Las fantasías de Ash

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El azabache despertó relativamente temprano y fresco. Haber tenido a su novia ayer era algo que le había ayudado a estar en plena forma para seguir adelante con el plan de Alan. Una pena que su novia estaba en la cocina preparando le el desayuno . Despertar con  ella en sus brazos hubiera hecho el inicio perfecto del día pero bueno, ella no es la que se queda de brazos cruzados.

Se dio una buena ducha y fue a la cocina donde encontró su desayuno normal pero también a su novia dormida sentada con su cara escondida en sus brazos. La muy pobre cuido que él no tuviera pesadilla una vez más. Era increíble para Ash saber que tenía a su lado a una novia que lo quería tanto como para sacrificar su sueño porque él pudiera dormir sin pesadillas. 

El azabache se acerco cautelosamente para no despertarla para luego sacarla de sus sueños de una manera que se asustará un poco.

Ash: Tranquila, nena. Soy yo.- le susurró al oído abrazándola.

Serena: Ash.- se molesto y se le alejo, pero no tardo nada en volver a los brazos de su novio del susto.- Me asustaste mucho, eres tan cruel.

Bueno, eso era en parte cierto ya que Ash le gustaba que su novia estuviera un poco asustada ya que al abrazarlo, lo hace con más fuerza y era algo que el azabache disfrutaba pues sus cuerpos tenían una increíble cercanía. Sin mencionar que la carita de Serena asustada era algo tan adorable que era difícil para Ash no querer verla.

Ash: Me encanta que te asustes un poco, eres tan adorable.

Serena: Te he dicho que no me asustes de esa manera.

Ash: Es que tu cara cuando te asustas es muy linda, además aquí estoy yo para que no sientas miedo.

Serena: Bueno, ya come tu desayuno que Alan te está esperando.

Ash: ¿Eh? ¿Y tú como conoces a Alan?- dijo confundido.

Serena: Eh... pues. Yo.

Ash: Serena.... has estado viendo mis mensajes ¿verdad?

Serena: Ash, lo siento. Es que no puedo resistir estar más aquí sin hacer nada sabiendo que tú estás dando todo para recuperar a Luna. Quiero poder ayudarte en algo.

Ash: Preciosa.

Serena: Por favor, Ash.

Ash: Agradezco tu preocupación pero esto es un asunto que yo debo resolver.

Serena: Ash, siento que a pesar de ser tu novia, no puedo ayudarte en nada.

Ash: ¿Hablas en serio? Eres increíble, Serena. 

Serena: ¿Eh?

Ash: Nadie se preocupa de mí más que tú. Te desvelaste para que yo pudiera dormir bien, me preparas la comida, casi parece que eres tú quien cuida de mí en lugar de yo de ti.

Serena: ¿Es en serio, Ash?

Ash: Claro, nena. Viste que tan mal estaba en el primer día, si no hubieras estado aquí para cuidarme tal vez no la hubiera contado.

Serena: Ay Ash, dices cosas tan lindas.- lo abrazo aún más fuerte, era la mujer más alegre y feliz cuando su hombre le habla así.

Ash: Bueno, mejor aprovecho, no vaya a ser que se enfrié tu comida.- se separo de ella y se sentó en frente de ella para comer su plato.

La comida se disfrutaba además con las mejillas sonrojada de Serena acompañada con sus miradas sonrientes que le robaban su atención. 

Serena: Oye, Ash.

Ash: ¿Si, Serena?

Serena: ¿Es verdad que Alan era miembro de tu equipo de fútbol?

Ash: Así que estuviste hablando con ese chismoso ¿verdad?

Soy tuya y de nadie más Donde viven las historias. Descúbrelo ahora