III

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Haneul atravesaba el campus sin mucho cuidado, las personas que transitaban por su camino la esquivaban y a su vez ella daba cortos vistazos al frente pero su mirada estaba atascada en la guía de estudio que leía con desinterés, tendría un examen después del descanso y no había estudiado aún, de todas formas no le preocupaba, en la clase entendió perfectamente el tema y se sentía confiada. Siguió andando por el camino de grava hasta llegar a la cafetería, esta consiste de un edificio de dos plantas con forma rectangular y grandes ventanales. Rodeando la estructura Haneul se dirigió a la parte de atrás, allí se encontraban unas cuantas mesas al aire libre; generralmente ese espacio estaba desolado pues todos preferían pasar en descanso adentro, a ella no le molestaba en absoluto, le gustaba tener ese espacio desolado y silencioso para estudiar.

— ¡Jung Haneul! — una voz como familiar llamó su nombre. La pelinaranja no volteó, tratando de convencerse de que había sido su imaginación y prestandole atención al tema que leía. — ¡Jung Haneul, espera!

A pesar del esfuerzo que hizo en concentrarse, sus neuronas no tardaron en hacer sinapsis y por consiguiente pudo recordar rápidamente a quién pertenecía aquella voz. Aún sin dejar de caminar volteó un poco, lo suficiente como para ver sobre su hombro al mismo muchacho castaño correr hacia ella. Tan sólo miró al frente nuevamente para rodar los ojos. «¿No se cansa?» No dijo nada, tampoco se detuvo; se limitó a dar pasos un poco más lentos hasta llegar a la mesa, entonces dejó sus pertenencias sobre ella.

En pocos segundos apareció «el ser indeseable», como Haneul decidió llamarlo, en su campo visual. Esta vez se vestía distinto, lucía jeans y camiseta negros en conjunto con una chaqueta de mezquilla y zapatos color café, aún llevaba la mochila amarilla y el libro.

— Buenos días. — la saludó un poco incomodo.

Enarcando una ceja le lanzó una mirada para luego devolverla a su mochila y extraer el estuche de sus lápices. — Buenos días, ¿hoy no intentarás dispararme alguna flecha a la frente? — él hizo una mueca ante el filo de sus palabras.

— Venía a hablar especificamente de eso. — rascó su nuca. Tomó asiento junto a Haneul, cuando ella por fin encontró su bolígrafo de tinta roja, cerró su estuche y lo observó. — Lo siento por haberte atacado el otro día, fue grosero de mi parte y no debí hacerlo. — No había nada a parte de sinceridad en sus palabras, por lo tanto Haneul decidió perdonarlo.

— Está bien, — asintió. — acepto tus disculpas.

El muchacho le sonrió y sus ojos brillaron un poco. Cuidadosamente colgó su mochila del respaldo de su silla y dejó el libro sobre la mesa, acto seguido le extendió su mano a la pelinaranja.

— Kim Taehyung, si gustas puedes llamarme Tae.

Jung Haneul pasó su mirada desde Taehyung hasta su guía y de vuelta ¿debería seguir estudiando y pedirle que se fuera o pasar el rato con él e ignorar por completo sus responsabilidades? «Jung Haneul, te echas de cabeza tú sola.» se dijo un momento antes de tomar la mano del castaño.

— Tú ya conoces mi nombre y me gustaría saber cómo.

— Hice una pequeña investigación. — sonrió travieso y soltó una risita cuando la chica achicó sus ojos.

— Bien, entonces cuentame lo que sea que querías decirme. — dijo refiriendose a la ultima vez que se encontraron.

— Pensé que seguirías en negación respecto al tema.

— Literalmente hiciste aparecer un arco y flecha de la nada, aparte de que te quejaste de que casi te rompí un ala; creo que ya puedo aceptarlo. — enarcó las cejas. — ¿Y bien?

Taehyung asintió. — La verdad es que me acerqué a ti porque eres la primera persona que se ha acercado a mí, desde cierto punto me preocupó, no es algo normal y no sé si sea bueno. — alzó las comisuras de sus labios. — Sin embargo me dio curiosidad, conocer a un humano suena divertido.

— ¿Tienes alguna idea de porqué particularmente yo puedo verte? — recibió una negación con la cabeza como respuesta, «debería averiguarlo luego.» pensó. — Siguiendo con eso de cupido, ¿no se supone que cupido es un bebé con alas y con los ojos bendados?

— Así que has investigado sobre mí. — sonrió orgulloso.

— Después de haber sido amenazada de muerte, lo menos que podía hacer era averiguar sobre ti.

— ¡Yah! Me disculpé contigo hace rato. — hizo un adorable mohín.

— Y yo acepté tu disculpa, ahora responde. — formó una sonrisa apenas visible.

«Alegre, aniñado.» enumeró en su mente.

Hizo una mueca antes de responder:

— Las alas las tengo, lo del bebé es una farsa inventada por algún humano que pensó que sería mejor que la imagen de cupido fuese más «tierna.» — rodó los ojos. — Las bendas de mis ojos las perdí. — Haneul lo miró expectante. — Estaba volando sobre un bosque cuando una rafaga de viento muy fuerte me derribó y caí, especificamente sobre un rosal, y las espinas rasgaron las bendas cuando intenté ponerme de pie. Fue muy doloroso, tú nunca caigas en rosales. — la miró con seriedad a pesar de que para los ojos de Haneul no parecía muy serio. — Mientras intentaba orientarme las bendas cayeron y pude ver por primera vez, me encontraba cerca de un risco desde donde se podía ver un valle con muchos arboles y un río.

Haneul procesó sus palabras; concluyó que probablemente Taehyung jamás fue un bebé y nunca pasó por el proceso de crecimiento como los humanos por lo que toda su vida ha sido el mismo —al menos fisicamente—, también notó que se proyecta como alguien alegre y travieso, se atrevería a decir que un tanto infantil y sin embargo algo dentro de ella le decía que había más que eso, como si fuese un iceberg, Taehyung le mostró sólo una pequeña parte de sí mismo a Haneul, cuanta curiosidad le causaba saber que podría haber detrás de esa sonrisa bonita.

Entonces recordó que él no es un muchacho cualquiera, lo cual tuvo que aceptar después ser apuntada con una flecha y luego verlo desaparecer en sus narices. Sin haber preguntado él ya conocía su nombre, «¿qué más podría saber?» se preguntó, la ponía nerviosa al no poder controlar lo que las demás personas supieran de ella. Debía tener cuidado.

Revisó la hora en su reloj de muñeca y suspiró cortamente.

— Tengo más preguntas por hacerte, pero mi descanso está por terminar. — dijo ella antes de incorporarse. A la final no le sirvió de nada sacar su bolígrafo. — Tengo examen.

Él la imitó, ambos tomaron sus respectivas pertenecias.

— De acuerdo, exploraré la univerisidad entonces. Aún no encuentro que es lo interesante que le ven. — comentó.

Haneul sonrió un poco y le dio un par de palmadas en el hombro: — Buena suerte, campeón. — dijo antes de pasar junto a él y dirigirse al edificio 2B. Apresuró el paso cuando una sensacion extraña la recorrió de pies a cabeza y sintió que le faltó el aire. Frunció el ceño y le echó toda la culpa a que inconscientemente tomaba respiraciones muy cortas y por eso le faltaba el aire de vez en cuando. No contó con que Taehyung se quedara estátitco en su lugar junto a la mesa, teniendo exactamente la misma sensación que la chica.

de un flechazo al corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora