Taehyung subió las escaleras sobre las puntas de sus pies cuidándose de no hacer ningún ruido, no quería que Haneul supiera que estaba allí pues quería sorprenderla. Los días anteriores no habían sido los mejores pero ¿quién dice que con algo de humor no puedan mejorar? Con algo debía iniciar y estaba dispuesto a buscar días mejores. Sus planes —que a duras penas podían llamársele planes— se vieron totalmente perdidos y desperdiciados cuando, sin previo aviso, la chica apareció desde el baño con un bonito atuendo y su cabello húmedo, provocándole un respingo y el pensamiento de que su corazón se detuvo.
— ¿Qué crees que haces? — inquirió ella con una sonrisilla. — ¿Querías asustarme?
— No... — mintió.
Riendo, Haneul siguió su camino a través del corredor hasta su habitación, sacaba su cabello con una toalla color beige de forma que las gotas de agua que se deslizaban por su cabello no cayeran sobre su blusa. Tae la siguió, desde el umbral la vio pasearse de lado a lado en busca de distintas cosas, la vio mientras cepillaba su cabello, mientras escogía un par de sandalias que se vieran bonitas con su conjunto, incluso cuando delineó sus labios de un tono rosáceo; con un casi invisible sonrojo se permitió admitir qué tan bonita es ella.
— Demos un paseo. — habló sin siquiera pensarlo.
La pelinaranja volteó a verlo en seguida por su súbita invitación, en sus ojos había algo que Taehyung no pudo descifrar y supo que se arrepentiría de haber hablado en primer lugar. Apartó su mirada hasta el suelo junto a él, su cabello comenzaba a crecer pues el flequillo comenzaba a cubrirle los parpados.
— Hoy no puedo, Tae, — dijo suavemente. — ya tengo planes con...
— Con ese tipo. — espetó. — Ya lo sé. — un silencio que sólo podía describirse como incomodo cayó sobre ellos, envolviéndolos con su tensión abrazadora. No sabía por qué le había hablado a Hani de esa forma y no podía controlarlo, todo su buen ánimo desapareció por completo, descomponiéndose en una vorágine de cólera y enojo. — ¿Hace cuánto no sacas a pasear a Inu?
— ¿Qué...?
— Hace mucho que no ha salido, jugar al aire libre les hace bien a los cachorros e Inu necesita de más atención.
Frunciendo el ceño, preguntó: — ¿A qué te refieres? — notó la respiración temblorosa que tomó el muchacho.
— ¡A que no puedes olvidarte de él así como así! ¡¿No ves que no puede vivir así?! ¡Desde que ese sujeto llegó no haces más que ignorar todo a tu alrededor y sólo fijarte en lo que sea que pueda decir!
Un escalofrío recorrió su espalda. Taehyung estaba gritando, él jamás había gritado de tal manera y no podía ser más obvio para Haneul ver lo herido que se siente ahora que está dejando salir todo su dolor y enojo.
— No está bien, Haneul, ¡no lo está! ¡no puedes abandonarlo! ¡no...! — la miró, tomó una respiración profunda para calmarse un poco. — No puedes abandonarnos. — murmuró, su voz se escuchó una octava más profunda y de todas formas lo suficientemente clara para que ella le escuchara.
No había nada más qué decir, Taehyung dejó salir todo lo que había mantenido oculto durante semanas y Haneul no encontraba palabra alguna. Sin esperar un segundo más, el muchacho giró sobre sus talones para salir de la habitación y, posteriormente, de la casa. Haneul escuchó la puerta principal cerrarse sin fuerza, su corazón estrujándose aún más en su lugar. «Soy una maldita egoísta.» pensó simultáneamente llevaba sus trémulas manos a su rostro, cubriéndolo.
— ₊˚.༄ —
Sin cuidado pasaba las páginas del libro en busca de algún trabajo pendiente o algo que mantuviese su mente alejada de la situación que había provocado.
Sobre el tejado de algún desconocido Taehyung descansaba, con una amalgama de sentimientos morando en su interior. Le había hablado tan mal a Haneul, le había gritado incluso, estaba tan fuera de sí que sólo después de posar los pies en la entrada pudo pensar en lo que había hecho. Lo que más le llamaba la atención era que no se sentía del todo mal. Sí, le gritó a su amiga y probablemente le hizo sentir tan mal como lo hacía él, sin embargo hacerlo le quitó una parte del peso sobre sus hombros.
¿Acaso estaba siendo egoísta? Se preguntaba en su fuero interno. Frunciendo más el entrecejo pasó la siguiente página con más fuerza, «¿y qué? Ya debía pensar un poco en mí, al menos una vez.» pensó. Bajó la mirada hacia el libro para encontrarse con la famosa página en blanco de cierta chica. — Voy a comenzar a pensar que estoy destinado a encontrarte en todos lados. — murmuró. Estuvo a punto de pasar de página cuando unas palabras que no había visto anteriormente entraron en su campo visual.
Entonces toda la confusión y el enojo se disiparon como vapor en el aire, reemplazados por un retorcijón en su estómago que sólo pudo interpretar como preocupación. En tinta negra se podía leer la fecha de hoy, seguida de la escalofriante noticia.
«Jung Haneul morirá a manos de Choi Junhee.»
Al reconocer ese nombre sus dedos temblorosos buscaron rápidamente entre las páginas siguientes, ¡ahora todo tenía sentido! Esa sonrisa de aires extraños y esa mirada... ¿cómo pudo olvidarlo? Frente a sus ojos el libro reveló lo que buscaba, el rostro de Choi Junhee se mostraba demacrado a comparación de lo que había visto el otro día, sin embargo la repulsión que este le causaba no se comparaba con la lista de atrocidades que había cumplido hasta ese día. Siendo víctima de severos problemas provocados por la falta de ayuda y tratamientos, además de haber vivido una infancia difícil, Choi Junhee había cumplido a la perfección con una lista de siete grotescos asesinatos; algunos siendo peores que otros.
Debía salvar a Haneul, no le importaba nada de lo que sucedió, la vida de la pelinaranja era más importante. Debía encontrarla pero no tenía la menor idea de dónde iría esa noche... una alarma se encendió en la cabeza del muchacho y sin pensarlo dos veces Taehyung cerró el libro, tomó sus pertenencias y saltó al vacío, murmurando las palabras correctas para abrir un portal y llegar a Edén.
Estaba seguro de que se metería en muchos problemas.
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de un flechazo al corazón.
FantasyExisten hilos infinitos que representan la vida de cada ser viviente en cualquier rincón del universo, hilos que sufren cambios y transformaciones a partir de acciones realizadas por sus contrapartes de carne y hueso. Cada acción tiene una reacción...