Trato

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Elle le llamó  para decirle que la esperaba en el castillo de Lunéville. Carmilla había robado un auto y se dirigía hacia allá, mientras, siguió intentando llamar a Mattie pero no respondía.

Cuando Carmilla llegó y se encontró con Elle le explicó lo que estaba sucediendo y le dijo que necesitaba su ayuda. Le entregó un arco con una flecha de plata. Elle tomó el arco con mucho cuidado de no tocar la plata.

—De acuerdo, ¿qué haremos?

—Estan cerca de aquí... yo los distraeré y tú intenta salvar a Laura. Sácala de ahí y llévatela muy lejos.

—Carm... ¿Qué pasa si...

—¡Maldita sea! Solo ayúdame... por favor —Carmilla se veía bastante mal.

Llegaron a la casa, estaba cerca del castillo pero alejada de lo demás. Se quedaron afuera, desde entre los árboles observaban todo alrededor. La casa era grande y con muchas habitaciones; tendrían que ser cuidadosas y encontrar a Laura lo antes posible.

Antes de que se decidieran a abrir la puerta, el celular de Carmilla sonó.

—Sé que estás cerca... Pero espero que no lo suficiente o estarás a punto de escucharla morir —Will colgó.

Eso le bastó a Carmilla para saber de dónde provenía la voz. Entraron silenciosamente y subieron las escaleras. Un grito de Laura hizo que Carmilla entrara bruscamente abriendo la puerta de una habitación. Pudo ver a Laura y a Mattie atadas de los brazos.

—¡Oh vaya! —dijo Will. —Esto se pondrá interesante...

—Cierra la boca —una mujer alta de cabello oscuro y ojos extremadamente rojos habló.

—Tú... —Carmilla la miró. —No sabes cuánto voy a disfrutar matarte...

—¡Oh por favor!  —la mujer reía. —¿Quieres dejar de sonar como una tonta?

Will aprovechó para tomar por la espalda a Carmilla y arrodillarla.

—¿Por qué haces esto? —sollozó.

—Bueno, ya que no estabas dispuesta a regresar, decidí aprovechar tomar a tu chica para terminar con esto de una buena vez y además... —la mujer se acercó a Laura. —...hacerte entender que nosotros no estamos para jugar al amor. Lo nuestro es gobernar, somos más poderosos y el mundo tiene que verlo.

—Tú no sabes nada de amar a alguien...

—¿Y tu si, cariño? —acarició el cabello de Laura. —Acabemos con esto de una buena vez...

—¡No te atrevas a tocarla! —Carmilla gritó llena de tanta ira, haciendo que la habitación retumbara. —No voy a permitir que hagas esto de nuevo. No dejaré que lastimes gente inocente.

—¡Por favor! Ya basta... ¿Te estás oyendo?

—¿Qué quieres? Dime, ¿qué quieres a cambio de dejarla ir?

—Interesante —se acercó a Carmilla y acarició su mejilla. —Diria que te quiero de vuelta, junto a mi. Juntos gobernando —miró a Will y a Mattie. —Pero... No te lo mereces. Tú no mereces seguir con este gran poder.

—¡Solo déjala ir y haré cualquier cosa! —Carmilla ya ni siquiera se resistía al agarre de Will.

—Muy bien, me dolerá hacer esto pero ya que insistes... —echó un suspiro. —Quiero tu inmortalidad.

—¡No! —Mattie gritó y comenzó a llorar. Sabía lo que eso significaba.

Luego de un largo silencio Carmilla habló.

—Bien. Pero sólo... —miró a Laura. —...déjala ir.

—¡No! —gritó Mattie de nuevo. —Toma la mía... deja ir a Carmilla y a la chica.

Carmilla y Mattie se miraron entre sí.

—¿La tuya? ¿Por qué? —la gran vampiresa estaba sorprendida. —¿Por qué estarías dispuesta a entregar tu inmortalidad a cambio de la de Carmilla y una simple mortal?

