37. Enfrentar a la realidad

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A pesar de haber tomado la decisión de no forzar mi memoria debo admitir que aquel tema me asalta en mi soledad. Me repite una y otra vez que nunca seré feliz mientras viva en un estado de ignorancia.

Y fue entonces, bajo todas esas luces y la música en mis oídos que lo entendí. Sólo hay un camino hacia la felicidad y es dejar de preocuparse por las cosas que están más allá del poder de nuestra voluntad. No sé ni cómo ni cuándo ni dónde, pero si va a ser, será en su momento... y será hermoso.

La fiesta fue increíble. Nunca me imaginé que hubiera ese tipo de eventos en un pueblo tan pequeño. La música era increíble y no tardamos en encontrar a Melissa y a Fred, con los cuales pasamos toda la noche bailando y conociéndonos.

Pero luego sonó esa canción... fue el broche de oro.

—Tienes que bailar este tema conmigo—Logan tomó mi mano y me arrastró a la pista de baile.

—No hacía falta que me traigas corriendo, te iba a decir que si—rodeé su cuello con mis brazos y él colocó sus manos en mi cintura.

Logan rodó los ojos mientras me sonreía. Thinking Out Loud sonaba y nosotros nos mecíamos de un lado al otro.

And we found love right where we are—cantamos la frase final al mismo tiempo.

—Gracias por todo lo que hiciste por mí durante este tiempo—dije sincera—. Te debo una muy grande. Gracias.

—De nada—sonrió. Sus brazos me envolvieron y nos fundimos en un abrazo puro.

Ahora mismo, estamos entrando a la ciudad de Los Ángeles. ¿Estoy nerviosa? ¡Claro que estoy nerviosa! La policía podría estar en cualquier parte y tengo miedo de que me encuentren antes que yo a ellos. No quiero que me arruinen el plan.

Mañana me presentaré en el instituto como si nunca hubiese faltado. Se que los directivos alertarán a Hunter y Alexa, pero al menos tardaré más en enfrentarme a ellos. Tengo muy en claro lo que quiero decirles, y si quieren que tengamos una convivencia tranquila me tendrán que escuchar.

—Por favor, Logan, ten cuidado—dije abrazándome más a su torso mientras transitábamos una calle muy concurrida.

Tenemos puestos nuestros cascos, pero de todas maneras podrían reconocernos. Estoy muy paranoica, lo sé.

Luego de unos quince minutos, no veo más que arena y mar y por fin estamos frente a la casa de la familia de mi amigo.

—¡Al fin! Fueron los peores minutos de mi vida—confesé.

—Ten las llaves y tus cosas—me las pasó—. Debo ir a mi casa para avisarle a mis padres que ya están aquí.

Pequeño detalle que no mencioné: los padres de Logan saben todo. Ellos lo autorizaron para conducir la motocicleta hasta Texas y prometieron guardar nuestro secreto cuando su hijo les contó por que me escondía. Nos hicieron prometer que apenas terminemos nuestro viaje yo iba a volver a mi casa para no preocupar más a Hunter y Alexa.

—Agradéceles de mi parte—le di un beso en la mejilla—. Tus padres son muy cool.

—Estoy muy orgulloso de ellos, son los mejores del mundo—dijo con una pequeña sonrisa.

Su comentario me llegó. Ojalá yo tuviera una relación con Hunter y Alexa como la que tiene Logan con sus padres.

Me despido una vez más y entro a la casa. Me doy una ducha rápida y preparo mis cosas para el día siguiente.

Suspiro con pesar y cierro mis ojos. Es hora de enfrentar la realidad.

~*~

Me calzo mis borcegos y me dirijo a la puerta de entrada. Me siento en el pequeño escalón y observo el mar.

Conociéndolo de Nuevo © [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora