La pelimiel se despertó bastante temprano de los brazos de su novio, claramente tratando de no interrumpir el sueño de su hombre. Se vistió y salió a comprar el desayuno, almuerzo y cena para el día. Ella normalmente lo compraba el día anterior pero tuvo que hacer una excepción para poder estar con su novio pasando tiempo juntos y ayudándolo a hacer frente al y de por si difícil proceso de juicio.
Como todo buena y dulce madre que sale temprano a comprar comida para sus hijos para darles de comer. Porque, es cierto. Ash era prácticamente un hijo para Serena esos días que llegaba muerto a casa y lleno de dudas. Pero ella no se quejaba nada pues le encantaba cuidar de él y verlo feliz. Que se puede decir, tiene debilidad por los chicos dañados.
En esos momentos, se preguntaba porque pensaba menos de ella, Ash le había dicho tantas veces que es hermosa, que ya lo creía firmemente. Más bien, agradecía haber tenido la suerte de haber encontrado a alguien como Ash para estar juntos y no haber cometido un error al elegir a su pareja. Claro, cometió el error de relacionarse con un cretino como lo es Antonio pero un error lo comete cualquiera.
Todo iba bien, no tuvo problema para encontrar lo que buscaba pues los vendedores hacían de todo por darle lo que pedía mientras muchos idiotas lamentaban no haber pedido sus servicios en el striptease cuando tuvieron la oportunidad. Al parecer Ash era el único listo de todos.
La pelimiel terminó de comprar y se fue despidiendo de todos con esa radiante sonrisa que los rompía corazones por donde sea. La pelimiel andaba con buen presentimiento de su día. Mientras caminaba, la pelimiel se percató de la presencia de un vagabundo anciano que se veía que la pasaba peor que cualquiera y le dedico una dulce sonrisa contagiando le su alegría y haciendo lo sonreír. Metió su mano a su cartera para darle a ese pobre hombre lo que quedaba del dinero de ese día hasta que vio caer un billete de gran valor al lado del señor que lo recogió.
Al parecer, había más personas bondadosas. Ella quiso felicitar al que lo hizo y la miro. Pero fue entonces, que se encontró a Giselle.
Serena: Giselle.- su sonrisa se fue, estaba seria y un poco molesta con la presencia de la ex-esposa de su novio.
Giselle: Hola, Serena.- le sonrió, era una sonrisa aparentemente dulce pero transmitía todo lo contrario. Era cínica, amenazante y hasta un tanto aterradora. Toda una mujer sin escrúpulos.
Mientras tanto, Ash despertaba de su sueño sin sentir a su novia en sus brazos. Se sentó en la cama para luego encontrarse una nota que a juzgar por la letra, era de Serena. En ella le decía que la esperara bañado y vestido para el desayuno. Era imposible para Ash no sentir a Serena como su madre en ese momento, pero bueno sus deseos son órdenes .
Para Ash estos días previos al juicio eran una extraña mezcla de cosas buenas y malas. Este Looker, Lars, Steven o como demonios quiera que le llamen (se inventa demasiados alias) había iniciado su investigación hace una semana pero a pesar de sus impecables dotes, era difícil conseguir la información necesaria para ganar el juicio y contraatacar a Giselle. Looker, por ahora, no había dado con nada.
Pero por el otro, una buena noticia, un poco buena. Después de mucho tiempo, fue a ver a su antiguo médico de deportes para retomar el tema de la lesión. Serena lo acompañó, costó mucho convencer a su médico para volver a revisar su lesión pero logró al final convencerlo. Solo había ido por Serena, pero se llevo tal vez la más grande sorpresa.
El médico descubrió que la lesión de Ash había perdido gravedad con el pasar de los años y que a pesar que era imposible curarla por completo, es posible controlarla mediante terapias semanales para que Ash pudiera jugar aunque sea una vez más. A pesar de que no era nada seguro, Ash se alegro ante la posibilidad de poder tener ese deseado juego con sus amigos del club y ante su hija.
Ash entro en el baño a ducharse, podría decirse que era lo que más lo relajaba al inicio del día, despejaba su mente y ni se diga cuando se bañaba con Serena eso era lo mejor del mundo. Al salir y vestirse, camino por su casa sin encontrar a su novia hasta que la vio entrar por la puerta.
Serena: Buenos días, cariño.
Ash: Buenos días, Serena. Déjame ayudarte con tus bolsas.- tomó las bolsas pero notó un poco rara a su chica- ¿Paso algo interesante en el camino?
Serena: No, estuve pensando en ti todo el camino.- se sonrojo transformándose en lo más hermoso sobre la faz de la tierra como siempre involuntariamente.
Ash: Vamos, que me muero de hambre.
Serena: Claro, espera un momento, por favor.
La pelimiel parecía haber vuelto a la normalidad tras ese breve momento que Ash la sintió rara, ya no tardo mucho en cocinar su deliciosa comida. Aunque para Ash, ella podía tomarse todo el tiempo que quiera después de todo verla cocinar era todo un deleite. Pero Ash tenía un día largo por delante así que ella no podía demorar el desayuno
Ash odiaba no tener tanto tiempo al lado de Serena, pero no había de otra y ella lo entendía perfectamente. Pero ya pronto todo acabaría, de alguna o otra manera pero con el mismo desenlace. Ash condujo hacia el despacho de Alan por última vez y más concentrado que nunca, no era para menos ya que este era el último día antes del juicio.
Ash había logrado convencer a Luna de testificar a su favor el otro día cuando fue a visitarla y a sacarla a comer. Luna ya había testificado, pero no logró volver con su padre por lo que no creía que hacerlo de nuevo funcionaría. Pero si bien era un hecho que ella le temía a su madre, también era un hecho que confiaba ciegamente en su padre. Ash le prometió que esta vez volverían a estar juntos para siempre y eso bastó para que ella aceptará testificar a favor de su padre.
Al contar con el apoyo de Luna, gran parte del juicio ya era suyo pero aún era demasiado temprano para cantar victoria. Ahora todo dependería de la información que Looker habría conseguido y simplemente un poco de suerte por una vez.
Ash llego al lugar y aparco el auto, logró ver otro auto al lado del de Alan por lo que era obvia la presencia de Looker adentro del despacho. Ash entro al lugar y vio a Looker junto a Alan sentados en el escritorio de Alan.
Ash: ¿Interrumpo?
Alan: Para variar un poco, no. Looker ya vino con las pruebas para arremeter contra Giselle.
Ash: Bien, ¿que tenemos?
En cuanto las vio, la reacción de Ash fue casi inmediata.
Ash: ¿Es en serio?
Looker: ¿Ocurre algo?
Ash: Si, que esto es lo que no pude encontrar en 9 años.
Alan: Si, yo también me quede de piedra cuando lo vi.
Ash: Pero creí que incluso tus mejores esfuerzos no fueron suficientes.
Looker: Eso creí yo, lo obtuve recién hoy hace no mucho tiempo. La verdad es que ni siquiera tuve que esforzarme.
Alan: ¿Que? ¿Acaso Giselle habrá....?
Ash: ¿Acaso bajo la guardia recién hoy?
Looker: No lo sé. Pero sea como sea, es una enorme oportunidad para nosotros.
Alan: No lo sé, puede que sea una trampa de Giselle y hayamos picado como tontos.
Era un acontecimiento impredecible, podía ser la llave del éxito para el juicio pero bien podría ser también la trampa más descarada que se la haya ocurrido a Giselle.
Ash: Alan, es momento de actuar, no de dudar. El juicio está a la vuelta de la esquina y no estamos para rodeos. Gracias Looker, esta será un información vital para el juicio.
Looker: No hay por que, pero una cosa, Ash.
Ash: ¿Si?
Looker: Esto parecía un regalo, con todo y listón.
Ash veía que esta oportunidad era una elección arriesgada pero no tenía tiempo y era la mejor opción posible.
Pensamiento de Ash: Bien, Giselle. Si esta brillante oportunidad es una trampa, pues yo saldré de ella como sea. Y a partir de mañana seré el dueño de la custodia de Luna.
El juicio es mañana.........
ESTÁS LEYENDO
Soy tuya y de nadie más
RomanceSerena una joven de 23 años se ve obligada a entrar en el negocio de la prostitución y bailarina stripper para sobrevivir en su pobre y peligroso barrio. Pero ningún cliente del club desea sus servicios pues opinan que su cuerpo no le hace competenc...