ese momento Carmilla no pensaba en nada más. Nada existía, solo Elle.

A la mañana siguiente Carmilla dormía en la cama de Elle. Su celular sonó pero Elle no quiso despertarla así que respondió ella.

—Hola Carm —escucuchó la alegre voz de Laura.

—Hola, lo siento. Carmilla está dormida en estos momentos.

—Oh de acuerdo, llamaré más tarde, gracias Mattie —Laura creyó que era Mattie con quién hablaba.

—Emm... No soy Mattie —Elle soltó una pequeña risa.

—¿Ah no? ¿Y... quién eres entonces? —Laura estaba confundida.

—Elle, su novia —aquellas palabras fueron como una gran y dolorosa bofetada en la cara de Laura. —¿Quieres que le deje algún recado?

—No —dijo Laura difícilmente y colgó.

Elle regresó a la habitación para dejar el celular junto a Carmilla.

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