—Porque ella, después de tantos años, encontró su felicidad. Encontró alguien que sin importarle lo que era, la ama. Alguien que la hace ser mejor... que no la hace sentir un monstruo.

Laura no decía nada, estaba asustada y llorando, incluso le costaba respirar.

—¡Agh! Tonterías... ya hice un trato con Carmilla. Además me sirves más tú —se acercó a Mattie. —Podríamos regresar a asesinar por todo el mundo, sé que amabas hacerlo...

—No... Prefiero morir...

—Qué decepción... —suspiró. —Will, llévate a esta chica y déjala en algún sitio. Ya conseguiremos a alguien más.

—¡No, Carm! —Laura comenzó a luchar tratando de safarse pero era inútil. Will la sacó de la habitación para llevársela.

—Aún están a tiempo...

—¡Sólo hazlo! —Mattie la miró. —Vuelve a quedarte sola... Hace siglos que lo estás. Nadie quiso nunca quedarse contigo porque tú sí eres un monstruo. No sabes de amar, nadie te ha amado a ti, ¿no es esa la verdadera razón por la que eres así? Matas a miles de personas inocentes para llenar tu vacío, una soledad que tú misma generaste.

—¡Cierra la maldita boca! —le dió una bofetada. —Tú no sabes nada sobre mí.

—Mataste a todos tus amantes porque se iban... —Carmilla habló. —¿De verdad no entiendes la razón? Tienes la oportunidad de pasar toda una eternidad con alguien, de disfrutar y conocerlo todo. ¿Y prefieres matar?

Aquella mujer alta se dejó caer al piso y comenzó a llorar.

—Tranquila... está bien —Carmilla se acercó y la abrazó. —No tienes porqué continuar con esto.

—No he vuelto a ser feliz sin Robert... he intentado traerlo de nuevo pero necesito sus cenizas y no están por ningún lado.

—Te ayudaremos a buscarlas... pero deja de hacer esto.

—¡No! —empujó a Carmilla contra la pared. —¡Ahora sólo quiero el poder!

Encendió una antorcha y se acercó a Carmilla, lista para matarla.

Elle entró por la puerta y le apuntó a aquella mujer que estaba de espaldas. Antes de que arrojara el fuego contra Carmilla, Elle le disparó. La flecha le dió justo a la altura del corazón; aquella vampiresa cayó al piso de rodillas; se dió la vuelta para ver quién le había disparado y entonces vio a Elle.

—¿¡Tú!?

—Así es Madre... —Carmilla se acercó a desatar a Mattie. —La dejaron convertirse.

—No se imagina lo bien que me hace matarla —dijo Elle enojada. —Por su culpa maté a mis padres esa misma noche... —lágrimas rodaron por su mejilla.

Tomó la antorcha y antes de hacerla arder en llamas, esta la empujó contra la ventana, rompiendo el vidrio y haciéndola caer. La antorcha cayó al piso y comenzó a encender la madera vieja del piso. El fuego se extendía rápido y pronto todo el cuarto ardería en llamas.

Carmilla y Mattie iban a escapar por la puerta cuando Laura apareció en el pasillo.
Justo cuando Carmilla iba a correr hacia ella, sintió que alguien la jaló por detrás y sintió un gran dolor en el pecho.

La flecha que tenía encajada aquella mujer sobresalía lo suficiente para atravesar también a Carmilla. La abrazó con fuerza para que la flecha se enacajara cada vez más y Carmilla no pudiera escapar.

—Hicimos un trato.. —dijo la mujer y la jaló hacia atrás.

—¡Nooo! —Laura gritó y corrió hacia la puerta pero la mujer alcanzó a cerrarla, encerrandose con Carmilla en el cuarto que ya ardía en llamas.

Mattie estaba paralizada, mirando. Mientras Laura lloraba desesperadamente, Will apareció, se sentía fatal. Él nunca quiso hacer nada, esa mujer lo obligaba. Así que sin más corrió hacia la puerta para tumbarla.

Justo antes de eso, Laura cayó desmayada.

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Accidentalmente | Hollstein FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora