Seducción

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Días después de convivencia y pláticas a media noche sobre cómo era la vida de un vampiro, Laura se decidió a terminar con la mentira de su relación con Danny y dejar las posibilidades abiertas a Carmilla.

Podía ser directa y simplemente decirselo pero le gustaba más la idea de que las cosas se dieran sin forzar nada. Su plan era mandar indirectas esperando una reacción en Carmilla.

Lo primero fue terminar la relación falsa con Danny.
Una noche mientras Carmilla descansaba en su cama, Laura entró al baño y fingió discutir por teléfono con Danny.

—No, lo siento.... Danny, creo que nunca debí ilusionarte demasiado. Esto fue un error —mantenía el volumen de su voz un tanto alto, lo suficiente para que Carmilla la escuchara. —Lo siento Danny. Esto es mi culpa.

Luego de terminar, salió con los hombros caídos y mirada perdida. Se acostó y esperó a que Carmilla dijera o hiciera algo.

—Hey linda —finalmente habló. —¿Está todo bien?

—Acabo de terminar con Danny... —suspiró. —Creo que no debí ofrecerle algo más que una amistad. Es decir... Es linda y todo, pero no me di cuenta de que no me atrae, no me hace sentir nervios, no me siento de una manera especial a su lado. La veo como una amiga.

—Fue bueno que se lo aclararas, no es tu culpa —se sentó para mirarla.

"Me ha sucedido lo mismo con varias chicas durante los últimos 500 años. No he encontrado a nadie que me haga sentir distinta. Excepto tú" pensó.

—Carm... —Laura se decidió a seducirla. —La verdad es que hay alguien más que me atrae. Otra chica.

—¿Y cómo es esa otra chica?

—Perfecta —suspiró. —Tiene una mirada tan penetrante y seductora. Me hace sentir cosas que jamás había sentido. Todo el maldito día solo pienso en el sabor de sus besos —se mordió los labios.

Carmilla centró su mirada en sus labios. Podía sentirse la tensión en la habitación. Algo estaba a punto de suceder.

—¿Y qué esperas para hacerlo, linda? —Carmilla usaba aquella voz de nuevo.

—Espero a que ella lo desee tanto como yo —la respiración de Laura aumentó al ver a Carmilla ponerse de pie.

—Tal vez ella lo desea más que tú.

Laura también se puso de pie frente a ella dejando sus cuerpos a centímetros de distancia. No despegaban la mirada de sus bocas.

—No lo creo... —de nuevo se mordió el labio. —Si ella se acercara más escucharía mi corazón vuelto loco por besarla.

—Tal vez ella se está volviendo más loca al verte morder los labios.

—Entonces lo seguiré haciendo hasta que ella no se resista más.

—Oh cariño.. yo puedo asegurarte que no tardará mucho en acercarse cada vez más... —Carmilla tomó la cintura de Laura y jaló de ella. —...lo suficiente para que sus labios se rocen.

—Creo que aun falta un poco para eso —Laura aproximó más sus labios a los de Carmilla.

—Quiza deberías dejar de hablar hermosa... —Carmilla la besó.

Finalmente sus bocas se encontraron, después de tanta espera se fundían en un beso, uno que aumentaba sus ganas de permanecer juntas, justo de esa manera. Ese beso era todo lo que habían deseado durante días.

Continuaban besándose apasionadamente, a Laura le costaba trabajo respirar pero no quería separarse, no quería dejar de sentir los dulces labios que había deseado tanto. Sus manos alborotaban el cabello de Carmilla, mientras que las de esta recorrían la espalda y la cintura de Laura haciendola estremecerse.

Ninguna quería despegarse de ese beso que cada vez aumentaba el ritmo.

Entre suspiros desesperados y caricias, un pequeño jadeo proveniente de la boca de Laura hizo que Carmilla separara sus labios un poco.

—Deberiamos parar antes de que esto se vuelva un problema...

—No me importa... —Laura la besó de nuevo. —Mis ganas de besarte continúan aumentando.

—Hablo en serio —Carmilla se alejó una vez más. —Deberiamos parar o despertaremos las ganas de algo más...

Carmilla separó sus cuerpos por completo, volteó a mirar a la rubia que tenía los labios rojos de la presión de aquel beso y entonces habló.

—Ahora que el beso ocurrió... Deberíamos olvidar esto.

—¿Qué? ¡Estas loca!

—Laura... ¿No lo entiendes? No te gusto. Es solo esa maldita capacidad mía de atraer a cualquiera, estás hipnotizada por lo que te hago sentir que no piensas en lo que quieres. Y no quiero que te arrepientas.

—¿Arrepentirme? ¿¡De verdad crees que voy a arrepentirme!? —soltó un suspiro molesto. —Es el mejor beso que nunca jamás me habían dado.

—Lo harás... En algún momento.

—Carmilla... —Laura se acercó juntando sus cuerpos de nuevo. —¿Cómo podría arrepentirme después de todo lo que me haces sentir?

—Laura por favor... Mejor ve a dormir —Carmilla se acostó en su cama.

"Bien... Serás tú la que se arrepienta" pensó Laura.

Entró al baño a ponerse la pillama y después apagó la luz para finalmente acostarse.

A la mañana siguiente Laura despertó recordando lo que había ocurrido. Aún sentía los labios de Carmilla en los suyos. Volteó a verla y ahí estaba, recostada leyendo un libro como siempre. Quería acercarse y besarla de nuevo pero sabía que está no lo permitiría, así que desde ese día comenzó a provocarla.

Se levantó al closet para tomar una camisa que se pondría, pero esta vez no entró al baño para cambiarse. Se cambió la blusa dándole la espalda a Carmilla, quien de inmediato volteó a verla; recorrió toda su espalda con la mirada mientras apretaba las sábanas con fuerza.

"Vas a volverme loca Laura... Más de lo que ya estoy desde que te vi" pensó y dejó de mirarla antes de que se diera cuenta.

Laura no estaba segura de si Carmilla la había visto pero igual se tomó su tiempo y después entró al baño para cambiarse el pantalón. Una vez que salió buscó un protector de labios en un cajón del escritorio y de frente a Carmilla comenzó a frotarlo lentamente en sus labios.

Por supuesto que la sexy vampira que estaba recostada notó eso. Su remedio fue poner el libro sobre su cara para tapar el maravilloso show que Laura hacia con sus labios.

Luego de un rato Laura se fue a clases y Carmilla salió detrás de ella. Lastima que no tenían ninguna clase juntas. Las horas se les hicieron eternas para verse de nuevo. Ninguna de las dos podía concentrarse; ese beso se había apoderado de sus mentes.

Cuando por fin el timbre de la última clase sonó, ambas se dirigieron inmediatamente a la habitación. La primera en llegar fue Laura, quien se cambió la camisa por otra más ajustada, una que resaltará su figura.

Carmilla entró y al ver aquella camisa que remarcaba la cintura de Laura se quedó en shock.

Y así fueron los días siguientes. Cualquier cosa que esa pequeña rubia hiciera estaba aumentando el deseo que Carmilla le tenía.

¿Por cuánto tiempo podría resistirse?

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Espero hayan disfrutado este capítulo ❤

Accidentalmente | Hollstein FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora